Capitulo 1. Es mi decisión.

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Después de no querer levantarme y ducharme, salí para maquillarme y cambiarme.

Luego de ponerme unos jeans y un suéter mangas largas, salí de mi habitación para ir a la cocina, para encontrarme a mi madre sentada desayunando, con la peor gana del mundo.

Se que se siente muy mal, pues su "bebe" a pesar de tener ya 21 años, se va de viaje a estudiar. Mi mama se había opuesto totalmente a dejarme ir y hacia todo lo posible para convencerme de que cambiara de opinión.

A pesar de que los extrañaría mucho a todos, no puedo negar que lo que mas siento, es emoción al saber que por fin me voy de viaje y me podre independizar totalmente.

Anoche, después de la despedida organizada por mi mama, donde se encontraba toda mi familia, incluyendo a mi hermana mayor, que casi no salia de su casa por estar cuidando de su bebe, mi bello sobrino claro, había decido irme a acostar porque tenia que levantarme temprano.

Salio todo bien y muy bonito, principalmente por las palabras de ánimos y buenos deseos de mis primos y primas... y a pesar de la lloradera de mi tia Mercedes, que parecía se había muerto alguien, pero se que lo hacía con buena intención y porque me quiere mucho.

Al final, me trasnoche y por eso fue que se me hizo tan difícil levantarme esta mañana.

- Angie, amor... -. Me llamo mi mama, haciéndome volver a la realidad. - Quieres sentarte un momento, a desayunar y hablar -. ¡Oh, genial! Ahora me tocaba la motivadora charla madre e hija de siempre. La amo mucho, pero a veces me desespera.

Asenti y me moví de la puerta de la cocina, en la cual me encontraba parada como un zombie por estar todavía adormilada y cansada.

- Buenos Dias, mama -. Le dije mientras me sentaba al lado de ella y le abrazaba. - ¡Me preparaste mi desayuno favorito! -. Dije asombrada de ver mis pancakes y jugo de naranja en un lado. ¡Como me conoce esta mujer!

- Claro amor, hoy es el dia en el que te separas y me dejas sola... - Dijo mientras alzaba su mano a su frente, como si se tratara de una obra de teatro de drama. - tengo que prepararte tu desayuno favorito para complacerte. - Dijo esto ultimo mientras apretaba mis cachetes, como si fuera una bebe.

- Gracias. - Fue lo unico que puede responderle, mientras me comia mi desayuno como si no hubiera comido en dias.

Una de las cosas que mas me gustaba de mi familia, es que pasaba tiempo con ellos. Mama y yo solemos preparar cualquier comida juntas, tanto desayuno como cena, pero cuando me levantaba tarde o ella sabía que estaría cansada, solía adelantarse para preparme el desayuno y a veces me lo llevaba a la cama. Por esa y muchas otras razonas amaba a mi mama y se lo quise hacer saber.

- Te amo Mami -. Le dije, tomándola prácticamente de sorpresa, porque no había dejado de mirarme con esos ojos dulces desde que comencé a comer.

- Lo se, mi niña, lo se. - Respondió, regalandome esa sonrisa, también dulce, de madre. - Y yo a ti. - Añadió. Haciendome sentir como la niña mas feliz del mundo, después de que le regalaran la mejor muñeca de todas.

Una vez terminado mi desayuno y la platica con mi mama, mi papa se apareció en la puerta de la cocina con una sonrisa, que destilaba felicidad.

- Chiquita, es hora de irnos. -. Dijo mientras se acercaba a mi, para darme un beso en la frente.

A mi papa también lo amaba, pero no pasaba la misma cantidad de tiempo con el, porque casi siempre se la pasaba trabajando en su oficina. Para mi eso nunca fue motivo para molestarme tanto con el ni cogerle odio ni nada por el estilo, pues me acostumbre desde pequeña y entendí que lo hacia para mantener y complacer a su familia.

A pesar de ya solo vivir con el, yo y mama..

- ¡Uy! Al parecer alguien aquí ya esta loco por deshacerse de mi. - Dije, mientras me levantaba del asiento del desayunador, para acercarme y abrazarlo.

- Claro que no mi vida. - Respondió haciéndose el ofendido y a mi hacerme estallar en carcajadas.

- Pues no se de que te alegras, si yo estoy con el alma en pena, y como quiera la seguirás manteniendo. - Articulo mi madre, mientras se paraba de su asiento, tomando los platos para llevarlos al fregadero.

Yo reí.

- Mama, Papa. - Dije mirándolos a ambos. - Ya saben que opino al respecto, no quiero depender de ustedes, del dinero que me mandaran, quiero valerme por mi misma.

Ellos por su parte, se miraron y asintieron.

- Si claro amor, como desees. - Respondío mi padre, haciendome ver que lo decía solo para no volver a tener aquella discusión y que como quiera me mandaran ese dinero sin falta, cada mes.

- Mi vida, ¿Estas segura de que quieres esto? - Me pregunto mi madre, dejandome ver esa tristeza en su interior.

- Si mama, lo estoy. Ya es tarde para hecharse hacia atrás. Y me gustaria que dejaran de intentar convencerme para que no me valla y respeten mi decisión.

Dicho esto, solo asintieron con la cabeza y prefirieron no hablar mas del tema. Yo les agradecí con una sonrisa.

¿Mi objetivo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora