Cap. 29 - Chicos, nuevo plan

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Apoyada en la barandilla de las escaleras, Elissu, con la cabeza inclinada, observaba con asombro la puerta de salida, bien abierta. Por lo visto habían logrado escapar. Raro. Ella estaba convencida de que Saiko les había tendido una trampa.

Se sintió tentada de salir y correr lo más rápido que pudiera para alejarse de ese lugar, olvidarlo todo y continuar con su vida, aunque sabía que no era posible, al menos no en ese momento. Saiko le había dicho que, independientemente de si lograba matar a su Senpai y a su amigo, moriría, lo que en teoría significaba que Elissu estaba fuera de peligro. Pero, quién sabe, Saiko ella podría negociar con el demonio y él podría darle más tiempo en el mundo de los vivos específicamente para perseguir y vengarse de Elissu por dejarla tirada. La chica creía que lo mejor sería no tomar riesgos y esperar que Saiko le diga que no la necesita más o simplemente se muera.

¿Eso que se oía por el pasillo eran pasos?

Por lo visto Saiko estaba viniendo. A Elissu no le apetecía tener encuentros con ella, pero sabía que era necesario.

La chica observó cómo su amiga de la infancia (o al menos lo que quedaba de ella) aparecía en su campo de visión. Se movía despacio, su pesada respiración se oía por todo el instituto. Parecía estar cansada y bastante cabreada.

— Qué... ¿qué ha pasado? – se atrevió a preguntar Elissu.

— Han huido – respondió Saiko rápidamente. – Pero por suerte no por la salida.

Ella se dirigió hacia la puerta y la cerró con la llave que sacó de su bolsillo.

— Me parece que... – Elissu hizo una pausa – ...que no te he entendido bien. Si han obtenido la llave y han abierto la puerta de salida, ¿cómo es que siguen aquí?

— La llave de la caja fuerte era falsa – Saiko sonrió con satisfacción. – Yo tengo la verdadera – ella la meneó en su mano, como para asegurarse de que Elissu la vea bien. – Decidí quedarme fuera y esperar a que ellos obtengan la llave falsa para que, cuando intenten abrir la puerta, yo pueda entrar y matarlos. Pero han sido demasiado rápidos y han huido por uno de los pasillos. Los perdí de vista, pero la buena noticia es que siguen en el instituto.

Obvio. Elissu debía haberlo supuesto. Ella había llegado a la conclusión de que Saiko les había tendido una trampa a los chicos, solo que no estaba segura de qué había planeado exactamente. Pero ahora que lo sabía ya era demasiado tarde.

— ¿Se puede saber qué haces ahí parada? ¡Ve a buscarlos! – Saiko dio unas palmadas.

Elissu suspiró, pero obedeció silenciosamente. Se fue por el lado por el que había venido Saiko con la esperanza de así poder encontrarse a los chicos.

Saiko la observó durante un par de segundos, tras lo que se fue en la dirección contraria.

***

— Vale, creo que ya la hemos perdido.

Akira se detuvo y se giró para comprobar si sus palabras eran ciertas. Cuando no vio a nadie persiguiéndole o lanzándole cuchillos, añadió:

— ¡Ya estamos seguros, Kuta!

— Menos mal – Kuta se limpió el sudor de la frente. – Esta persecución ha sido un poco más intensita de lo que suele ser – se rio con nerviosismo.

— Pero aún hay algo que no me cuadra – Akira se frotó la barbilla con los dedos. – El objetivo del "juego" era obtener la llave de salida. Hemos cumplido ese objetivo. ¿Por qué aún estamos aquí?

— ¿No la has oído, idiota? – Kuta puso los ojos en blanco. – "Esa llave no funciona, Senpai" – dijo, imitando la voz de Saiko.

— ¡Pero no lo entiendo! La última vez que conseguimos la llave logramos escapar. ¿Por qué ahora no?

— Porque esto no es "la última vez", Akira. Ahora ella quiere asegurarse de que no podamos escapar.

— Entonces ¿por qué currarse todo esto?

— Amigo, ¿tanto te cuesta entenderlo? Esto es un espectáculo para ella. Saiko nunca ha tenido la intención de dejarnos ir.

Después de oír esa frase, Akira decidió callarse. No tenía nada más que decir. Parece que no había forma de salir de esta. Moriría asesinado por la persona que más odiaba en el mundo en el lugar que más odiaba en el mundo.

— ¡Eh, chicos!

Hasta ese momento ninguno de los dos amigos se podía imaginar qué es "correr silenciosamente", pero se hicieron una idea del concepto cuando vieron a Elissu haciéndolo.

— Me he enterado de lo que ha pasado – dijo ella con preocupación. – ¿Estáis bien?

— No – respondió Akira secamente.

— ¿Qué os ha hecho? – preguntó Elissu aún más preocupada.

— Destruir nuestra esperanza de sobrevivir – murmuró Akira.

— ¡No es cierto! ¡Aún tenéis posibilidades! Aún...

— ¿Posibilidades? ¿Qué posibilidades? – Akira la miró enfadado, pero no lo estaba con ella. – ¿Después de no sé cuanto tiempo de búsqueda lo único que tenemos es una llave que no vale ni tanto como una piruleta y tú me dices que aún tenemos posibilidades?

— Sabemos que ella tiene la llave auténtica – intentó animarle Elissu. – Solo tenemos que quitársela...

— ¿Y se puede saber cómo haremos eso? – Akira intentaba gritar susurrando. – ¡Si nos acercamos a menos de diez metros a ella acabaremos en rodajas! Yo no estoy dispuesto a correr ese riesgo. Me gusta mi cuerpo enterito, como está ahora...

Kuta suspiró y desvió la mirada, incapaz de seguir manteniendo el contacto visual con sus aliados. Algo colgado en la pared atrajo su atención. El chico se preguntó cómo es que no lo había visto antes. Era algo rectangular, blanco y con algo muy siniestro dibujado... y entonces tuvo la idea.

— ¿Y si usamos los papeles contra ella?

Elissu y Akira, cuya conversación estaba por convertirse en una pelea, le miraron con interés.

— ¿Qué? – preguntaron los dos a la vez.

Los labios de Kuta se curvaron lentamente.

— Elissu ha dicho que hay un demonio o algo así dentro de Saiko y que él es la única cosa que la mantiene con vida. ¿No sería posible atacarla con sus propios dibujos mágicos hasta debilitarla tanto que el demonio salga solo? Dudo que él quiera estar dentro de un cuerpo machacado...

— ¡Eres un maldito genio! – exclamó Akira. – Chicos, nuevo plan. Vamos a destruir a Saiko.

Equipo yandereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora