Capítulo 19

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Eric Morgan

De los errores se aprenden, esa es una de las frases que más me repito constantemente. A lo largo de mi vida he cometido muchos errores y también he presenciado circunstancias las cuales he creído que deberían haber sido un error, que no deberían haber pasado, que no deberían haber ocurrido de ese modo, y cuando te vi de espaldas en mi despacho en aquella fiesta contemplando el cuerpo de Connor pensé que esa ocasión era una de ellas. En ese momento maldecí por verte allí. Lo primero que pensé es que tenía que deshacerme de ti porque si no ibas a suponerme un problema.

Sin embargo, ahora mírame, ahora solo pienso en que cometí el error de no haber hecho bien las cosas, de haber supuesto que eras un problema, de mi actitud contigo, de querer olvidarte y de ponerte como error cuando el único error siempre he sido yo.

Parece increíble como las opiniones pueden cambiar por momentos porque ahora todo ha cambiado. Todo cambió cuando mis ojos conectaron con los tuyos de una forma diferente al resto. Cambió cuando mi interior se rompió en pedazos cuando te vio casi sin vida en los brazos de Adam, cambió cuando sentí una corriente de electricidad recorrer mi cuerpo por el contacto de tus manos, cambió cuando salieron de mi boca unas palabras que nunca creía que le diría a alguna persona <<Me importas>>.

Es irónico todo lo que me está pasando, ¿pero sabéis que es más irónico? Que alguien como yo os este diciendo todo esto, que el chico que lleva toda su vida siendo un tipo frío sin sentimientos este ahora mismo teniéndolos. Y es que no puedo evitarlo ya porque llevo casi 3 meses estando sin estar. Casi 3 meses volviéndome loco y volviendo locos a todos porque no te encuentro, buscándote por todas partes, por todos los lugares intentando encontrar alguna pista que me diga de tu paradero y no obtengo ningún resultado, nada.

¿Cómo puede ser que te hayas esfumado? ¿Cómo es posible que no encuentre ninguna pista? Tengo a todos mis hombres investigando y aun así de momento no hay nada. Estoy perdiendo la esperanza y eso que dicen que es lo último que se pierde, pero es que son 3 meses sin averiguar nada, ni siquiera un simple dato. Tu amiga tampoco sabe dónde estás o no me lo quiere decir y eso que la amenacé, y nada, no consigo absolutamente nada. Joder Lia, ¿dónde estás? Necesito al menos saber si estás bien, saber de ti, aunque me odies y no quieras verme, pero te juro que lo necesito, no aguanto más estar así.

También necesito pedirte perdón por cómo me he comportado contigo, por amenazarte, por todo lo que ha pasado entre nosotros.

Además, todo esto me está pasando factura puesto que me paso los días de mal humor, gritando, odiando al mundo y a mí mismo. Esto es desesperante. Necesito de una vez encontrarte pequeña. No voy a rendirme.

Después de este momento reflexionando conmigo mismo me doy cuenta de que se ha pasado toda la mañana, y no he hecho nada, solo estar mirando a través de la ventana de mi despacho centrado profundamente en mis pensamientos y sentimientos. Me he perdido hasta una reunión que tenía con la organización. Mi móvil lo puse en silencio y seguramente tendré decenas de llamadas perdidas. Pero me da igual, me da igual la reunión, la organización, todo me da igual en estos momentos.

El sonido de la puerta del despacho se escucha, pero lo ignoró por completo, no quiero ver a nadie.

-Señor... perdón por molestar, pero le están esperando hace rato...

-¿Ha escuchado mi voz decir que pase?

-No señor, pero...

-¡Pero nada! Sal de mi despacho y hazle saber a todos que no estoy disponible, que la reunión se cancela. No quiero que nadie me moleste ¡¿Entendido?!

-Si señor –y oigo el sonido de la puerta cerrarse.

No pasa ni un minuto y otra vez el ruido de la puerta se abre.

-¡Que parte de no quiero que me molesten no entienden! –grito furioso.

-Lo siento señor –dice Alex otro de mis hombres de la organización. –Pero es algo importante que debe saber.

-Habla –exijo de inmediato.

