Han pasado dos días desde que hablo con ese idiota llamado Cato, ya tome la decisión de no hablarle nunca más. Pero...Aun no sé bien que me pasa. Cada vez que digo eso me da una punzada en el estomago. Además, he estado fallando a los tiros en mi entrenamiento últimamente...Decidí olvidarme de todo por un instante. Pensar como seria volar, pero luego me arrepentí porque me daría cuenta en la basura de sociedad en la que de hoy todos somos parte. Pero eso no fue lo único que me hiso parar. Fue un pensamiento en blanco. La cara de Cato. Me había olvidado de todo, menos de Cato.
Suerte para mí el ha estado faltando los últimos días, lo que es raro, ya que aquí en el 2, generalmente no hay elegidos, hay competencia para ser el elegido. Yo no planeaba ofrecerme de tributo, aunque si me eligieran no tendría ningún problema...Me hace sentir bien el hecho de matar...Lo he hecho antes, e ir a los juegos del hambre seria como matar...Pero legal.
Cato es un chico alto, y fuerte. Sin embargo, yo no le tengo miedo. No le tengo miedo a nada y no creo que una sorpresa me provoque ese sentimiento tampoco...
Llego a mi "casa", estoy por abrir la puerta cuando de repente escucho gritos...Gritos de alguien que yo conocía, sin embargo estos no pedían ayuda...Eran más bien gritos de furia. Lo sé porque, yo también los he pronunciado, aunque nunca los pronuncie sin un acto seguido...Je.
Quiero ir a ver qué está pasando, pero me recordé a mi misma que jure nunca volver a verlo.
Era demasiado tarde, ya estaba en camino hacia los gritos sin darme cuenta.
Era, como lo esperaba, Cato.
Estaba entrenando, pero estaba enojado. Estaba clavando una y otra vez su espada contra un árbol. Me quede viéndolo sin darme cuenta, por más de quince minutos. Cuando me di cuenta ya era tarde y debería estar en mi casa, asique me aleje lentamente sin hacer ningún ruido, pero una maldita rama chillona me delato y tuve que empezar a caminar más rápido disimuladamente. No funciono, porque el idiota de Cato tiene reflejos, y se dio cuenta al instante de que, yo, Clove, estaba ahí.
-Clove!
Al escuchar mi nombre pronunciado en sus labios sentí un pellizco en el estomago de nuevo, sin darme cuenta voltee, y lo vi. A la milésima de segundo salí corriendo hacia mi casa. Apenas llegue apoye mi cabeza contra la puerta y saque una astilla de esta. Cuidadosamente empecé a cortarme el brazo con la astilla, pero una mano me detuvo y dijo:
-Estás loca?!
-Ya te dije que si.- Conteste, sabía que era Cato, pero igualmente ya era tarde, ya me había cortado lo suficiente como para que me salga un poco de sangre. Prefiero sentir el dolor físico que mental.
Entro sin permiso a mi casa y saco un pedazo de manga de tela que había tirado en el piso y me cubrió el brazo.
Cuando finalmente me apoyo en el piso, yo estaba algo adolorida y dormida.
-Por qué saliste corriendo cuando te hable?
-Porque no quería hablar contigo. - Mentí, si quería, no tenía el valor. Este chico definitivamente ha penetrado en mí. Odio eso.
-Pues yo si quiero hablar contigo; Me agradas Clove, pero honestamente no te entiendo. No sé por qué razón te haces estas cosas, pero no está bien y no me gusta que lo hagas. No me gusta que te hagas daño...
-No me importa lo que te guste o no te guste...
-Tu me importas Clove.
Sin darme cuenta me puse roja. Aprovecho la oportunidad para apoyar lentamente sus manos en mi cara...Acercarla a sus labios...Y me besarme.