Capítulo 19

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Resultó acontecer que Keet sí provenía de una aldea, lo que resultaba un poco imposible de creer considerando la historia tan catastrófica que había con respecto a las manadas del bosque. Pero a Jimin, que últimamente pensaba que el mundo escondía más secretos de los que se podían contar, no le costó demasiado suponer que, si había un bosque que se supone no existía, era lógico que también hubiera lobos viviendo ahí.

También estaban las decenas de fotografías instantáneas que les mostró, lo que, al parecer, al Jungkook le parecía obsoleto. Quizás acostumbrado a la tecnología tan avanzada que tenían en la ciudad. Era increíble que existiera un lugar donde podían vivir con tranquilidad.

Según su lógica descubrir un suceso de esa magnitud significaba grandes cambios, y es que, a pesar de que no tenía mucho tempo conociendo el mundo, había sido el suficiente para ir entendiéndolo un poquito más cada día.

Si había manadas enteras, si había aldeas ocultas significaba que no era el único omega con vida.

Descubrirlo fue extraño y confuso, porque mientras una parte de sí mismo se sentía aliviada de no encontrarse sola, la otra experimentaba una sensación agria. Pasaba sobre todo cuando pensaba en Jungkook y en el tiempo que habían pasado solos.

Y Jungkook, él era otra historia.

—Impensable.

Todavía estaba débil, era un saco de arena maltratado que no podía levantarse por sí mismo. Llevaba dos horas sobre la cama, con la espalda recargada en la cabecera. Keet le había dicho que la ropa térmica lo ayudaría a entrar en calor, pero si quería acelerar el proceso podía recurrir a la ayuda de un alfa. El hombre ni siquiera hizo el intento de ofrecerse como voluntario. Probablemente porque Jungkook llevaba esas dos horas asesinándolo con la mirada, enviándole advertencias silenciosas que solo entre alfas eran capaces de comprender.

Al final él tampoco hizo el intento de acostarse a su lado, y Jimin, que llevaba ya tiempo conociéndolo, podía jugarse un poco a la suerte y decir que quizás era porque Keet era un extraño, y aunque había muchas cosas que todavía le faltaba por aprender sobre Jungkook, pronto descubrió que era muy arisco con los desconocidos. No le gustaba exponerse.

Fue un pensamiento que pronto se encadenó a otro.

¿Por qué fue tan amable conmigo si no me conocía?

Y fue la misma voz de Jungkook la que respondió:

Ni siquiera yo lo sé.

—Tenemos todo lo que necesitan, comida, techo, acaban de verlo ustedes mismos, es un hogar, y seguro que el Alfa líder no tendría problemas en aceptarlos —Keet, que parecía realmente tener buenas intenciones, miró a Jimin, como si él fuera la clave en la toma de decisiones— necesitas un lugar adecuado para pasar lo que resta del invierno, esta vez tuviste suerte, me sorprende que no hubieras colapsado antes, allá hay otros omegas, tendrás amigos como tú, y las casas están acondicionadas para ustedes, para que no les afecte el frío.

Se sintió repentinamente incómodo bajo la mirada marrón del alfa. Parecía un poco desesperado, pero Jimin sabía que era probable que en el fondo estuviera inseguro de revelar demasiado, después de todo ellos no se conocían, y parecía que pertenecer a la misma especie ya no era necesariamente una forma de establecer confianza. Abrió la boca sin estar muy seguro de qué diría, pero Jungkook lo interrumpió.

—Claro, y estás esperando que te sigamos, como si fuéramos amigos de toda la vida, a un lugar desconocido que ni siquiera sabemos si existe —se cruzó de brazos—, ¿Sabes qué? Creo que ya escuchamos suficiente, te agradezco que hayas ayudado a Jimin, pero no necesitas preocuparte, él sabe cuidarse solo.

Yo mataría monstruos por ti- KOOKMIN OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora