Capitulo 17. Nuevo miembro.

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Ha pasado una semana desde la muerte de Teddy, y tratar de alegrar a Alice con todo lo que se me ocurre no es trabajo fácil.

La verdad me da pena verla tan deprimida, es que ni siquiera estoy acostumbrada a verla así.

Evan por otro lado se ha comportado muy egoísta. Es como si no le importara lo que le pasa a su hermana y solo insiste en hablar algo muy importante conmigo. El punto es que me enoje mucho con el, discutimos y decidí aplicarle la ley de hielo hasta que no lo vea esforzarse por sacar una sonrisa a su hermana.

Esta mañana llamo diciendo que nos recogerá a las cinco. No dijo nada sobre a donde iríamos o que haríamos.

Solo se que tengo que darme prisa porque se que se desesperara si lo hago esperar mucho en el auto.

Alice abre mi puerta y me avisa que ya esta abajo esperando.

Término de colocar mi pendiente camino a la sala y cierro la puerta detrás de mi.

En el camino Evan es el único que va cantando y tarareando una ridícula canción que se nota que ni se la sabe. Probablemente es la primera vez que la escucha.

Cambio la estación de radio, es mejor ir con musica que en un silencio incomodo, pero que sea algo que nos agrade a todos.

Con "Can't Feel My Face' de The Weeknd, concluimos nuestro camino. Evan estaciona el auto en una pequeña pero muy acogedora cafetería.

Nos sentamos en una de las mesas de afuera. Un mesero corrió a atendernos como si del presidente se tratara.

Nos acomodamos es nuestras sillas y luego de ordenar unos helados, chocolate para nosotras y fresa para Evan, este comenzó a hablar sobre el motivo por el cual nos encontrábamos allí.

- Alice, querida hermanita, sabes muy bien cuanto lamento la perdida de tu querido Teddy, pero no quiero hablar sobre eso ya que no quiero que te pongas a llorar aquí en frente de estas personas - Lo mire mal y tragó en seco - Digo, aunque si te quieres desahogar puedes hacerlo conmigo si quieres... ahora... o cuando lleguemos a casa...

- Continua, por favor - Le interrumpi.

- Claro... lo siento, amor. Lo que trato de decir es que, se muy bien que nunca vas a sentir ese amor que tenías por ese cachorro con otro, pero siempre hay que darle una oportunidad a los menos afortunados, es por ello que tome una decisión, y hoy, aquí mismo, te tengo una sorpresa.

- ¿En serio? ¿Que es? - Pregunta Alice muy emocionada y dejando atrás su cara de ogro enojado por un momento.

- Si te lo digo ahora, ya no será una sorpresa - Dijimos los dos al mismo tiempo, el en tono serio y yo en uno chillón. Sabia que diría eso.

Me miro por unos segundos frunciendo el ceño, y después de regalarle una sonrisa tranquilizadora fijo su mirada en Alice nuevamente.

- Cierra los ojos - Le ordeno.

- ¡Ay! ¿Es en serio? - Pregunta ella haciendo un puchero.

- Si, es una sorpresa, no quiero que veas ni abras los ojos ni un poquito, así pon tus manos sobre tus ojos también.

- Uyy, ya me estas poniendo nerviosa, quiero saber que es - Dice colocando solo una de sus manos sobre sus ojos y sonriendo alegremente.

Evan me mira con una sonrisa totalmente arrogante y me guiña un ojo. Idiota, si ya se, ya le sacaste una sonrisa. Ahora solo esperó que valga la pena.

Hace una seña con su brazo derecho, miro a todos lados buscando a alguien cerca que no sean los demás clientes en las otras mesas, y solo veo al joven que nos atendió y tomo nuestro pedido, acercarse con una caja en mano.

La curiosidad me invade por completo a mi también.

Cuando la deposita suavemente en la mesa me elevo un poco inconscientemente sobre mi silla intentado ver lo que contiene.

- Abre los ojos, Alice.

Su chillido me alarma a mi y a todos los que están en otras mesas.
Alice introduce sus manos en la caja y de el saca un pequeño cachorro que esta abriendo los ojos poco a poco.

- Lo adopte, es de la misma raza de Teddy, el pobre estaba solo en la calle, un auto casi lo mata, pero uno de los empleados de la veterinaria en donde estaba, lo salvo y lo acogió. Desde ese día estaba allá esperando a que un apuesto galán fuera en su búsqueda para regalárselo a su bella hermana.

Sin darme cuenta ya me habia sacado una sonrisa a mi también, y lo peor es que la mía era totalmente embobada.

Después de terminar de acariciar al cachorro, lo deja dentro de la caja con sumo cuidado, y se levanta de su silla pera sentarse sobre Evan y abrazarlo.

- Gracias, es un lindo detalle de tu parte. Un nuevo miembro para la familia. Gracias otra vez - Dice abrazándolo y luego besa su mejilla.

Se levanta y vuelve a su silla, justo ahí llegan nuestros helados. Ella comienza a comer de una vez, mientras observa al cachorrito dormir.

- Lo lograste - Dije fijando mi vista en el.

- Te dije que lo haría - Responde tomando la pequeña cuchara en su mano.

- Y lo hiciste muy bien, ni a mi se me paso por la cabeza buscar a otro perro.

- Pues ya vez, a mi si - Me guiña un ojo.

- Deja tu arrogancia o me veré obligada a seguir con la ley de hielo que te aplique.

- No, eso no por favor, todo menos eso.

- Oh, ¿Tanto extrañaste oír mi voz?

- No solo eso, también extrañe tus labios, tus besos.

- Pues eso ya no sera un problema.

- ¿Ah no?

- No - Sonrió - Ven aquí.

Me acerco y el corta la distancia que nos separa rápidamente. Por ese instante nos olvidamos de Alice, de las demás personas que estaban allí y del mundo.

Fue un beso corto y casto, pero aun así es un beso, un beso de el, y no hay nada mejor eso.

¿Mi objetivo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora