Quédate conmigo

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     MARCOS

¡Estoy que no quepo en mí de alegría! He convencido a mi padre para que me deje disfrutar de las fiestas de San Isidro, salvo que haya una urgencia. ¡Genial! En eso estoy de acuerdo. Además, les he hecho un poco la pelota a él y a mi madre comiendo un día con ellos a pesar de la apretada agenda —acorde con la de mi padre cuando vamos a la par—, y he hecho ¡bingo! No puedo quejarme, pues.

    He escuchado a César y a Julián gritar de alegría al otro lado del auricular cuando les he confirmado que estaré en las actuaciones con ellos. El cantante de Desgasta2 va a estar tan omnipresente como el resto de sus componentes. Solo pensarlo me enorgullece. Y a la vez, me hace temblar. Habrá público. Seguro que, entre toda aquella muchedumbre, asistirá alguien que me puede conocer y con ello, llegar a oídos de mi padre qué hago a sus espaldas, en mi tiempo libre, que me absorbe parte del tiempo que no me conecto al portátil para controlar el negocio. ¿Y qué? Una vez se lo largué indirectamente. Puedo estar en dos lados a la vez si sé compaginarlo. Si es soy capaz de hacerlo posible. Puedo ser igual de serio y efectivo con traje, o sin él. Con mi sonrisa seductora puesta, que con aquella que esbozo en el cierre de un trato con los clientes. ¿Por qué no? Combinación, chico. Combinación.

    ¡Estás como una puta cabra, chico! ¡Como una putísima cabra!

    «Vale. Eso también»


    Se han producido varias actuaciones a lo largo de la semana. Pero con nuestros rarísimos horarios, César hizo bien de usar solamente el fin de semana y no fallar en nuestras actuaciones. Un fin de semana que este año se alargará a, incluso, el lunes.

    Hemos recibido preguntas en nuestros videos promoción de YouTube, esos con nuestras canciones. Vídeos en los que he terminado dejándome grabar. Sí. Puede que haya metido la pata con ello. Pero, ¿y por qué no? ¿Por qué mis futuros fans no deberían de conocer mi rostro? El rostro de la persona que pone la voz al grupo. No hemos respondido hasta que nos hemos asegurado que no les vamos a fallar. Que van a vernos sobre el escenario. Ya puedo saborear el momento. ¡Ojalá y que pronto nos catapultemos hacia la fama!

    Sin embargo me vuelven a temblar las manos. ¡Tengo mi propia vida! Puedo hacer lo que crea necesario, lo que desee, mientras sea lo correcto.

    «Vamos, tío. ¡Es lo que siempre has soñado!»

    Lo es.


    Queríamos haber visto el resto de actuaciones de lo que restaba de la tarde. Habernos pasado por Matadero, Vistillas, etc. Sin embargo, y dado que somos novatos en esto, preferimos dejarnos caer en el montaje del escenario más temprano de lo habitual para hablar con los técnicos de sonido y tal. Quisiera probar la acústica de nuestros instrumentos. Afinarlos adecuadamente. Conocer el escenario en el que vamos a tocar y prepararnos para esta, nuestra primera actuación al aire libre, fuera de cumpleaños y colegas. No llevamos guardaespaldas como cualquier famoso. No somos de pompa y boato. No van a perseguirnos como lo harían con cualquiera de aquellos que ya se mueven por el mundo del famoseo. Solamente, nuestros seguidores e Internet y poco más. Y si se dejan caer todos ellos por Aquí, cosa que dudo. Uno puede adular, y luego pasar del tema. Quiero tener fe en aquellos que nos escuchan, comentan, etcétera. Quiero creer.

    Recuerdo que he sido un cobarde. No he avisado a Paula de que vamos a tocar. Siquiera me he atrevido a pedirle una cita, aunque sea como amigos, para más tarde. Puede que mañana sábado trabaje. Seguramente. No creo que hoy fuera capaz de aceptar una salida de amigos. No creo que acepte ni hoy, ni nunca. No sé si tirar la toalla. No sé si seguir intentándolo. No sé...

Música para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora