Capítulo 9

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La precipitación y despedida

En algún momento de presente.

La lluvia no había parado en días, el agua corría en pequeños riachuelos que se habían formado en el suelo, el cielo era una espesa tela gris que le hacía imposible saber en qué momento del día se encontraba. Ya no había truenos, el viento ya no rugía con violencia. La tormenta se había convertido en una ligera llovizna que le recordaba la soledad tan abrumadora que lo rodeaba.

Jimin caminaba sin rumbo fijo. Al dar un paso tras otro, sus patas dejaban huellas en el lodoso camino, su pelaje blanco estaba manchado de suciedad por todas partes. Jimin lucía terrible. Delgado, mojado y sucio. Su mente estaba en blanco, daba vueltas entre bruma. Jamás había transmutado en su vida, solía creer que con el tiempo había perdido la capacidad de hacerlo, para el punto el en que se encontraba lo que le preocupada era no saber cómo ser humano otra vez.

Voy a morir

Llevaba días sin consumir alimento y su cuerpo lo había resentido, estaba seguro que en cualquier momento se desplomaría en el suelo terroso. Las patas le temblaban al avanzar, y es que, aunque los lobos por naturaleza eran más resistentes que los humanos, Jimin estaba seguro que su letargo no era debido a la falta de alimento, si no quizás al deplorable estado mental en el que se encontraba.

Era también la razón por la que su lobo interno había salido, para su lado animal era más fácil sobrellevar las situaciones de estrés, el humano era mas complicado, así que llevaba días andando en cuatro patas, Jimin ni siquiera recordaba cuando había pasado.

El bosque se alzaba a unos metros, el suelo de concreto poco a poco comenzó a volverse blando hasta convertirse en lodo. Las luces de la ciudad a sus espaldas resplandecían entre la capa de lluvia que cubría todo.

Jimin continuó avanzando con lentitud. En su cabeza lo único que podía llegar a distinguir como un mensaje en lenguaje humano se repetía una y otra vez como uno de los CD's rayados de su padre.

"Eres un monstruo, eres un monstruo, eres..."

Iba a morir, estaba contando los pasos hasta llegar al bosque, entonces se dejaría caer entre la oscuridad de los árboles y finalmente moriría. No sería mas que otro lobo común que había muerto de hambre.

"Tienes 328 pasos antes de dejar este mundo, deberías aprovecharlos"

Su mente tuvo unos segundos de lucidez, y mientras caminaba una vocecilla en su cabeza comenzó a tararear una canción. Era Namjoon, cantándole esa triste historia.

No dejó de avanzar hasta llegar al bosque.

El soldado no murió.

Faltaban seis pasos para su final cuando se desplomó en el lodo, y antes de cerrar los ojos vio una sombra acercarse. Un lloriqueo salió de su garganta antes de perder el conocimiento.

(...)

Lo que sucedió. Primera versión.

Era un tanto absurda la furia que desprendía el cielo, rugía feroz, los rayos iluminaban el mundo como si tuviesen la intención de destruirlo. Era algo peculiar al considerar la situación que ocurría en tierra.

Namjoon siempre fue un chico inteligente y racional, no era del tipo que se dejaba llevar por absurdas supersticiones o supuestos augurios de mala suerte. Y si bien su especie en su pasado se caracterizó por poseer fuertes creencias religiosas sobre dioses y espíritus, Namjoon nunca tuvo mucho acercamiento a ellos, era un chico que no gozaba de grandes habilidades físicas, pero era astuto y fuerte de mente. No creía en el destino, él fijaba el suyo. Sin embargo, en ese momento podía admitir que la terrible tormenta que caía sobre Kreals no le daba buena espina.

Yo mataría monstruos por ti- KOOKMIN OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora