Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou DxD

La niebla del bosque Haltina

Cinco días antes Bosque Haltina

¿?—Comandante ¿Es verdad lo que dijo el mensajero?—un par de hombres caminaron a través de la densa niebla blanca, el menos de los dos era de piel oscura y sus orejas se estrecharon hasta cierto punto, era un demonio, el hombre mayor se giro a su compañero y considero la pregunta, tenia una expresión severa, que solo correspondía a su edad, y arrugas mas profundas que el Desfiladero de Raisen

Comandante D—Vice capitán Celeka ¿Quieres decir que nuestros mensajeros están mintiendo?—el hombre entono gravemente debido a las palabras descuidadas de su compañero.

Celeka—N-No, por supuesto que no..  N-Nunca se me ocurriría... Mis disculpas, comandante Davros—el joven agito la cabeza apresuradamente.

Davros miro a Celeka, la reprimenda en su mirada calaba profundamente, Celeka era un miembro de alto rango del ejercito, alguien de su posición no debería haber hecho comentarios descuidados como ese, especialmente no al oído del ejercito marchando detrás de ellos.

Davros—Nuestros mensajeros estaban dispuestos a sacrificar a los monstruos que les habían dado para entregarnos ese informe, no hay duda de que todo es verdad...

Celeka—P-Pero... No puedo creer que Fred-sama realmente estuviera tan malherido... y pensar...—y pensar que el enemigo sobrevivió a Fred atrapándolos en el Gran Volcán de Gruen mientras estaba en erupción, el demonio no termino su frase, sin embargo, Davros entendió exactamente lo que intentaba decir.

Davros—Todo lo que significa es que los humanos tienen a alguien tan poderoso de su lado.

Celeka—No puedo creerlo ¡Estamos hablando de Fred-sama! Tenia a Urano con el, junto con un ejercito personal de monstruos... ¿Realmente pudo haber perdido?—aunque mantenía una voz baja, no podía ocultar su angustia.

Davros una vez mas lo miro con reproche, Celeka engullo y cerro la boca con pinzas, aunque si era honesto, Davros no culpo al chico por estar tan preocupado, habían pasado dos meses desde que Davros había sacado a su escuadrón de elite de Garland el reino de los demonios, y se dirigió a explorar los bosques de Haltina, buscaban la verdadera entrada al laberinto que se escondía en su interior.

Todo el bosque era una región sin mapas habitada por hombres bestia y monstruos, una densa niebla cubría los arboles durante todo el año, confundiendo los sentidos y haciendo imposible la navegación, solo los hombres bestia y los monstruos nativos del bosque eran inmunes a los efectos de la niebla, Fred Bagwa, comandante supremo de las fuerzas de Garland había ordenado a los escuadrones de elite que buscaran otros laberintos y los conquistaran, la fuente de su propia fuerza había venido de la conquista de uno de los laberintos y de la obtención de una de mas antiguas magias guardadas en sus profundidades.

Fred quería que el mayor numero posible de sus hermanos fueran capaces de usar la magia antigua, por lo que había enviado a los mejores de sus hombres a buscar los otros y absorber sus fuerzas, Davros era uno de los comandantes mas antiguos de Garland, y tanto Fred como el señor demonio confiaban en el implícitamente, lo habían seleccionado para esta misión porque creían que era capaz de manejar el mar de arboles y el verdadero laberinto que estaba en sus profundidades.

Davros puso gran fe en las opiniones de Fred y su rey y creyó en su propia fuerza, aunque sabia que las pruebas de los laberintos eran peligrosas, creía que podía enfrentarse a lo que esperaba, especialmente porque tenia una carta del triunfo imbatible

¿??—Grrr.

¿??¿—Screeech.

Los monstruos que Davros y su unidad estaban montando gruñeron, con los pelos alzados, sus gritos sonaban como chillidos de metal sobre metal, esas criaturas eran poderosas, concedidas a Davros por Fred, no solo eran inmunes a los efectos de la niebla, si no que eran mucho mas fuertes que la mayoría de monstruos, y eran la carta del triunfo de los demonios