-La hemos encontrado –suelta y noto como todas las sensaciones de mi cuerpo cambian. Una descarga eléctrica recorre mi cuerpo, mis ojos se abren por la noticia que acabo de escuchar. Siento como mis nervios se apoderan de mí y mi corazón late con fuerza porque acabo de recibir la mejor noticia que me podían haber dado por mucho tiempo.

-¡¿Qué?! ¿La habéis encontrado? ¿Dónde está? ¡Dime todo Alex! –reclamo desesperado.

-La hemos encontrado en una grabación de las cámaras de seguridad de la estación de autobuses. Ha sido difícil localizarla se ve dos segundos, pero es ella Eric, es ella.

- ¿Sabéis hacia donde cogió el billete?

-Aún no, esa es la mala noticia, estamos investigando todavía, hay que revisar más cámaras para saber cuáles de los autobuses cogió y eso conlleva tiempo. He mandado a unos cuantos hombres a la estación a ver si alguien la vio ese día y la recuerdan. Estamos cerca Eric, pronto lo averiguaremos.

-Quiero a todo el mundo revisando esas cámaras, cada de detalle de las imágenes, que no quede ningún rincón de ellas sin revisar. 

-No quedará nada sin revisar, tenlo por seguro –informa y se gira para marcharse.

-Alex –le digo antes de perderlo de vista –Gracias, necesitaba esta información.

-Lo sé por eso vine –dice y cierra la puerta dejándome solo de nuevo.

No puedo estar más feliz en estos instantes, he vuelto a recuperar esa esperanza. Esta noticia me ha devuelto mi buena actitud, el odio, la rabia, el mal humor que he tenido ha desaparecido porque ahora por fin tengo una pista, una pista que pronto hará que nos volvamos a ver. 

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Cada hora, cada minuto, cada segundo pasa revisando cada cámara, cada grabación, cada imagen para poder localizarte. No he descansado ni un instante desde que me dieron la noticia. Mis ansias por saber a dónde te fuiste me desesperan, pero sé que de un momento a otro por fin tendré esa información.

-¿Cómo va tu búsqueda? –pregunto a Alex que se encuentra en frente del ordenador que lleva como dos horas revisando imágenes al igual que yo y otros miembros de la organización.

-De momento nada, es que pasa mucha gente y hay que estar muy atentos a todo, que no se nos pase nada –dice mientras no despega la vista de la pantalla.

-Yo no la he visto en ninguna de mis imágenes, lo he revisado todo –digo con un tono insatisfactorio y algo exhausto.

-A mí me queda una última imagen de esta cámara.

-Te ayudo –le digo.

Revisando las imágenes veíamos como personas pasaban de un lado a otro de la estación con mochilas, maletas, gente sentada esperando incluso alguna de ellas durmiendo en las incómodas sillas. También como decenas de autobuses llegaban y salían de la estación, pero no había rastro de ella. Nada, no se la veía por ningún lado.

-Parece que en esta tampoco está y solo queda una cámara –dice Alex mientras llegamos al final de la grabación. Yo sigo contemplando la pantalla y... ¿espera que?

-Rebobina un poco –ordeno. No sé pero me ha parecido ver a algo. Alex hace caso a mi petición y rebobina justo donde le había indicado y para una de las imágenes en movimiento. Entonces mi vista se dirige hacia una chica. La cámara la enfoca de espaldas, pero eso da igual porque la reconozco perfectamente, la reconozco porque lleva puesta una de las camisetas que yo mismo elegí comprar para ella.

-Es ella –digo con un tono incrédulo porque no me creo que por fin la hayamos localizado. -Se dirige hacia el autobús número 20, ¿a dónde va ese autobús? –pregunto desesperado.

-Espera un momento, lo buscaré en la página web de la estación -me dice  y veo como con la mayor brevedad y agilidad que puede mueve el ratón y hace uso del teclado. Estoy al borde de un ataque de nervios. Después de tantos días, después de tanto tiempo trabajando para buscarte, hoy por fin lo he logrado.

-¡Lo tengo! –exclama Alex –Ese autobús se dirige hacia Rosfil -me informa con una sonrisa y no puedo evitar hacer lo mismo. 

<<Al fin te tengo mi pequeña>>

Hasta que logren acabar conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora