Me despierto con un buen manotazo que me tira hacia no se qué, y sale corriendo cargándome.
Yo abro los ojos y veo como la chica del doce está arriba del árbol, riéndose, y nosotros huimos de lo que parecen ser rastreavispulas...
Veo como Cato se tira al lago conmigo encima y se pone enfrente de mí. Saca su espada y me hace a un costado.
¿Como, ahora me defiende y ayer no podía ni mirarme? ¿Enserio cato, que te ha...ocurrido?
-Que ha pasa...-No termino la frase y caigo rendida al lago, me siento adormilada...Lo último que siento es como me levantan y lentamente se marchan cargándome a mí en brazos; Por la fuerza de ellos, eran los de Cato.
Cuando me despierto, había un atardecer.
Estoy adentro de no sé qué cosa; Parece una carpa pero a la vez es un poco más dura, casi como el plástico.
-¿Que ha pasado, donde estamos? -Cato me miraba fijamente, no dejaba apartaba sus ojos de mi... ... Cuando, por fin, se acerca. En vez de recibir un abrazo, recibo un golpe de dolor; Me está sacando de brazos y piernas lo que parecen ser aguijones de avispa.
-La del 12 nos ha tendido una trampa, cuando todos ustedes dormían ella corto un nido de rastreavispulas que cayó encima de nosotros.
Cuando dijo -Ustedes- me impaciente mucho; No veo a Marvel cerca.
Me levanto de golpe y empiezo a buscarlo; No está.
Cuando recuerdo, ¿que tal si no era Cato el que me salvo?...¿Y si era Marvel?
-¿Tú me cargaste hasta el lago y hasta aquí verdad? -Cato baja la mirada y no contesta...-¡¿VERDAD?!
-Sí. -Me mira con tristeza en los ojos y yo me acerco hacia él, el retrocede hasta que queda acorralado entre yo, y lo que parece ser, una carpa.
-¿Por qué?
Espero unos minutos y sigue sin responder, lo agarro de los hombros y él me tumba al piso.
-Lo sabes perfectamente. -Me mira fijamente, como si quisiera darme un beso pero tiene miedo de hacerlo...
-¿Por que te has mostrado tan distante hacia mí, Cato?
El sale disparado hacia atrás y desvía la mirada; Como si...Un recuerdo...Lo atormentara, tal vez...Un pensamiento...
-¿Qué?
-¿Qué qué?
-¿Por que te has alejado de mi así de repente, por qué? ¿Por qué me has dejado sola todo este tiempo? Por que estas...
Cato se apresura a besarme fría y duramente...Cato no es el mismo. Quiero saber que le pasa, me estoy molestando demasiado; Mucho. Este Cato no es el mismo con el que me encontré en el 2; Este Cato no es el mismo del 2.
-Cato...No.
Por primera vez en mi vida: Desconfió de Cato.
-Cato...¡¿Que te ha pasado?! ¿Por que estas así de distante, POR QUÉ? ¿Que me estás haciendo? Por qué me haces sufrir, Cato, no te das cuenta como me siento... -Miro a Cato mientras que las lagrimas recorren mi rostro, el solo aparta su mirada...Creo que después de todo, a él si le duele verme así.
-Clove...Yo si me doy cuenta. Es que...Yo...Yo...-Divaga por unos minutos, cuando creo que ha encontrado la respuesta que me mato a mí y lo salvo a él...-Yo ya no siento lo mismo Clove.
En ese momento, mis ojos se abrieron como platos, y de ellos se asomaban ríos inmensos de aguas cristalinas, como cascadas, que parecieran nunca terminar. ¿Por qué? ¿Por que siempre es lo mismo con Cato? El, me dijo, que me amaba. Me lo juro y prometió...Por que tengo una vida tan miserable, y lo peor de todo, se que la merezco. Pero, ¿por qué? Por qué no puedo...Por qué...
Cato divaga con su mirada, mientras, todo el tiempo, me mira de reojo y aparta su mirada, porque, le duele. Le duele verme así, y le duele ser el causante de mi estado ahora. Su cara muestra dolor y debilidad, cuando la mía, no tiene expresión. No refleja ningún sentimiento; Esta vacía. Tiene dos ojos que emanan gigantescas cantidades de agua...Y no me importa.
No me importan los patrocinadores, como me haga ver esto en los juegos; NO ME IMPORTA.
Ahora, solo es Cato y yo. O más bien, yo...No, no quiero ser yo. ¡Quiero a Cato, lo quiero devuelta, quiero al mismo Cato con el cual podía pasar horas y horas en silencio y estaba bien! Quiero, a Cato Hadley.
-Cato, -Lo miro, sigo llorando, pero lo miro con confusión -Tienes que decirme que te han hecho...¿Que te ha pasado? Yo...Se, que no es verdad lo que me dices. ¡Cato, tu si me quieres! -Lo tomo por los hombros- ¡Dímelo! ¡Dime que no me amas! Di...Me...lo.
Cato no ha posado su mirada en mi ni una sola vez, y cuando por fin me mira, al segundo mira a otro lado; Como si yo fuera Medusa, esa criatura mitológica tan cruel, que con solo una mirada directa a los ojos, podía convertir al más valiente guerrero, en piedra...
-¡Dímelo! ¡Cato dime algo! Por favor, ¡¿no te duele verme así?! ¡¿O lo tengo que decir yo?! ¿Tengo que ser yo la que diga que te amo? ¿Soy yo la que tiene que admitir que te ha amado desde siempre? ¿La niña estúpida que no tenía el valor para decírtelo, y que ahora, solo quiere que le dirijas la mirada? ¿Soy yo esa persona, Cato? -Empiezo a llorar descontroladamente; Mi voz ha quebrado y en vez de hablar grito, pero como estoy llorando, es como un grito combinado con llanto, una quebradura en la voz que solo muestra a una niña desesperada. -¡Catooo! ¡Cato háblameee! ¡No puedo Cato, no puedo vivir sin ti! ¡Cato, háblame...!
No obtengo respuesta...Y así, durante minutos, hasta que por fin...
-Uno menos...-Dice, y justo en ese momento, suena el himno del capitolio, seguido de las imágenes de los tributos caídos de hoy. Es como si Cato fuera adivino, y en el cielo, se refleja la imagen del tributo;
Peeta Mellark, distrito 12.