Juliana se habría esperado cualquier cosa. Quizá Valentina tuviera alguna novia de la que no le había hablado, o a lo mejor iba a mudarse de ciudad, pero, por nada del mundo, podría haberse preparado para aquello.
—No sé... no sé muy bien cómo hacer esto realmente.
Valentina estaba nerviosa, nunca había tenido que hacer nada parecido. ¿Cómo conseguiría que le creyera? Juliana era una humana, por mucho que su enamorada mente quisiera verla como algún tipo de deidad pagana, y los humanos temen a lo sobrenatural por naturaleza. Estaba segura de que se asustaría y huiría, que no querría volver a verle nunca más y quedaría condenada a vivir el resto de sus días vagando como una bestia incompleta y sin alma. Juliana se llevaría su corazón con ella si se alejara.
Se levantó de la cama y comenzó a dar vueltas intranquilas por la pequeña habitación. Pasaba las manos entre las hebras rubias de su pelo, tirando de ellas con frustración.
Juliana frunció el ceño, no le gustaba ver a Valentina nerviosa, no le gustaba verla preocupada. Algo dentro de ella se revolvía mientras la mujer seguía dando vueltas por su habitación. Volvió a incorporarse sobre el colchón y se sentó en la orilla, lo suficientemente cerca de Valentina como para sostener su mano.
Automáticamente, se calmó.
El tacto de Juliana era un hechizo tranquilizador. Los nervios de su cuerpo parecían arrodillarse ante la suavidad de aquellas pequeñas manos.
—Valentina, puedes contármelo.
Juliana sonrió tranquilizadoramente y cualquier duda que hubiera podido tener Valentina, se disipó. La voz dulce y la hermosa sonrisa de la humana eran el mejor tranquilizante para su loba interior.
Un último suspiro antes de lanzarse de cabeza contra su destino.
—Quizá será más sencillo que te lo muestre.
Juliana le hizo un hueco en la cama cuando se fue a sentar, sus manos aún entrelazadas. Le miraba expectante, con sus ojos brillando con curiosidad.
El corazón de Valentina latía como si quisiera abandonar su caja torácica, y su loba arañaba con inquietud las paredes de su alma. Nunca había sentido tanto miedo al rechazo. Masticando su labio con fuerza, miró a Juliana a los ojos, comprobando una vez más, que eran más hermosos que mil noches estrelladas. Se concentró, visualizó su animal interior y le dio rienda suelta a su verdadera naturaleza. Sus pupilas azules se agrandaron hasta cubrir sus ojos por completo, su mandíbula se deformó, dejando ver dos grandes colmillos que sobresalían entre sus labios. Sus orejas se alargaron en pico y sus uñas se afilaron. Era suficiente, debía controlarse, ella y su loba se habían fusionado en un cambio incompleto.
Valentina jamás olvidaría el pánico en la expresión de Juliana, ni cómo su mano temblaba violentamente entre las suyas. Se apartó de ella, Juliana corrió hacia la puerta en mitad de un ataque de ansiedad.
Ni siquiera podía gritar, su cerebro estaba demasiado ocupado procesando aquella imagen como para coordinar un grito de terror. Su único objetivo era llegar hacia la puerta de entrada antes de que aquella bestia le alcanzara.
—¡Juliana, espera!
Bajó corriendo los escalones, tropezó en el último y cayó de bruces al suelo. No le importó, rápidamente se levantó y siguió corriendo hacia la puerta. Justo cuando consiguió poner su temblorosa mano sobre la manija, unos fuertes brazos la sostuvieron por la cintura y la alzaron del suelo.
—¡No! ¡Suéltame!
Juliana se retorcía contra aquel firme pecho que se apretaba contra su espalda, las lágrimas de desesperación y puro terror surcaban sus mejillas. Valentina le obligó a darse la vuelta aún entre sus brazos. No podía mirarla, no podía ver otra vez aquel rostro que le causaría horrorosas pesadillas durante días. ¿Y si le comía? Apostaría lo que fuera a que esos colmillos podrían desgarrar su carne como un cuchillo corta la mantequilla.
ESTÁS LEYENDO
Alpha's Owner | ✓
Romantizm˗ˏˋ 𝐉𝐔𝐋𝐈𝐀𝐍𝐓𝐈𝐍𝐀 ˎˊ- 𝐀𝐎| ❝¿Puede un humano entender los sentimientos de un lobo que ha encontrado a su alma gemela? ¿Puede una manada aceptar una unión poco convencional? Quizá no todo es lo que parece, y el pasado siempre vuelve para mord...