CAPITULO 20

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¡¿En serio te dijo eso?! — Decía Fernanda del otro lado de la pantalla
— ¡Vaya que es un idiota!

— Sus cambios de humor me tienen cansada.

— ¡Bestie!, demuestrale tu carácter deja que vea quien es Andrea Rivera.
— Dice Fernanda emocionada
— Gritale como cuando me defendiste de aquellas chicas en el bar francés.

— Estaba ebria. — Responde entre risas Andrea.

— Entonces ponte ebria y dile sus verdades.

***

John quien caminaba de un lado hacia otro en la oficina de Oliver, no dejaba de preguntarse como es que aquel hombre considerado el más brillante de la familia Queen podía tener ese tipo de comportamiento.

— Sabes que hablando se entiende la gente ¿Verdad?

— Diggle — Decía por quinta vez Oliver.

— Dejame ver si entendí, quieres que Andrea aprenda a defenderse ¿Y lo que haces gritarle?

— Si.

— ¡Por favor Oliver!

— Andrea debe aprender a no dejarse intimidar por nadie.

— ¿Ni siquiera por ti?

— Mucho menos por mi. — Respondió Oliver caminando hasta la ventana.
— Sabes que la sociedad de Ciudad Starling habla de ella.

— Si. Pero la culpa la tienes tú.

— Lo sé y no me gusta.

— Conseguiste a Andrea para que finja ser tu esposa. Pero eres tú quien no la respeta.

— Sus padres han dejado una cantidad de dinero en la cuenta.

— Lo sé. — el moreno suspiro — Si de verdad quieres que Andrea aprenda a defenderse como lo dices tú. Habla con ella y no le grites.

— ¿Te agrada?

— Si Oliver, Andrea me agrada.

— Ella es diferente.

— Si, lo es.

— Me gusta — Confesó por fin Oliver, desde hacía tiempo que sus sentimientos hacia a Andrea eran diferentes,

No iba a negar que desde el día en que la conocio quedó cautivado, los ojos café al igual que su cabello la hacian única.
Su sonrisa había quedado guardada en la mente de Oliver. No había un minuto del día en que él no pensará en ella.
Su sangre hervía al pensar en que alguien más pudiera arrancarla de su lado. Su sangre hervía al pensar que otra persona pudiera disfrutar de aquellas muecas que hacía al leer o al comer.
La sangre de Oliver hervía al imaginar que alguien más era el causante de las sonrisas de Andrea, él y solo él quería serlo.

— Por fin lo aceptas. — Responde el moreno.

— ¿Perdón?

— Oliver, es evidente que Andrea no te es indiferente.

— Pero yo a ella no le interesó.

— ¿Cómo estás tan seguro?

— No se pone nerviosa al estar cerca de mi, le da lo mismo.

— Si en verdad te gusta, — Diggle se acercó a Oliver.  — Conquistala a su manera.

Luego de unas horas Oliver salió con dirección a la mansión Queen. Las calles de Ciudad Starling podían verse resplandecientes y hermosas, al girar en una de las avenidas principales observó que la camioneta de Andrea estaba estacionada, pidió al conductor detenerse este lo hizo y bajo del auto.

Trato Por Amor ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora