Tenemos que Detenerla

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Narra Milo.

Pasaron algunos años al parecer, cuándo por fin pude ver a Camus era muy joven apenas tenía dieciséis años cuándo conoció a Hilda y desgraciadamente a él era quien ella quería hacer pagar por la muerte te de su hermana. No importaba cuánto tratara de hacer que ella viera la verdad, nunca pude pero me daba cuenta que aquella chica que se parecía a mí los seguía a ambos, escondida entre los árboles atenta a sus movimientos. Otro joven también los observaba desde las sombras mientras con preocupación veía a Hilda.

Xx: estás haciendo todo mal querida - susurro preocupado.

Xx: hagas lo que hagas no puedes cambiar su destino - fue lo que respondió la chica mientras se acercaba a él por la espalda, él rápidamente se volteó.

Xx: ¿Porque los sigues Dánae? - pregunto mientras la veía seguir observandolos.

Dánae: me interesa la seguridad del rey dragón es todo - dijo sin mucho interés - tú más que nadie sabe que si algo llega a pasarle a ese muchacho los dragones negros ya no los protegerán y si eso sucede los dragones rojos no tardarán en acabar con toda la vida Terrestre Tú más que nadie debe de saberlo Siegfried - le indico.

Siegfried: no te creo Dánae, desde que Camus nació, jamás te haz apartado de su lado. ¿Que pretendes con él? - pregunto mientras vio a la chica sonreír.

Dánae: nada importante lo juro, sólo... estoy cuidando del futuro del mundo - dijo mientras se retiraba dejando al hombre confundido por él reaccionar de la hechicera.

Camus por su parte se veía muy feliz al lado de Hilda, era un chico muy alegre en ese entonces aunque discutía con sus hermanos mayores los cuales le suplicaban alejarse de la bruja que sólo quería aprovecharse de él, sin embargó cegado por aquel amor que él le profesaba hizo caso omiso a todas sus advertencias. Hasta que llegó ese fatídico día en el que se dió cuenta de la verdad.

Hilda: jajaja, apresúrate. Te tengo una sorpresa - decía mientras corría.

Camus: ¡Espera un poco Hilda!, ¡Me estás alejando mucho del castillo mis hermanos van a preocuparse ¿Que pretendes?! - gritó mientras corría siguiendo a la chica.

Hilda: ¡apresúrate Camus! - gritaba ella mientras seguía corriendo.

Trate de hacer lo posible por evitar que siguiera alejándose del castillo, pero fue demasiado tarde ya que no pasó mucho cuando rápidamente ví cómo una gran red de hierro cayó sobre cuándo estubo fuera del territorio del castillo ésto provocó que se debilitará rápidamente vi un montón de brujos malvados rodearlo mientras gritaban "agarrenlo bien. No puede escapar"

Camus furioso buscaba al causante de la emboscada, entonces la vio a ella viéndolo con una sonrisa diabólica, molesto pregunto.

Camus: ¿Qué demonios significa esto Hilda? - le pregunto sumamente molesto.

Hilda: Camus... ¿Cuál es la primera regla establecida por los dragones? - pregunto con burla.

Camus: nunca confíes en nadie - fue lo que respondió, pude ver la tristeza y decepción que albergaban sus ojos, acaso ella. A la mujer a quien ciegamente le entregó su corazón sin dudarlo. ¿Le había traicionado?.

Vi cómo se quedó quieto en su lugar, sin decir ni hacer una sola palabra, sólo viéndola con sus ojitos llenos de lágrimas. Esa escena logró romperme él corazón mientras tenía unas ganas tremendas de ir a golpear a esa mujer.

A cada segundo que pasaba lo veía perder más y más su fuerza, hasta que cayo de rodillas al suelo, mientras veía que ella sólo reía. Sus hermanos llegaron al lugar rápidamente convertidos en dragones, en lo que Saga y Kanon alejaban a los demás Shaka y Shura trataban de liberarlo de la red. Pero a ellos rápidamente lograron acorralarlos rápidamente y encerrarlos también. Cada vez Camus se veía más débil y aunque yo trate de ayudar no podía. Camus realmente se veía que tenía unas enormes ganas de llorar y cuando parecía que todo estaba perdido escuche una dulce voz femenina a mis espaldas.

Dánae: vaya, realmente jamás creí que jugarías tan sucio Hilda. Bueno que me esperaba de una bruja - dijo mientras se acercaba.

Hilda: ¿Quién diablos eres tú?, Aléjate de mis nuevas mascotas - dijo molesta entonces aquella chica le respondió.

Dánae: ¿A qué te refieres con "tus nuevas mascotas"?, Estás muy equivocada si piensas que voy a dejar a estás divinas criaturitas bajo tus garras - respondió ella mientras se ponía en medio de Hilda y los dragones.

Hilda: Yo te conozco. Tú también eres una bruja - dijo.

Dánae: te equivocas, las brujas son cómo tú comunes y vulgares. Yo soy una hechicera que a diferencia de tí utiliza magia blanca - se defendió rápidamente.

Hilda: ¿Una hechicera de magia blanca? - pregunto mientras uno de sus secuaces llegó y le dijo.

Xx: señorita Hilda. ¿No será ella la persona del que todo él mundo habla? ¿La grandiosa hechicera que nació de la fusión de los cuatro maestros? - pregunto.

Estaba realmente sorprendido, jamás me espere que ésto hubiera sucedido aquella dama de blanco y cabellera azulada movió uno sólo de sus dedos y mando a todos los brujos a volar después de eso sin dejarles ver su rostro a los dragones gracias a la capucha roja que la cubría se volteo y siguió con su camino mientras aquellas cadenas que los apresa van comenzaron a romperse una por una hasta que los liberó a todos, mientras ella desaparecía en el bosque hasta que Saga la detuvo al hacerle una pregunta.

Saga: ¿Porque?, ¿Porque lo hiciste? - pregunto mientras la dama se detuvo en seco y respondió aún dándoles la espalda.

Dánae: ¿Porque?, Esa es una excelente pregunta. Yo amo profundamente a cada criatura creada en esta tierra sea buena o mala y voy a protegerla. Lo haré aunque sepa que con eso condenare mi vida a una muerte segura. Además que aunque se que ustedes y mis padres no quedaron en buenos términos antes de que yo naciera. Les prometí a sus padres cuidarlos y no voy a faltar a esa promesa - aclaró para después alejarse.

Vi que Camus rápidamente se puso de pie y se fue corriendo detrás de la doncella mientras sus hermanos rápidamente le siguieron él pasó. Aunque vieron a Camus parado en la orilla del río que separaba él bosque de los dragones con la aldea de los hechiceros. Saga sin decir nada sólo le tomó del brazo y se lo llevó de ahí mientras Camus no quitaba la vista de aquel lugar.

Continuará...

Él Dueño Del Dragón (Camus x Milo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora