Capítulo 15

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–¿Amber?–Preguntó el criminal sorprendido, pero también con un toque de tristeza en sus ojos.–¿Qué haces aquí?

–Todo este tiempo fuiste tú...–Dije rompiendo a llorar.–Tú fuiste el que intentó secuestrarme, el que hizo que me metieran en prisión durante tantos años, el que me jodió la vida...

–Amber.

–¡Me jodiste la vida! Y justo cuando creí que podría ser libre al fin, vuelves a aparecer... Matando a la única familia que tenía delante de mis narices y a punto de matarme a mí.

–No es lo que crees, por favor, escúchame.

–¡Me has jodido la vida dos veces, Jungkook! ¿¡No es eso suficiente para ti!?

–No voy a matarte.

–Prefiero que lo hagas...–Levanté los brazos y cerré los ojos con fuerza para que me disparara.

Rompí en llanto esperando a que me matara pero, en su lugar, sentí sus brazos alrededor de mí.

–Mátame, por favor.-Rogué.

–No lo haré.–Respondió.–Vendrás conmigo.

–Antes prefiero morirme.

–Amber, de verdad que lo siento.

–¿¡Crees que un "lo siento" va a arreglar todo!? ¡Trataste de secuestrarme y ahora matas a mi mejor amigo, a sus hermanos y a su padre conmigo presente!

–No sabía que serías tú, por favor, ven conmigo y te explicaré todo.

–¡No!

–Si no es por las buenas, será por las malas...

Me tapó la boca y me cogió en brazos con fuerza para que no pudiera escapar de su agarre. Como reflejo, empecé a gritar mientras las lágrimas caían de mis ojos con gran abundancia.

–Lo siento...–Susurró.–De verdad que lo siento.

Dicho eso salió de la habitación de Amatista, bajó las escaleras e intentó abrir la puerta principal para salir de la casa. En ese instante pude ver por última vez el cuerpo de Taehyung en el suelo y grité con fuerza, pero no reaccionaba. El último recuerdo que tenía de él y de los demás era ese: verles en el suelo, muertos.

Jungkook me metió en su coche a la fuerza, él subió también rápidamente y, sin pararse a pensarlo, arrancó y salió a gran velocidad del barrio en el que los Kim vivían.

Vi por última vez esas calles por las que pude pasear por poco tiempo, los recuerdos junto a mi mejor amigo invadieron mi mente junto a las lágrimas que no dejaban de recorrer mi rostro.

–¿Estás bien?–Preguntó Jungkook en un susurro.

–¿¡Cómo cojones quieres que esté bien!?–Grité.–¡Me has jodido la vida una vez más!

Él no dijo nada, permaneció en silencio mientras yo seguía derrumbada. Entró con su coche por un camino escondido y una enorme mansión empezó a hacerse visible.

–Esta va a ser tu nueva casa.–Dijo el criminal mirándome.–Te quedarás conmigo.

–Ya te he dicho que ante prefiero morirme.–Respondí.–Mátame, quiero irme con ellos.

–No voy a hacer eso.

–¿¡Por qué les has hecho eso!?

–Puro impulso en plena cólera, ahora cierra la boca y ven conmigo.

Bajé del coche a la fuerza y entramos en su mansión, en la cual se encontraban charlando en la entrada un mayordomo y un chico, parecía tener mi edad.

–¿Qué haces aquí, Sunwoo?–Preguntó Jungkook.–¿No deberías estar con Namjoon?

–He venido antes porque mis tripas no dejaban de sonar.–Respondió el joven, el cual posó su mirada sobre mí al darse cuenta de mi presencia.–Eh, ¿y esta quién es?

–Estaba en casa de los Kim.

–¿Qué? ¿¡Has ido a casa de los Kim!?

–Sí.

–¿¡Y te has traído a una pibita!?

–No, los he matado a todos y me he traído a una pibita.

–¿¡Qué dices!? ¡Hoy bebemos unas buenas copas de vino, familia!

–Acabas de cumplir la mayoría de edad y ya te descontrolas.

–¿Y me lo dice el criminal más famoso de la ciudad?

–Silencio, ella es Amber.

–Hola, soy Sunwoo.–Dijo con una sonrisa.

No respondí, no quería estar ahí, no necesitaba que me ocurriera nada de este estilo, no ahora.

–¿Es muda?–Preguntó Sunwoo.

–Ve a tu habitación y hablamos a la hora de la cena.–Suspiró Jungkook.

El chico salió corriendo hacia lo que sería su habitación y Jungkook insistió en enseñarme toda la mansión, pero no podía ni disfrutarla. Si hubiese sido en una situación en la que no me hubieran secuestrado, en la que no hubiera visto a cuatro de mis seres queridos muertos, en la que no acabara de irse toda mi felicidad a la mierda... Si hubiese sido en un momento normal de mi vida, disfrutaría de los lujos de ese lugar. Pero no, todo se había vuelto negro.

–Bien, ya te he enseñado todo...–Dijo Jungkook mientras se sentaba en el sillón.–No entraré a tu habitación sin tu permiso, no te molestaré y Oliver se encargará de cuidarte bien... ¿Qué te parece?

–Lo detesto.–Respondí con una sonrisa amarga.

–Amber... Siento mucho todo lo que ha pasado, pero juro que no te haré daño.

–¿Entonces por qué me has traído aquí? ¿Por qué no me has dejado libre? ¿Me quitas lo único que tenía y me quedo sin libertad también?

–No podía dejar evidencias.

–¿Y decides dejar cuatro cadáveres en esa casa?

–Nadie entrará en la casa de los Kim porque nadie sabe en dónde se encuentra, pero tenía que asegurarme de que no dirías nada de lo ocurrido.

–Que te jodan.

–Me lo merezco... Iré a decirle a los chicos que te dejen sola.

–¿Qué chicos?

–Sunwoo, Jay y Lucas, también conocidos como Sapphire, Howlite y Kyanite.

–Me da totalmente igual.

–Lo sé, solo informaba.

Jungkook salió de la habitación sin dirigirme la mirada, simplemente no me podía creer que me estaba pasando eso. No podía quedarme ahí... Pero no tenía ni la menor idea de que fui mandada a ese sitio por una razón, la cual descubriría poco a poco.

GLASS {JJK & KTH}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora