Abro los ojos y lo primero que veo es que estoy sola. Recuerdo inmediatamente lo que paso anoche. Así como sus palabras en aquella promesa que me hizo antes de llevar a cabo la mejor noche que he pasado en toda mi vida.
Me prometió que estaria ahí a mi lado cuando despertara, que no se iría y no me dejaría sola. Que quería ser lo primero que viera al despertar. Sin embargo, ahora estoy sentada en la cama, en la que tuve que pasar la noche, sola.
No creí que Evan fuera capaz de esto, no creía que fuera a romper una promesa, no creía que haya dicho y hecho todo lo que hizo solo por pasar un buen momento, un buen rato; mas bien, una noche.
Una noche llena de pasión y lujuria, pero al mismo tiempo de cariño y dulce. Podía sentirlo. Podía sentir su calor, su deseo.
No solo podía sentirlo, también podía escucharlo. Podía escuchar su voz ronca, susurrarme al oído cuanto me deseaba.
No creí que podía pasar una noche tan maravillosa. Eso no estaba en mis planes, aun así accedí y no me negué en ningún momento. No puedo ni debo reprocharle nada. No somos mas que amigos. Amigos que decidieron pasar la noche juntos.
Sentía un nudo en la garganta, tan fuerte que me dolía. Respire hondo y devolví las lágrimas. No permití que ni una saliera. Decidí levantarme para arreglarme y salir de esa habitación.
Ya en el salón todo destrozado, con unas cuantas sillas tumbadas, le pedí al chico de la barra un vaso de agua natural. Le pregunte por Alice y me respondió que aun no había bajado.
No le pregunte por Evan pero me hizo saber que estaba afuera, esperándome.
No supe que decir ni hacer. Incluso me sentí nerviosa. Termine mi agua y le murmure un "Gracias". El asintió y decidí salir atrás a la playa, donde se encontraba Evan.
Desde el cristal observo hacia afuera y lo veo tomar de una tasa, sentado tranquilamente con una mesa puesta para un desayuno de hasta tres personas. Cuanto come...
Deslizo la puerta y me acerco a paso lento. Temia a lo que me fuera a decir. Solo espero que no sea algo de lo cual después ni tenga valor de mirarlo a la cara, o en todo caso, el a mi.
- Angie - Dice al verme con una sonrisa tensa.
- Hola, Evan..
- Oye, lo lamento, se que no cumplí lo que dije pero decidí que es mejor que pasemos todo esto por alto y lo dejemos así.
Mis cejas se enarcaron hacia el en un santiamén. Debía de haber escuchado mal. ¿Me estaba pidiendo que olvidara la mejor noche que había pasado y no le prestara importancia? Porque si es eso les aseguro que el que no me va a poder a volver a mirar a la cara es el.
Sentí mi sangre hervir y respire hondo para calmarme. No soy una mujer de hacer espectáculos y shows, mucho menos de andar matandose por un hombre. Lo pensé tranquila y decidi dejar pasar la gran insultada que esta formulando mi cabeza y que quería darle.
Después no me sentí nada bien y sentí como si me fuera a caer. De repente veo que estoy en el mismo lugar. Detrás de la puerta de cristal. Todo eso paso solo en mi cabeza.
Mi mente me estaba haciendo ver y creer justo lo que no quería ni escuchar. Esta equivocada. Evan no es ese tipo de hombres. Se que puedo confiar en el y muy bien se ha encargado de dejarmelo claro. Digo, cada palabra o cosa que me haya dicho anoche debi de creer y acceder sin pensarlo. Y no me juzgen pero con alguien como el lo haría cualquiera.
Decidí acercarme pero esta vez asegurándome de que fuera yo en realidad con mis propios pies y no me mente. Se percato de mi antes de siquiera tener que carraspear la garganta para llamar su atención.
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¿Mi objetivo?
AbenteuerMe llamo Angie, y toda mi vida me la he pasado haciendo lo mismo. Mis días no eran mas que una rutina. Tonta y aburrida. Después de finalizar mis estudios, tanto del instituto como de la universidad, sentía que no había mas nada que hacer, aparte d...