Capitulo 4. Perdida.

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Las horas pasaron volando y sin darme cuenta, ya estaban indicando que se abrochen los cinturones para aterrizar.

Mi pánico volvió, pero fue leve ya que desde que sentí que estábamos en tierra me sentí mas tranquila.

Todos aplaudimos, supongo que dándoles las gracias a Dios, en mi caso por eso y por felicidad de que ya estemos en tierra de nuevo.

Todos se levantaron y comenzaron a salir, yo me quede sentada para no estar incomoda entre las personas, nunca me ha gustado eso, así que espere.

Cuando volteo para ver a los chicos, ambos estaban de pie, caminando en dirección hacia mi.

- Al fin llegamos ¿no? - Hablo Luis.

- Si -. Solte un suspiro. El viaje me dejo agotada.

- Bajemos - Dijo Angel. Perecia ansioso. Se nota que le gusta estar aqui.

Salimos y caminamos hasta llegar a la puerta del aeropuerto para salir al parqueo.

- ¿Te van a pasar a recoger? -.

- No. En realidad no tengo idea de como irme.

- ¿En serio? Pues aquí mismo hay un puesto de alquiler de autos -. Señalo a una parte del parqueo que estaba separada por una reja blaca y larga.

- ¡Que suerte! Gracias -. Sonreí. - ¿Y ustedes tienen con quien irse?

- No. Estabamos iguales.

- Oh, pensé que... ¿Qué tal si los llevo?

- Si, por favor - Dijo Angel.

- Tranquilo enano, Angie se ofreció a llevarnos -. Dicho esto, le sonrio a su hermano y a mi me miro con una sonrisa que cualquiera consideraría seductora.

- Pues vamos -.

Caminamos hasta llegar a la recepción del lugar donde un joven se encontraba tras el mostrador.

- Buenas. ¿Me podría decir que se necesita para poder alquilar un auto de estos?

El joven asintió y procedió a explicarnos y mostrarnos los papeles de los formularios que habían que llenar.

Escogimos un auto rojo que a Angel le encantó. Nos subimos y pusimos en marcha. El camino parecía de locos. Estabamos oyendo musica y bailando en nuestros asientos. Yo conduciendo, Luis en el asiento del copiloto y Angel atrás.

Este último se durmió cuando ya teníamos como dos horas de camino, y con solo haber hecho una parada para ir al baño y comer algo. Teníamos mucha hambre. En menos de una hora que habíamos partido nos rugía el estomago a los tres.

- Sigue derecho y la última a la izquierda -. Esa fue la última indicación que me dijo Luis para llegar a su casa. Una muy linda casa por cierto...

- Oh, es hermosa -. Solo basto con ver el frente de la casa para saber que por dentro debía de estar igual de bella  y... que son de una familia adinerada pero sencilla.

- Si.. Mi madre se encarga ella misma.

- Pues si que tiene talento para esto -.

- Si. ¿Porque no entramos? -. Parecía querer cambiar de tema.

- Claro.

Caminamos el jardín delantero y Angel toco la puerta y el timbre muchas veces como si estuviera desesperado, pero se que probablemente lo hacía para molestar.

La puerta se abrió, dejando ver a una mujer muy bien vestida y peinada, con una sonrisa de oraja a oreja. ¿A quien sera que me recuerda? ¡No, mentira! ¡Claro que no me he olvidado de mi hermana!

¿Mi objetivo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora