Rue.

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Ayer, ha muerto un tributo mas; Peeta Mellark.

-Uno menos- susurre a mis adentros; Estaba...Irritada.

La chica del 12 no había muerto pero el chico si, y, ese no era mi plan. Mi plan era ver como el chico del 12 caía en la penumbra y soledad mientras veía como mataban a su amada...Supongo, que ahora, la chica del 12 estará algo triste también, por lo que vi, esos dos de amantes no tenían ni dos pelos.

Pero, ¿qué más da? Ya hay más posibilidades de sacar a...Cato...De aquí.

Me levanto, y salgo de la "carpa" color avellana que, en algún momento, me protegió de mi estado desconfiado, inocente, y sin memoria. Marvel, haciendo guardia. Cato, mirando a Marvel. Estática, en el ambiente...

-Hay que seguir-Susurro casi inaudiblemente hacia mis adentros, pero Cato, lo ha escuchado.

-Sí. Hay que seguir. -Marvel mira  a Cato desconcertado, y luego a mí. Yo solo lo miro seriamente mientras que me dirijo a él.

-Alguno de ustedes dos ha escuchado el cañonazo de...-La voz me quiebra y se me hace un nudo en la garganta...-Peeta Mellark. -Digo casi gritando, derecha y en posición desafiante; Si, de casualidad, piensan que la muerte de Peeta Mellark me afectará; Están equivocados.

-Yo...No. -Dice Cato, tal vez...¿Avergonzado? ¿Por qué?

-Yo lo he escuchado -Dice Marvel mientras señala la gran "montaña" que había a nuestra derecha -Allí, fue.

-¿Cuando escuchaste el cañonazo, Marvel? -Dice Cato haciendo que dé un paso atrás; Esta algo...Enojado, y cuando él se enoja, es mejor apartarse. Pero, se pone enfrente de mí, y mira a Marvel dándome un empujón hacia atrás. -¿Tú lo has matado, no? ¿No?!

Ahora lo entiendo todo; Cato también se obsesionó con lo de; Mata a la chica primero, déjalo sufrir al chico.

-Cato...-Pienso cuidadosamente lo que voy a decir; Un movimiento en falso, y una lanza se clava en mi corazón...-Ca...-Balbuceo-Cállate. -Cato da media vuelta, lentamente, y me mira. Esta aproximándose a mí, hasta que nuestros ojos...Narices...Labios, y facciones...Están rozándose. -Es decir, digo...Eh...Yo-Balbuceo un rato, y como siempre, Marvel llega al recate.

-No, no lo he matado yo. Ni Clove, ni tú, ni ninguno de nosotros, Cato. Lamento decirte que tus...-Estaba a punto de decir una palabra, pero Cato lo miro de repente, y se cayó. -Que tus...Deseos, de matar al chico no se han cumplido...

-Sí, eso. -Digo yo algo estupefacta. -Además, ¿si Marvel o yo, hubiéramos matado al chico, tú que hubieras hecho, eh? -Ahora soy yo la que nos deja a un centímetro de nuestros ojos, y el solo retrocede. -¿Eh?

-Nada. -Dice mientras camina, solo, hacia el donde Marvel dice haber escuchado el cañonazo.

-Marvel, -Digo mientras me acerco a abrazarlo; Creo, me ha salvado la vida. -¿Estas bien?  , Creo que...Ayer, rastreavispulas y...

-Si Clove, estoy bien. -Me interrumpe y toma mi equipaje en sus manos.

Me he dado cuenta; Necesitamos más provisiones; Lo que antes era todo un bufet de galletas saladas, conejo, y moras silvestres, ahora se reducen a una migaja diminuta de pan; Una galleta, y un diminuto trozo de queso de cabra.

Además, agua. Necesitamos, agua. Las botellas que antes estaban llenas, se redujeron a una solo botella a la mitad.

-Hay que ir a por agua, también...-Le digo a Cato, al cual ya casi pierdo de vista, y a Marvel, el cual está en frente de mi.

-Sí, tienes razón. -Dice Marvel mientras abre los ojos como platos al ver el bosque; Algo se le vino a la mente

-¿Alguno de ustedes sabe cazar? -Dice casi inaudiblemente, y con voz ronca. No aparta su mirada del bosque verde oliva que se encuentra a centímetros de nosotros.

¡¿Qué clase de pregunta es esa?! La gente del capitolio, ¡no sabe de nosotros! Los, rebeldes...

¡No sabe de la gente que caza, no sabe de la gente que huye, no sabe nada! ¡El capitolio, no sabe nada de nosotros!

-¿Bueno, supongo que es igual que matar, no? -No admito mis habilidades de caza, y saco otro tema. Marvel ha metido la pata hondo y yo solo vacié la cubeta para sacarla.

-¡Oh, sí! -Dice Marvel algo exaltado, se ha dado cuenta de lo que ha dicho.

Nos dirigimos por la zona rocosa, caminamos ya, una hora.

-?Al...alto!-Digo yo, casi sin aliento.

-¡¿Qué demonios pasa Clove?! -Grita Cato a los cuatro vientos; ¿Que paso? ¿Ahora que hice? -Lo...Lo lamento, Clove. -Se acerca a besarme...Y...Yo lo aparto.

-Está bien. -Digo, de nuevo, casi sin aliento- Hay...Que descansar, estoy, muy cansada.

-No podemos descansar ahora -Dice Cato mientras mira la llanura del lugar donde nos han metido el capitolio -No...No podemos.

Ya, iba a empezar a discutir, como siempre. Pero, algo me exalta, es una sombra que se ve en un árbol; Luego en otro, y luego en otro. Así, hasta alejarse de nuestra vista, y recibir una lanza en el corazón. Es como si un...Pájaro, haya sido cazado; Saltando de rama en rama...Pelaje negro...Ojos tan claros como la luz del día...Y el cazador; Un despiadado que no tiene fervor a matar a la mas diminuta criatura que se encuentre...

Así, es como vemos caer del árbol a...Rue, distrito 11.

Cañonazo.

Golpes.

Gritos...

Un nosotros por el que mataría - Clove y CatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora