Capítulo 113

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Klhey.

La cabeza me latía con fuerza, el pitido en mis oídos hicieron eco y justo cuando me sentí a punto de desfallecer el fuerte sonido de un disparo me llenó la cara de sangre ajena a la mía

Más disparos se escucharon

Tenía la vista borrosa

_OH POR DIOS, KLHEY!

Sentí unas manos en mi nuca y entrecerré los ojos para enfocar con claridad a mi amiga la rubia

_Sara... —sentía mucha dificultad para hablar

_No hables, mantente despierto porfavor, voy a sacarte de aquí

_Mi hija —sus ojos me enfocaron—
Mi hija... Arriba

_Klhey! —escuché la voz de Taylor

_Quédate con él —le dijo

_Hermano, estaras bien, estarás bien

Sentí sus manos detrás

_Malditasea necesito un puto cuchillo!
—se alejó de mí —
Anthony! Llévala al cuarto rojo, átala a una puta silla

Agaché la cara buscando quitar la presión que sentía en la cabeza

Lisa

Jenniffer

Los gemelos

Los ojos me pesaban

No te duermas Klhey, no te duermas

Salté en mi sitio buscando aire cuando de repente fui empapado con agua fría

_No cierres los ojos Klhey! —dijo volviendo a ubicarse atrás

Mis sentidos volvieron a estar alerta, la vista se me estaba aclarando, la cara me ardía y dolía como la mierda, pero no me limitó para ver toda mi sala con sangre y el hombre calvo muerto

Mis manos fueron sueltas de repente y Taylor terminó de quitar toda la soga que me cruzaba el pecho

_Lisa, mis hijos! —traté de levantar.e y Taylor me sostuvo

_Sara subió

_Hay un hombre arriba

Su ceño se frunció

_Este? —miró al caído

_No! —traté de que me soltara —
Hay un hombre arriba!

De milagro, sentí las piernas estables, Taylor fue el primero en soltarme y correr escaleras arriba e hice lo mismo detrás de él

Los golpes certeros nos hicieron avanzar hasta mi habitación y sentí la rabia en todo el cuerpo cuando vi al infeliz pateando la puerta de mi baño con un cuchillo ensangrentado en la mano

Se escuchaba el griterío de mis hijos dentro

_Hijo de perra!
—Taylor lo apuntó con su arma—
Baja ese puto cuchillo

Corrí hacia él y aunque quiso cortarme de un tajo por el estómago lo esquivé, siguió con la misma técnica hasta que le di una patada en el pecho que lo hizo caer y soltar el cuchillo que patee antes que lo volviera a tomar

_Lisa puedes abrir! —escuché que le gritó Taylor

Mi hija

_QUÉ MIERDA LE HICISTE A MI HIJA! —lo tomé del cuello de su camisa y lo estrellé contra la pared—
Voy a cortarte cada uno de tus putos dedos eso te lo aseguro

_KLHEY! —Lisa chilló detrás de mí

_Déjalo Klhey —se acercó a Taylor —
Toma a tu hijo, yo me encargo de este

LA PROPIEDAD DEL MAFIOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora