Capitulo 6. Hasta corriendo.

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Alice cocina realmente bien, después de nuestra primera cena juntas en el apartamento, nos sentamos en la sala a ver una película mientras tomamos chocolate caliente.

El sueño me gano y a solo unos minutos de que acabara la peli ya me estaba parando para dirigirme a mi habitación.

- ¿Te vas a dormir? ¿No terminaras de ver la película?

- No. Tengo mucho sueño y pienso levantarme temprano mañana. Gracias nuevamente por ayudarme a subir y acomodar todas mis cosas hoy mismo.

- No te preocupes. Descansa.

- Tu igual.

Camine a mi habitación, me puse algo más cómodo y me tire a mi cama, que es demasiado suave y cómoda como para no querer levantarse nunca, y entre en un sueño profundo.

Como dije, me levante temprano, de por si estoy acostumbrada, y me dirigí al baño para ducharme.

Me cambie con uno de mis conjuntos deportivos y salí de la habitación para ir por agua.

Mientras bebía un vaso completo de agua, tocaron la puerta. Funcí el ceño extrañada, porque ¿quien podría estar tocando la puerta a esta hora?

Dudosa me acerque a la puerta y mire por el visor. Un hombre se veía a través de este.

- ¿Quien es? -. Pregunte.

- Habré la puerta ya. Sabes que soy yo.

Me quede paralizada sin saber que hacer. ¿Debia despertar a Alice sin importar que es muy temprano ( para ella ) y decirle que hay un extraño en la puerta?

Como soy algo loca y a veces hago las cosas sin pensar, abrí la puerta y pude ver bien al hombre que esta ya frente a mi, sin una puerta de por medio. Es sumamente atractivo, tanto que podría ser un artista de lo que sea y yo seria una de sus locas fans.

- ¿Tu eres? -. Pregunto.

¡Que maleducado! Pensé. Quien se cree que es para preguntarme eso en mi casa, mi hogar. ¿No se supone que es el que estaba tocando la puerta y yo debería preguntar eso? ¡La verdad que el encanto se les va a muchos desde que abren la boca!

- ¿Perdón? - Levante las cejas haciendome la desentendida.

- Ah, tu debes ser la nueva compañera de Alice.

- Si, la misma. ¿Y tu eres...?

- Evan, un placer. - Estrecho su mano. La tome solo para no quedar como una maleducada como el. - Tenia que haber sido otra persona que abriera, ya me encontraba raro que Alice estuviera despierta a esta hora. - Entro, como si el apartamento fuera suyo.

- Si. Seria muy temprano para ella pero.. quiero saber quien eres en realidad. No te he dicho que puedes pasar.

- Lo siento, su majestad. Yo soy el conde Evan de babilonia -. Hizo una reverencia hacia mi.

Yo por mi parte le pegue en el brazo, este se quejo solo un poco y se hizo el agredido y ofendido, abrió y cerro la boca, queriendo decir algo. Yo por mi parte me quede mirando el lugar donde le había golpeado, con toda y su camisa había sentido sus brazos, unos brazos que deben de estar muy bien formados.

- Deja de burlarte. - Replique. Desvíe la mirada hacia otra parte que no fuera el, porque si no, se daría cuenta que lo estaba observando mucho.

- ¡Oye! Tranquila, linda. Solo estoy jugando. - Dijo. - Ah, y si quieres puedes tocar. - Añadió y levanto su brazo presumiendo sus músculos y mirándolos.

Me sonroje. Yo misma no lo podía creer. ¿Me acabo de sonrojar por ese patán?

- No gracias. Ahora, podrías decirme bien quien eres y explicarme que quieres.

¿Mi objetivo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora