Capítulo 12

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El sol matutino los alcanzó demasiado rápido. No les dio tiempo de sobrellevar la situación de forma correcta. Jimin ya no lloraba, pero su cuerpo todavía se sacudía de vez en cuando, había perdido la esperanza de que todo fuera una pesadilla.

Nadie había dicho una palabra, Jimin porque su cabeza estaba muy confundida y porque aún no confiaba en su propia voz para hablar sin soltarse a llorar otra vez. El alfa simplemente se mantuvo callado, en el fondo se preguntaba la razón de su silencio, pero no dijo nada. Él necesitaba un abrazo, no importaba si se trataba de un desconocido, fingiría que era Namjoon, o su padre, o su madre...

—Oye —la voz del alfa lo regresó a la realidad, notó entonces que su mano estaba apretando la mano del hombre, Jimin de pronto sintió vergüenza.

—Perdón —murmuró soltándola, luego se alejó despacio y abrazó sus piernas.

Sentía la mirada del alfa sobre él, pero el hombre no decía nada, comenzaba a sentirse nervioso, después de todo no lo conocía. Era sorprendente que minutos antes había estado aferrado a él como un bebe llorón.

Levantó la mirada y notó una expresión extraña en su rostro. No supo leerla.

—¿Cómo te llamas?

Jimin se paralizó al escuchar la voz, sus músculos adormecidos se tensaron.

—Jimin.

—Eres un omega.

Su corazón se detuvo.

—No.

—No era una pregunta.

El alfa no se acercó, pero Jimin sintió el impulso de apartarse. Estaba acabado, ni siquiera tenía ganas de tratar de huir, era inútil.

—Si vas a intentar algo no me importa, no tengo a nadie.

Hubo silencio por lo que pareció una eternidad, luego el alfa habló en tono molesto:

—No iba a hacerte nada, no soy un monstruo.

Jimin asintió sin mirarlo, le ardían los ojos, su cuerpo se sentía pesado, como si llevara días corriendo sin descanso.

—Tengo sueño.

—Estuviste en fase varios días, es normal que te sientas cansado. —el alfa se puso de pie, Jimin se sintió diminuto.

—¿A dónde vas? —preguntó cuando notó que abría la tienda. El sol entró cegándolo por unos momentos. Entrecerró los ojos por acto reflejo. Era la primera vez que sentía la luz del sol.

—Tienes que comer, voy a cazar.

—Espera —se levantó a prisa y lo alcanzó. El alfa no se movió— No quiero quedarme aquí solo.

Pareció pensarlo por algunos momentos, hasta que finalmente asintió y comenzó a caminar.

Mientras avanzaban Jimin sintió algo extraño en la boca del estómago. A diferencia del resto de las personas él nunca había interactuado con nadie además de su familia, el vínculo que los unía se sentía cada vez más débil y a causa de ello las sensaciones exteriores eran más intensas, como ese olor a pino que desprendía el alfa. Y esas palabras no dejaban de rondar en su cabeza, como una grabación rallada que se repetía una y otra vez. "Tienes que comer, voy a cazar" ¿No era esa la premisa de una manada? Protección, cuidado ¿Cuánto tiempo había estado ese alfa cuidando de él? Esa pregunta lo llevó a decenas más, y entonces el foco en su cabeza se encendió.

—Disculpa —comenzó algo nervioso— estoy como muy confundido con todo, y...bueno sabes mi nombre, pero tú no dijiste el tuyo.

—No me lo preguntaste. Supuse que no era necesario decirlo, estabas por irte de todos modos. —Jimin se sonrojó, creyó que no se había dado cuenta. El hombre lo miró de reojo— Soy Jungkook.

Yo mataría monstruos por ti- KOOKMIN OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora