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Bueno, si vemos las cosas en retrospectiva ¿Que tan mal está esto?

Recordando que estaba pensando la noche anterior en el hecho de que debe decirle a su supuesto destinado que nunca jamás podría pasar algo, que en ningún momento serían capaces de cumplir lo que sus lobos pedían, pues entonces estaba bastante mal.

Usa en la escuela era una clase de ser alejado de los demás, no conocía a nadie más allá de su novio, sabía nombres, tenía una buena relación con todos más o menos, pero no como Fil.

Fil tenía esa actitud tan serena con todos, abierto y amable con cada compañero, le era fácil empezar una conversación con cualquier persona o hacerse amigo de alguien. Cualquiera diría que es amigo de él.

Usa no, Usa no conocía a nadie.

Era como si su vida rodeara la vida de Fil todo el tiempo, no es como si eso le molestara, en absoluto, pero a veces se pregunta como serían las cosas si no tuviera que ser tan tímido.

No tenía amigos, sólo a Fil.

Está bien de igual manera, supone.

Aunque justo en ese momento maldecía tanto el no tener a nadie con quien hablar porque Filipinas había faltado. Tenía las últimas horas libres por la ausencia de algún profesor que siquiera recuerda, y, como siempre, estaba solo si no estaba su pareja, así que realmente no tenía muchas opciones para entretenerse.

Salió a caminar por los pasillos.

Era la última hora y a la salida del colegio ya había quedado en ir a ver como estaba Fil ya que se había enfermado, iba a cuidarlo porque sus madres estaban trabajando hasta más tarde. Sólo necesita algo que lo entretenga durante los próximos treinta minutos.

Y claro que como no podía ser de otra manera, se encontró con quien nunca busca pero siempre se termina encontrando.

Argentina.

Oh, pero tenían que ser incluso más raras las cosas.

Ahí estaba su supuesto omega abrazado a cierto australiano que lo sujetaba desde la cintura, acercándolo a su cuerpo mientras parece besar un lado del cuello del chico de cabellos blancos, Argentina sólo se dejaba besar entre risas, acercando sus brazos hacia el pecho de Australia.

--Nos van a ver--Se quejaba entre risas, pero no hacía nada para detenerlo.

--No lo harán si no haces ruido--Se oía más ahogado por tener sus labios pegados a esa delicada piel del omega, pero se escuchaba risueño también.

Lo que sintió no lo pudo explicar.

Estaban en un pasillo en horario de clases, si, compartían salón así que también tenían la hora desocupada, pero ¿Tenían que hacer esto en medio del pasillo? Es decir,  no es como si nunca lo hubiera hecho con Fil, eso de escabullirse entre los pasillos para besarse, pero esto era diferente.

No había un porqué, pero se sentía completamente diferente.

Esto no debía suceder.

--Si alguien nos ve...

--Entonces tendrán que entender que no podía soportar esperar más para poder besarte.

Esos ojos angelicales se posaron en los de Australia, quien dejó de besar su cuello para ponerse justo delante del rostro de Argentina para verlo directamente a ese cielo lejano. No notaban su presencia aún, y siquiera se daban cuenta de que estaban tan envueltos en su burbuja que cualquiera podría pasar y verlos.

Allí, con una parsimonia que casi enloquece a Usa, se besaron, con tanta delicadeza y suavidad que parecía que temen romperse.

Sintió que había vuelto a su habitación llena de feromonas ajenas.

Sintió que volvía a ahogarse, que esa sensación de traición y desolación volvía a llenarlo.

Se sintió pequeño.

Si le preguntan entonces tendría que mentir, porque en serio que no tiene idea de en qué momento se terminó de acercar a ellos y tomar por la mano al omega. 

Caminó, caminó hasta donde sea que su instinto lo llevara, llevando también a rastras al pobre chico que no paraba de quejarse sin ser oído.

No sabe en qué momento perdieron a Australia, cuando Argentina se calló, o siquiera cuando entraron al baño.

Lo único que sabe es que ahora se encontraban contra la pared del baño, él acorralando a Argentina, mirándolo a los ojos sintiendo ese miedo y esa terrible ira desbordándolo.

Argentina parecía no reaccionar.

Él tampoco lo estaba haciendo.

No tenía el control en ese momento.

Les costó unos minutos entender la situación en la que estaban.

--¿Qué demonios te sucede?--Parecía querer reaccionar, querer gritarle que no tenía derecho a hacer esas cosas, que no eran nada y que tenía novio como para hacer esas escenitas.

Pero la verdad es que sólo podía sentirse terriblemente sumiso, hablar suave para no molestar a su alpha.

Que lo cele y lo aleje de otro alpha había despertado una sensación tan extraña que incluso llegaba a molestarle, se sentía protegido y le despertaba esa extraña satisfacción que ser poseído le entrega. Estaba reaccionando por instinto.

Su omega quería llorar de la felicidad ¡Su destinado les había hecho caso! ¡No los había rechazado! Oh, pobre lobo cegado.

Su destinado quería llorar de la frustración.

Pero Usa siquiera sabía lo que estaba haciendo, no había sido consciente de lo que hacía, apenas entendía que su piel estaba vibrando como nunca y que sus ojos se centraban en cierto punto específico que quería evitar. Su cuello, lugar donde su mente imponía una marca que luchaba por no dejar.

Quería marcarlo, necesitaba marcarlo, dejar en claro que le pertenece, que no tiene que dejarse tocar por nadie más, que no necesita a nadie más.

Pero no era así. 

Argentina no le pertenecía. Detesta lo mucho que le duele saber eso.

Una mano abandonó la pared, temblorosa, acercándose hacia la mejilla del pobre omega que entre sus brazos también temblequeaba, lo acarició, sintiendo ese perdido estremecer. 

Sin quererlo se dirigió a sus ojos.

Esos ojos de ángel, le rogaban soltarlo, pero también imploraban amor.

--Somos destinados.

No está seguro de porqué lo dijo, qué parte de él le rogó decirlo, si su lobo o su cordura, pero ambos necesitaban decirlo.

"Eres mi destinado, el destino nos quiere juntos, nacimos para amarnos"

--Lo sé.

"Somos destinados, necesitamos distancia antes de cometer errores"

--Lo siento.

Y aunque se disculpó, no supo muy bien porqué ¿Por todo? ¿por acorralarlo? ¿Por estar destinado a amarlo?

Solo sabía que lo sentía. Y quizás la disculpa fue por haber visto esa mirada en los ojos de tan bello omega y aún así haberse ido, dejarlo solo luego de ver como le rogaba amor. 

Usa se fue del baño, sin saber que acaba de pasar, pero sabiendo que se había escapado de algo grande. Algo acababa de pasar, y aunque no entiende qué, estaba satisfecho.

Ya todo era claro.



『𝔸𝕟𝕘𝕖𝕝 𝕖𝕪𝕖𝕤 』 ᴜꜱᴀʀɢ  🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora