Capítulo 8

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Subí lentamente las escaleras para entrar en la habitación de Taehyung. Mientras, no dejaba de pensar en las mil maneras en las que él podría asesinarme. Probablemente el haberme metido en esa casa haya sido el mayor error que pude haber cometido, tenía fe en que mi vida sería más larga y no acabaría ahí.

Taehyung cerró la puerta y se apoyó en ella cruzando sus brazos. Mi cara mostraba todo el miedo que sentía en ese instante y él mismo lo sabía.

–¿De dónde has sacado ese vestido?–Preguntó sin rodeos.

Soy gilipollas. Había olvidado totalmente que llevaba puesto la ropa de una de sus amigas.

–Yo...–Intenté hablar.

–Responde.

Rompí en llanto de nuevo, no podía ser más payasa. Él suspiró y se acercó a mí para darme un abrazo, el cual ayudó a que me calmara.

–Tranquila.–Susurró.–No pienso hacerte daño, cielo.

–Perdóname, por favor.–Respondí en voz baja.

–No tienes que pedirme perdón.

Le abracé con fuerza y él besó mi cabeza con gran delicadeza, entonces, descargué todo el miedo que tenía dentro llorando contra su pecho. En cuestión de segundos pasé de sentirme incómoda estando él presente a sentirme como en casa.

–Amber.–Me llamó.–¿Sabes de quién es el vestido?

–Me dijo Garnet que era de una amiga tuya que se llama Jolene.

–¿La conoces?

–¿Cómo la voy a conocer?

–¿No tienes padres?

–No llegué a conocer a ninguno de ellos.

–Quítate el vestido.

–¿Perdona?

Este hombre me confundía cada vez más. Primero me pregunta si conocía a la dueña del vestido, después le da curiosidad la falta de figuras paternas que tuve siempre y, de la nada, quiere que me quite la ropa.

–No es la primera vez que veo el cuerpo de una mujer, no me voy a asustar.

Obedecí y me quité el vestido con algo de vergüenza, él me ayudó a ponerme una chaqueta de Garnet para taparme y me guió para que me sentara en su cama.

–Escucha...–Siguió hablando.–Le dije a Garnet que fuera contigo a todas partes porque tengo un enemigo que está a punto de salir de la cárcel y, como comprenderás, no quiero que tu vida peligre.

–No tiene por qué pasarme nada.

–Es mi mayor enemigo, Amber. Como sepa de tu existencia, intentará hacerte daño para calmar su sed de venganza.

–Pero él no sabe quién soy.

–Y espero que así siga siendo.

–No puedes tenerme encerrada en vuestra casa, ya he estado años así, necesito respirar.

–Puedes ser libre, pero acompañada de Garnet.

–Lo que dices es una gilipollez, ninguno de tus enemigos va a venir a atacarme.

–Quiero protegerte, pequeña.–Me abrazó una vez más y siguió hablándome en un tono suave.–No llevo una vida que cualquiera pueda soportar y eso pone en peligro a las personas que más quiero... Sé que Jungkook lo que quiere es ir a dónde más me duele.

–¿Por qué te asusta más que me pase algo a mí antes que a tus propios hijos?

Taehyung se quedó mudo y se alejó de mí para mirarme a los ojos, sin ningún tipo de expresión que yo pudiera descifrar.

–Si el mundo supiera todo lo que se me pasa por la cabeza, llevaría más tiempo en prisión que tú.–Respondió.

–¿Qué quieres decir?

–Quiero decir que necesito que me prometas que me vas a hacer caso y vas a tener cuidado.

–Eso ya lo veremos.

–Y Amber...

–¿Qué pasa ahora?

–No me tengas miedo, jamás podría hacerte daño.

No dije nada, con razón me iba a dar miedo y más después de la escenita con Yeonjun. Al ver que no respondía, agarró mi cintura para acercarme una vez más a él y depositar un pequeño beso en mi mejilla. Al momento, volvió a mirarme a los ojos con una pequeña sonrisa.

–No soy ningún monstruo pero, si me volvéis a mentir de esa manera, puedo ser peor que Chucky.

Él rió ante su propio chiste, a lo que yo también solté una risilla, a pesar de que el comentario me hubiera dado más miedo que risa. Al acabar la conversación, me levanté de la cama y abrí la puerta de la habitación para poder ir a dormir al salón. Para mi sorpresa, Garnet estaba esperándome en el pasillo.

–Amber.–Me llamó.–¿Podríamos hablar un segundo? Es por lo de ese beso en la discoteca...

–Amber tiene que ir a dormir.–Respondió Taehyung saliendo velozmente de la habitación.–Necesita descansar y tú también deberías hacer lo mismo.

–Son solo unos minutos.

–Déjala en paz, Garnet, ya ha tenido suficientes sustos por el día de hoy.

El mayor de los hermanos miró a su padre sin entender su actitud, pero obedeció y se metió en su habitación sin decir nada más. Yo me despedí de Taehyung hasta el día siguiente y bajé las escaleras para poder tumbarme en el sofá y, por fin, descansar.

Quería olvidarme de todo lo que había pasado, sobretodo necesitaba que las imágenes de Yeonjun lleno de sangre se borraran de mi cabeza, a pesar de ser consciente de que siempre estarán en el baúl de mis peores recuerdos hasta la fecha. Dejando eso a un lado, estaba agotada del cúmulo de diferentes sentimientos que experimenté a lo largo de ese día.

Estaba también empezando a tener un nuevo problema, y es que como Taehyung siguiera llenándome de besos y de caricias, iba a empezar a gustarme. La verdad es que el hombre ya me parecía atractivo pero, en una situación como la que estaba viviendo, no podía permitirme semejante locura como la que era esa. Al menos estaba a tiempo de ahorrarme cualquier desgracia, aunque debía tener mucho cuidado de todos modos.

Después de haberme sumergido en mis pensamientos, cerré los ojos y le pedí al universo que, si empezaba a tener sentimientos hacia Kim Taehyung, que lo alejara de mi vida por el tiempo que fuera necesario. Pocos minutos después de haber pedido mi deseo, acabé dormida.

GLASS {JJK & KTH}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora