CAPÍTULO 24: Esmalte amarillo

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Louis se revolvió, arqueándose, así resonando un crujido fuerte en su espalda. Tarareó y carraspeó.

—Mm... —El artista miró a Harry, dormido y con una pata sobre la cara. El lobo negro apenas cupo en el vestidor, sobre todo cuando Louis también había estado transformado. A este no le importó el pequeño espacio: acogía la calidez y la seguridad.

Sonrió con suavidad y besó el pelaje negro de Harry.

—Dulces sueños, alfa.

Volvió a estirarse y se puso de pie con cuidado de no despertar a Harry. La espalda seguía doliéndole, pero ya no como ayer. Harry lo obligó a transformarse para que la espalda le doliera mucho menos y se curara más rápido. Louis lo hizo. Se quedó dormido y, como siempre, se despertó como humano.

Silenciosamente, el omega abrió la puerta del vestidor y la cerró tras él. Seguía oscuro al abrir la ventana: apenas había un rayo de sol a lo lejos. Se tomó un instante para admirar el paisaje. Se estiró una vez más antes de dirigirse al baño para cepillarse los dientes y lavarse la cara. Se sentía muy descansado.

Se estiraba en tanto se cepillaba el cabello y aseguró su flequillo con un pequeño broche de oro. Encontró ropa interior en el bolso de viaje, luego se puso su nueva bata suave. Louis dio vueltas frente al espejo, sonriéndose a sí mismo; hasta que su espalda lo hizo detenerse. Salió del baño, le echó un vistazo a Harry otra vez y fue abajo.

Los pequeños pies descalzos de Louis producían un sonidito contra la baldosa; más sonidos provenían de su bata al deslizarse por el inmaculado piso. El ruido empezó cuando Louis descendió los escalones uno por uno y con cuidado. Sonrió cuando dos criados se detuvieron para darle los buenos días.

—Buenos días.

—Buenos días. Te ves increíble, Louis.

Louis bajó la vista.

—Gracias.

—Combina con la bata de nuestro Rey y luce maravillosa.

—Muchas gracias.

Hicieron una reverencia, con sonrisas amplias.

—¿Cómo dormiste, Louis?

—Muy bien, gracias. —Llegó al pie de las escaleras y miró en derredor—. ¿Todas las mañanas es así de ruidoso?

—¿Te hemos despertado?

Louis meneó la cabeza

—No, solo que oigo muchos ruidos.

—Disculpas, omega. —Una agachó la cabeza—. Lo es. Todos empiezan a trabajar a esta hora. Los chefs prenden las estufas, los criados limpian las habitaciones... —Ella sonrió—. Tratamos de tener todo en orden para recibir a nuestro Rey antes de que despierte. Es un día especial porque él ya está aquí. Procuramos, en caso despierte más temprano, que él tenga todo lo que quiera.

Louis asintió.

—Gracias por cuidarlo. —Sonrió suavemente—. Estoy seguro de que lo aprecia.

Ambos hicieron una reverencia antes de retirarse corriendo. Louis se dirigió directamente a la cocina.

Lo detuvo una mano blanda en el pecho.

—¡Omega! —El alfa apartó rápidamente la mano—. ¡Mis disculpas! Solo estaba abriendo la puerta.

Louis meneó la cabeza.

—Buenos días. No pasa nada. —Curioseó dentro de la ajetreada cocina—. ¿Puedo entrar?

El alfa volvió la cabeza.

—Si quieres, pero —bajó la vista hacia la bata de Louis— el piso no está tan limpio como aquí. No querría que arruinaras una bata tan hermosa, omega.

Queen of Arizella - Traducción (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora