30. Con todas mis fuerzas

1.5K 173 7
                                    

Los dos animales impactaron ante la sorprendida mirada de todos los espectadores y rodaron por el suelo entre dentelladas. Juliana tenía una clara desventaja, ella nunca había luchado en ninguna de sus formas, y el lobo que intentaba acabar con ella parecía un guerrero experimentado. Lo máximo que podía hacer la medio humana era esquivar los afilados caninos de su contrincante, que parecía predispuesto a hundirlos en su cuello.

Valentina veía la escena, forcejeando desesperadamente contra la gruesa soga que le retenía, sintiéndose ansiosa por ayudar a su mate.

Juliana consiguió arañar la cara de Koda, pero, éste rápidamente la inmovilizó contra el suelo. Se revolvió bajo el asfixiante peso del lobo castaño intentando escapar, pero eso no impidió que unos afilados dientes se hundieran en su carne, justo entre su cuello y el comienzo de su pata derecha. Juliana aulló, gimoteando de dolor.

Valentina comenzó a ver rojo, la ira nublando sus sentidos.

Koda había herido a Juliana, Koda había mordido a su omega, le había hecho sangrar y gemir de dolor. Koda estaba muerto.

El agarre en las muñecas de Valentina ya no fue suficiente para retenerla, la cuerda se deshizo con su potente tirón. Valentina ya no estaba, solo quedaba una furiosa loba plateada que quería proteger a su compañera a toda costa. En un momento Koda hundía los dientes profundamente en la garganta de la loba negra y, al otro, rodaba por el suelo intentando librarse de la fuerte alfa. Valentina era más pequeña que él, pero sabía luchar, era rápida, hábil y estaba sumamente enfadada. No le importaba que Koda le hubiera acusado, que le hubiera condenado a muerte, que hubiera intentado poner a la manada en su contra, en lo único en lo que pensaba era en Juliana sangrando y llorando.

Estaba recibiendo zarpazos y dentelladas, pero nada le frenaría, nada le detendría. Nadie iría a ayudarla, era un combate de la alfa y nadie podía intervenir, todo dependía de ella. Con esfuerzo, aplastó a Koda contra el suelo. Por un momento, los animales se miraron a los ojos.

"Estás podrido si no puedes ver que Juliana no es una de nosotros, porque en realidad es mucho mejor. Ella es un ángel, mi ángel, y le has hecho daño. No habrá piedad para ti."

Un áspero jadeo salió de las fauces del lobo castaño, algo así como una risa animal.

"Siempre supe que eras demasiado joven para ser líder, demasiado impulsiva, igual que tu padre. Esa chica te ha robado la poca razón que te quedaba."

"Esa chica no ha robado nada, solo ha tomado lo que es suyo. Porque yo le pertenezco, estaba escrito en las estrellas."

Koda gruñó e intentó liberarse, pero los dientes de Valentina se cerraron en su garganta, apretando, sintiendo el sabor de la sangre y el intento de resistencia del lobo. No aflojó la presión hasta que Koda dejó de moverse.

Valentina se apartó y observó cómo el inerte animal recobraba su forma humana, convirtiéndose en el sanguinolento cuerpo sin vida del hombre que había estado a punto de destruir todo lo que amaba. No sintió remordimientos.

Ella misma volvió a su forma humana y no perdió tiempo antes de correr hacia Juliana, su Juliana. Los dientes de Koda clavados en la garganta de la loba, se habían convertido en una profunda herida abierta que abarcaba el hombro y parte del cuello de la humana. Estaba perdiendo mucha sangre al paso que perdía la conciencia.

—¡Juliana!

Valentina la tomó entre sus brazos y la cargó, sintiendo cómo su camiseta se empapaba en la sangre de su amada. Casi podía sentir el dolor que sufría. Estaba desesperada por ayudarla, pero, aun así, un momento antes de salir corriendo, encaró a su manada.

Alpha's Owner | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora