Yo mataría monstruos por ti- KOOKMIN OMEGAVERSE

Capítulo 11

Fue algo singular el sentimiento que lo invadió después de transmutar. El tiempo no transcurría como lo hacía regularmente, los días, las horas, incluso los minutos se convirtieron en un concepto desconocido. La mente de un animal no puede procesar ciertas cosas con tanta facilidad como la de un humano. Tal vez por eso se transformó en primer lugar, tal vez el humano no estaba preparado para soportar tanto dolor y el lobo sí, tal vez era más fácil para él.

¿No es mas sencillo de esa manera, Jimin? A caso no te he protegido de todos, entonces ¿Por qué sigues rechazándome?

El despertar en un lugar extraño sin recuerdos frescos era algo que lo había dejado aturdido por varios minutos, estaba bastante mareado y su vista no era la mejor en aquel momento. Sin embargo, al sentir el aire tan helado sobre su cuerpo sus sentidos se activaron.

Estaba desnudo, desnudo de pies a cabeza.

Pegó un brinco y su primer impulso fue cubrirse, trató de tomar la manta, que hasta hacía unos momentos tenia sobre él, pero al tratar de agárrala notó al otro sujeto. Estaba recostado a su lado, pero no veía más allá de un trozo de cabellera negra porque su cuerpo entero estaba cubierto.

Jimin entró en pánico.

¿Dónde estaba? ¿Qué había ocurrido? ¿Quién era esa persona?

Tengo que irme de aquí

Se puso de pie, pero al sentirse desnudo se volvió a sentar sobre el montón de mantas. Tranquilo, respira. Escuchó una voz en su cabeza, extrañamente se parecía muchísimo a la de su hermano.

Primero tranquilízate, no entres en pánico Jimin.

Tenía mucho miedo, estaba confundido y nervioso, puso todo su empeño para no hiperventilar. Tomó aire y contó hasta diez en su mente.

Bien, eso está bien, ahora debes mantenerte sereno, mira a tu alrededor, analiza tu entorno.

Se tragó el miedo y comenzó a inspeccionar el lugar: era una especie de tienda de campaña improvisada, las había visto en algún libro, la gente antes solía ir al campo a pasar las noches en ellas. Esta parecía muy vieja y maltratada, incluso tenía muchos parches pegados. En el piso había mantas y algunas mochilas, un arma y ropa perfectamente doblada. Miró a la persona a su lado, parecía estar durmiendo, no tenía idea de quien era, pero olía entraño, como a una mezcla de bosque y pino. Notó también que el lugar olía a lluvia, y no solo eso. Sobre sus cabezas el sonido de gotas impactando contra la tienda llegaron a sus oídos como si cada una de ellas golpeara directamente a su tímpano: estaba lloviendo. Y a juzgar por el frío que hacía seguramente estaban cerca del invierno.

Excelente, lo haces excelente. Ahora debes buscar ropa, la que encuentres, vístete en silencio.

Jimin se levantó con cuidado, buscó entre las prendas dobladas algo que pudiera usar, todo lo que había ahí era mucho más grande que él y olía a pino y bosque. Se trataba de ropa muy extraña, la mayoría era negra, muy similar a la vestimenta que usaban los soldados en sus libros. Miró al bulto en el piso, ¿Quién era esa persona? ¿Un soldado acaso? ¿Por qué estaría él con un soldado? Era muy frustrante no recordar nada, lo último de lo que su mente tenía lucidez era de él y su madre huyendo del sector 5 ¿Dónde estaba ella? ¿Qué había ocurrido?

Con manos temblorosas finalmente terminó de vestirse, no traía calzoncillos y la ropa le quedaba enorme, pero al menos ya no estaba desnudo y muriendo de frío. La lluvia no disminuyó, afuera seguro estaría mojado, y aunque no tenía ni idea de dónde se encontraba por el sonido del ululéo de los búhos era seguro que ya no estaba en la ciudad.

Sal con cuidado, sin hacer ruido. Le indicó la voz de Namjoon.

Jimin estaba seguro que las cosas estaban saliendo demasiado bien, era sorprendentemente sospechoso teniendo en cuenta que era una persona muy patosa. Fue entonces que lo que había parecido su golpe de suerte se acabó, pues al intentar ponerse una de las botas por accidente resbaló y cayó al suelo de sentón, tenía una bota a medio poner y la otra había salido volando hasta el otro extremo de la tienda. Jimin se cubrió la boca para evitar pegar un grito, y luego miró hacia el hombre del suelo, rezando internamente porque no se hubiera despertado. Su corazón se detuvo al notar como las mantas se movían y el hombre se daba la vuelta hasta quedar boca arriba. Aunque quiso salir corriendo, Jimin no se movió.