Estamos parados el uno enfrente del otro. No sabemos que hacer,ni que decir,solo nos miramos.
-Cato...- Susurro mientras corro a sus brazos.
-Clove...Mira...- Me enseña unas vallas entre moradas y rojas... -Son...Venenosas...
-Cato- Se perfectamente a lo que se refiere.
-No puedo vivir sin ti.
-No puedo vivir sin ti - Repito
-Entonces solo hagamoslo-Decimos al unisono,mientras Cato apoya un puñado de vallas en mi mano.
-Te...-.Digo yo
-Amo- Repite el
Empiezo a entrelazar mi mano con la suya mientras la otra me la llevo a la boca.
-Alto!- Grita la voz de Séneca Crane - No lo hagan...Felicidades a los vencedores de los septuagesimo cuarto juegos del hambre.
Despierto en un lugar que no conozco. Lo único que me acuerdo es que Cato y yo salimos de la arena y nos llevaron a un conservatorio.
*En la entrevista a los vencedores de los 74° juegos del hambre*
Cato y yo estamos parados en un escenario viendo la repetición de los juegos, estoy de la mano de Cato.
*Un año después*
-y ahora llegamos al tercer callarse de los veinticinco. En el 75°aniversario, donde los tributos saldrán elegidos de la lista de vencedores.
Salgo corriendo, corro y corro, llego a la casa de Cato.
Nos miramos mutuamente porque sabemos que por mas que hallan millones de vencedores nosotros saldremos elegidos.
Ese es el castigo de nuestro prohibido amor.