La noche siguiente, Paolo fue a estar a solas en el jardín de atrás de la casa Coppola. Ya que no podía darle la cara a Adrienna tras la reunión que tuvieron en el gran salón.
Mientras que cuidaba de una nueva flor que nacía muy despacio en el jardín, pensó en cómo cuidar a Adrienna de todo peligro que había en la vida inmortal. Y sabía que tenía que aprender tal y como él lo hizo con el paso de los años y siglos. Solo esperaba no fracasar.
Paolo notó la presencia de alguien detrás de él. Pero sin mirar hacia atrás y solo de reojo, vio a su padre. Quien estaba muy parado ante él.
―¿Ocurre algo padre? ―le preguntó.
―Nada que debas de saber.
―Entonces no entiendo por qué está detrás de mí como si fuera uno de los fantasmas de mi pasado.
―Tenemos que hablar de lo que sientes por Adrienna.
―Si sabes cuales son mis intenciones con ella, ya no tenemos nada de qué hablar. Adrienna es para mí, lo mismo que fue para ti Imara.
―Si lo que deseas es convertirla, tienes mi aprobación. Pero necesito que Hodira este con vosotros para que ayude a recordar a Adrienna como fueron las cosas.
―¿Esa es tu única condición?
―Así es. Salvo que le darás su inmortalidad ya que hoy es el día en que Francesco acordó de transformarla y aun no lo hizo. Dale la inmortalidad como su regalo de cumpleaños. Uno importante.
Pero Paolo no le dijo nada. Carlo solo obtuvo el silencio.
―Hijo, espero que no pierdas la cabeza por una mujer. Yo la perdí y me di cuenta que Imara no era para mí, el día en que perdió su razón. Ahora intento ser feliz con tu madrastra.
―No voy a perder de ninguna manera la cabeza por Adrienna. Intentaré protegerla de lo que sea con tal de estar siempre a su lado.
―Pero recuerda que está casada con un Bianchi. Y cuando la hagas parte de nuestro aquelarre, estará en contra de la familia que le crio.
―Usted sabe que es lo que opina Adrienna al respecto a estar casada con Luciano. Mas ahora que sabe que los del aquelarre que le acogieron iniciaron una guerra que parece ser que aún no quieren acabar.
―Lo sé. Pero si es verdad lo que Imara vio, ahora más que nunca la necesitamos de nuestra parte.
Los vampiros hicieron una breve pausa.
―Dale la inmortalidad. Y que Hodira este a tu lado para que le ayude a recordar.
―Vale. Pues que venga cuanto antes. Yo voy a ir a avisar.
―Tranquilo. Hodira ya lo sabe y está junto a sus padres en el salón.
―Le pediría padre que solo estuviéramos Hodira y yo durante el proceso. Usted y yo sabemos que cuando alguien se convierte en un neófito, lo primero que piensa es en la sangre y lo que quiero es que Adrienna no piense en matar a la bruja después de todo.
―Vale. Le daremos la bienvenida cuando haya bebido sangre tras la transformación.
Paolo asintió
Después, él vampiro se marchó. Dejando a solas a Carlo. Quien no sabía si había hecho bien en cederle la transformación a Adrienna.
Paolo fue a buscar a Hodira y ambos fueron juntos a su habitación.
Cuando llegaron en pocos minutos, ambos entraron y vieron que Adrienna estaba sentada junto a la ventana. Y tenía puesto, un vestido rojo que a Paolo no tardó en llamarle la atención.
―¿Qué ocurre? ―preguntó ella―. ¿Por qué viene ella contigo?
―Adrienna tranquila ―dijo Paolo―. Mi padre ha aceptado en darte la transformación. Pero la única proposición que ha puesto ha sido que Hodira te ayude a recordar durante la transformación.
―¿Y qué es eso tan importante que tu padre quiere que recuerde?
―No lo sé. Pero lo único que sé es que quiere que recuerdes como sucedieron las cosas y con quien te criaste realmente.
―¿Carlo pretende abrirme los ojos? Pues creo que ya llega tarde, porque se quién es realmente Francesco.
―Pues tendrás que aceptar lo que ha dicho mi padre Adrienna. Al menos que no quieras ser vampiresa.
Y ella arqueó una ceja. Pero enseguida la bajó porque sabía que no tenía opción a lo que el vampiro le estaba diciendo.
―Vale ―Adrienna respiró profundamente―. ¿Qué es lo que tengo que hacer?
―Relajarte encima de la cama. Para que la ponzoña sea menos dolorosa tendrás que estar muy relajada. ¿Recuerdas los pasos que tiene la transformación?
Ella asintió.
―Perfecto. Solo que en tu lugar sentirás como duele y después verás tus recuerdos con ayuda de Hodira. Seré yo quien te calme el ardor y la sed. Que será en el mismo instante en el que despiertes.
―No me sueltes de la mano ―le dijo ella.
―No lo haré.
Adrienna se tumbó encima de la cama y después Paolo se puso encima de ella. Donde no tardó en decirle:
―Toma la inmortalidad como mi regalo de cumpleaños.
Pero ella no dijo nada. Pues recordó que ya estaba haciendo veintinueve años ese día.
Paolo olió la esencia de Adrienna y tras ello, le mordió. Sin embargo, esta vez tomaría toda la sangre que pudiera de ella.
Cuando se percató que había bebido la suficiente, Paolo se mordió la muñeca y comenzó a emanar sangre sin parar. La cual no tardó en entrársela en la boca a Adrienna.
Él notó como su ponzoña y su sangre iban a través de su organismo y después se sentó a su lado para observar lo que la bruja hacia con ella.
Paolo solo notó oscuridad en la mente de Adrienna. Una oscuridad que le estaba invadiendo a él por no saber si estaba bien.
Y ella, notó el dolor. Pero también como el ardor por su cuerpo se apoderaba de lo poco que le quedaba como humana. Una humanidad que por fin se le estaba escapando de las manos después de muchos años de espera.En la oscuridad de su mente se encontraba sola. Donde ella comenzó a decirse a sí misma como eran los pasos de la transformación.
Caminó en esa oscuridad hasta hallar lo que Paolo le dijo. Sus más valiosos recuerdos. Sin embargo, apenas podía recordar mucho. Ya que solo tenía algunos recuerdos vagos de lo que ocurrió antes de que Francesco la encontrase.
De pronto, se encontró con alguien.
Adrienna se acercó a esa persona y tras percatarse, se dio cuenta que era ella misma quien se dirigía hacia a ella.
Cara a cara con su propio espejo, no supo que hacer. Solo se le ocurrió romperlo. Hasta que sus recuerdos comenzaron a brotar.
Tras ver como Francesco se la llevaba por egoísmo y por intentar de matar a sus padres; y también por no complacer a Carlo de que la dejara vivir, comenzó a sentir odio por los vampiros que le acogieron.
Sin embargo, fue ver cómo le quitaban sus recuerdos y todo lo que ocurrió después, lo que le hizo entender a ella porqué en realidad Francesco quiso unirla junto a Luciano. Pues en realidad con quien estaba comprometida era con Paolo y no con el que en realidad era su esposo ahora. Y ver recuerdos que no le pertenecían, también le hizo entender que el vampiro que le acogió quería un puesto en el consejo.
Tras dejar de ver todos sus recuerdos, la oscuridad volvió a ella. Y tan dura fue esa realidad como lo que había vivido en esos veintisiete años.

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Renacida (Manos Miserables #2)
ÜbernatürlichesLos secretos en el aquelarre Bianchi siguen siendo día tras día un mar sin cauce. Donde las cosas empeorarán con el trascurso del nuevo matrimonio en la familia. Donde Adrienna se enfrentará en estos momentos a un Luciano diferente. Sin embargo, hab...