Capítulo 8

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No veo nada.

No puedo.

La lluvia es densa y fría, quema sobre la piel. Jamás había sentido la lluvia y ahora pienso que quizás la odio más que antes. Mamá tira de mi brazo con una fuerza que no sabía que tenía. Me lastima el hombro, pero no me quejo. No puedo, y aunque quisiera estoy seguro que mi voz no podría salir. El corazón me late demasiado rápido. Mi cabeza es un lio de pensamientos ahora.

Estoy afuera.

Corremos esquivando trozos de metal y concreto, hacia una dirección que desconozco. Quisiera poder decir que estoy emocionado de estar arriba, de al fin ser libre, pero la verdad es que tengo mucho miedo, es imposible que logre concentrarme en algún detalle del paisaje, además de que está oscuro y la lluvia dificulta el campo de visión, me encuentro demasiado aterrado para notar algo más que el pánico que recorre mi cuerpo.

Huele a quemado.

—¡Más rápido! ¡vamos hijo más rápido!

Pero mis pies ya no pueden más, soy un lobo, debería poder correr más rápido, pero a veces olvido el detalle de que también soy omega. Los omegas no corren, no son fuertes, los omegas deben esconderse.

Sería mucho más sencillo solo trasmutar.

No estoy seguro si soy capaz de hacerlo.

Recuerdo entonces esa lista de reglas que teníamos en casa.

En casa, ¿Por qué ahora esa palabra suena tan extraña en mi cabeza?

Mamá zigzaguea entre varias estructuras geométricas enormes, el suelo parece tierra, y lodo, varias veces resbalo, pero logro estabilizarme antes de caer.

Me siento como un ciego corriendo en una pista de obstáculos.

Estamos huyendo, pero aun no entiendo de qué.

De ellos, de los humanos.

Entonces recuerdo a Taehyung.

"...debes salir, la vieja estación del tren no queda muy lejos, baja por las escaleras, voy a arrastrarme hasta la salida"

Parece que eso es suficiente para hacerme reaccionar.

—¡Mamá! —no dejo de correr, ella me ignora— ¡Mamá! ¡Debemos ir a la estación de tren!

Parece que no me escucha, o solo me ignora. Sigue corriendo, su mano hace más fuerza sobre la mía. Seguimos pasando estructura tras estructura.

Ella no dice nada.

—¡Mamá! —grito sobre el sonido de la lluvia— ¡La estación de tren! ¡¿Dónde está la estación de tren?!

Silencio.

—¡Mamá! ¡Debem...!

—¡CÁLLATE! —su grito me descoloca, ella jamás me grita, nunca. Se gira con brusquedad— ¡Te van a escuchar! ¡Te pueden escuchar! ¡No estamos a salvo, no estamos a salvo aquí!

Mamá luce desesperada mirando a todas partes una y otra vez.

Quiero llorar, esto no es lo que tenía pensado, esto no es lo que yo quería.

¿Seguro?

Veo a mi madre, sigue mirando a los lados, y de vez en cuando se jala su largo y rubio cabello. Podría jurar que estaba a punto de llorar.

—¿Mamá?

Ella se detiene, toma aire y se gira en mi dirección, su ropa está hecha un desastre, hay lodo y en algunas partes está rota. Tiene el cabello escurrido y sus ojos azules lucen aterrados. Estoy seguro que me veo igual.

Yo mataría monstruos por ti- KOOKMIN OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora