CAPÍTULO 38: Enamorado

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Harry tocó la puerta antes de ingresar. Ojeó a Louis para asegurarse de que podía entrar. Este alzó una mano, con dos de sus hijos en los brazos.

—Buenos días, Strawberry.

—Buenos días, alfa. ¿Adónde fuiste?

—A la cocina, omega. —Harry inclinó la cabeza en dirección a Liam y Niall, cada uno con un bebé en brazos. Se acuclilló y tomó a uno de sus hijos de las manos de Louis. Sonrió, acariciando con la nariz a Alaska—. Buenos días, cachorra. —Esta chilló por lo alto, pues reconoció a su padre. Harry le acercó la cara a su fuente de olor y le ahuecó la nuca—. Mi pequeña Alaska.

Louis esbozaba una sonrisa amplia mientras hacía rebotar a Sitka en sus brazos.

—Me alegra mucho que sepa quién eres.

Niall repartió besos en la coronilla de Denali.

—Son muy hermosos, mi Rey. Felicitaciones nuevamente.

—Gracias, Niall.

Liam cambió a Barrow de posición para frotarle su pequeña espalda.

—Me pregunto qué serán.

—No me interesa lo que sean. Por ahora todos están ciegos*. —Louis asintió, complacido con la respuesta de Harry—. El Reino ya debería estar informado.

(*Para evitar confusiones, preferí hacer una explicación aquí. No es que los cachorros estén ciegos en el sentido de poseer una condición maligna en la vista o algo parecido. Lo que me ayudó a comprender mejor fue imaginarme a los cachorros de perro al nacer: tienen los ojos pegados, y con el pasar de las semanas recién comienzan a abrirlos; eso pasa acá [al menos eso intuyo jeje]. Pero los bebés acá siguen teniendo una forma humana, solo que tienen los ojos cerrados permanentemente por unas semanas. La autora se apega al lado animal y este aspecto no sería la excepción).

Louis olfateó el aire.

—Huelo comida.

—Estoy recalentando la comida que Julie te preparó.

Cuando Denali empezó a llorar, Louis se volvió rápidamente hacia Niall.

—Dámelo, por favor. —Lo cogió con gentileza y presionó sus rostros hasta que se calmó—. Mami está aquí.

Harry ronroneó, lamiéndose los labios.

—Ya regreso. —Depositó a Alaska cerca de la pierna de Louis—. En un momento.

Era interesante ver a seres que se parecían a él, que fueron formados de él. Era incluso más raro saber que eran suyos. Harry estaba experimentando muchos momentos surreales, y solo era la mañana siguiente de su nacimiento. Tenía muchas interrogantes que necesariamente no tenía antes. Quería saber cosas de las que Julie tenía conocimiento, así que ella se tenía que quedar.

—¿De vuelta tan pronto, mi Rey?

Harry la ignoró en tanto sacaba la comida de la estufa.

—¿Cuándo les pasará el periodo de ceguera?

Julie miró a Ixion, luego a Atlas.

—Oh, ¿me habla?

—Julie.

Bufó.

—Alrededor de trece a quince días. —Julie jugueteaba con su comida—. Lo más probable es que se queden en la guarida durante cuatro semanas. Louis podrá salir, pero no los dejará salir.

—Hm. —Harry sirvió tres platos y se giró—. ¿Cuántos biberones-?

—Ya se lo dije a Louis. Necesitará unos cuatro biberones al día por cada bebé. Su cuerpo lo producirá.

Queen of Arizella - Traducción (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora