Rodri, joven promesa del fútbol y estudiante universitario de Económicas.
Luna, su compañera de clase. La primera vez que se aleja de su casa. De su lugar seguro.
Unos apuntes.
Una mirada.
Una invitación...
Y todo su mundo acabará patas arriba...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
20 dejunio. 19.00 de la tarde. Maria, Almería
- No estés nerviosa Luna
- No lo estoy, bueno, si lo estoy. Joder Rodri, voy a conocer de golpe a toda tu familia
Pongo mi mano en el muslo de Luna intentando tranquilizarla. A medida que estamos llegando a mi pueblo, se ha puesto más nerviosa y no para de bufar y resoplar a la menor ocasión.
Hablé con ella cuando me contó, que mi madre le había dicho que quería que viniera a la boda de mi prima. Le dije que yo también quería que lo hiciera y que sino se lo había dicho antes era, precisamente por esto, por no verla así.
- Ei nena, tranquilízate. Verás como vas a estar bien
- Si lo sé, Rodri. Lo sé. Pero...ya sabes como soy
- Y por eso te quiero más
Luna gira su cabeza y curva un poco su boca en una pequeña sonrisa. Estamos en la entrada de María, de mi pueblo. Quiero que esté tranquila cuando lleguemos a casa. Que no esté tan nerviosa. Yo estoy muy contento de que ella vaya a pasar éste fin de semana conmigo. Si supiera la ilusión tan grande que me hace.
Nosotros vivimos cerca del Restaurante El Panzas. En una casa de dos plantas que era de mi bisabuelo y mis padres restauraron poco a poco. Cuando empecé a ganar un buen sueldo en el Almería, les ayudé a terminar de arreglarla y la verdad es que ha quedado bastante bien. Estamos casi llegando al Centro de Salud, cuando giro mi coche hasta meterme por una calle que está en la parte de atrás. Por aquí no pasa nadie, porque cerca hay una vaquería. Paro el coche y me quito el cinturón de seguridad ante la mirada desconcertada de Luna.
- ¿Ya hemos llegado? -me pregunta ella algo angustiada
- Aún no. Ven aquí, anda
Le hace un gesto con la mano para que venga hacia mi. Luna se quita el cinturón y se levanta de su asiento para sentarse encima de sus rodillas. El mío lo echo un poco hacia atrás y la agarro de la cintura.
- No estés nerviosa. Nos lo vamos a pasar muy bien estos días. Te voy a enseñar todos los lugares bonitos de mi pueblo -acerco mi boca a su cuello y empiezo a besarlo. La escucho suspirar y como ladea su cabeza para darme más acceso a su piel
- Aunque no te lo creas, tenía ganas de venir Rodri
- Me alegra que me digas eso. Porque yo estoy muy feliz de que estés aquí conmigo
Luna gira su cabeza y pone una de sus manos en mi cuello. Tira un poco de él y sus labios besan los míos muy despacio. No tardo en buscarle la lengua y atacar su boca una y otra vez. Estos labios, su sabor, toda ella me vuelven loco. Mi pene se revuelve en mis pantalones, sobre todo porque ella ha movido su culo y me la está apretando.