Viernes. 20.30. Piso de estudiantes. Calle Central
Mis dos influencer han invitado a un par de amigas de su clase a un mini-botellón en casa. Jon y su compañero de piso también se han apuntado. Y maldita la gracia que me hace tenerlos a todos aquí. No siquiera me han preguntado si podían hacerlo. Parece que yo aquí no pinto nada. Y encima tengo que entregar una práctica y la tengo sólo empezada. Estoy agobiada no, lo siguiente. Estoy sentada en mi escritorio escuchándolos reír. Y es que me tengo que aguantar las ganas de ir y liarla.
Mi móvil suena y cuando voy a ver quien es, sonrío como una tonta, porque es Rodri. Descuelgo el teléfono y me llevo la mano al corazón intentando calmarlo.
- ¿Qué te pasa, Rodrigo?
- No encuentro el puto libro del tio que nos dio la conferencia el otro día. Quería hacer la crítica para el lunes y estoy jodido.
- Yo tengo el libro.
- ¿Y te hace falta?
- No, no me hace falta.
- ¿Podría ir a buscarlo, Luna? Me gustaría hacerla mañana antes de irme a la concentración.
- Ven si quieres, aquí estoy. Aunque te advierto, mis compañeros están de botellón.
- ¿Tú también?
- A ver, una copita me tomaré, pero nada más. Y eso por joderlas. El plan que llevan no me gusta nada. Te digo yo que acaban haciendo cama redonda.
- ¡Venga ya, Luna! No seas exagerada.
-Tú no conoces a mis compañeras -le contesto resoplando. Porque realmente, no quiero que las conozca.
- Bueno, voy para allá. Ahora te veo.
- Hasta ahora.
Cuelgo el teléfono y me llevo las manos a la cara. Entonces me doy cuenta de las pintas que llevo. Voy en pantalón de pijama y con la sudadera más rota que tengo. Rápidamente me cambió, poniéndome unos leggins negros y una camiseta blanca de pico. Recojo mi pelo en una coleta alta dejando algunos mechones sueltos y abro la puerta de mi habitación por si llaman al timbre y alguna de éstas se les ocurre ir a abrir.
Calculo que Rodri estará aquí en unos diez minutos más o menos, así que aprovecho y voy al baño. Entro dentro y hago mis necesidades. Me lavo los dientes. Me echo colonia Nenuco. De pronto suena el timbre y termino de hacer mis cosas a velocidad record, pero, cuando salgo, Anabella ya ha abierto la puerta. Voy corriendo hacia ella y veo a Rodri mirar a mi compañera de arriba a abajo bastante sorprendido.
- Vaya, hola, Rodri, me alegro de verte -le dice Anabella con esa voz que pone cuando quiere beneficiarse a alguien.
- Anabella, volvemos a vernos.
Mierda, mierda y más que mierda.
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𝑷𝒊𝒆𝒏𝒔𝒂 𝒆𝒏 𝒎𝒊
Teen FictionRodri, joven promesa del fútbol y estudiante universitario de Económicas. Luna, su compañera de clase. La primera vez que se aleja de su casa. De su lugar seguro. Unos apuntes. Una mirada. Una invitación... Y todo su mundo acabará patas arriba...