Capítulo 13

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Llevarse bien no era una expresión muy acertada para la situación en la que estaban. Se trataba más de un juego extraño y a veces incomodo en el que ambos trataban de ser productivos, al menos eso pensaba Jimin. Más lo creía sobre sí mismo: en toda su vida nunca se había sentido más inútil.

Era muy frustrante.

—Te mueves mucho, si agitas demasiado el agua los espantas.

Estaban en un río no muy lejos de su campamento, llevaban alrededor de una hora intentando pescar, Jungkook se había ofrecido a enseñarle, pero no parecía haber muchos avances, mientras el alfa tenía cerca de ocho pescados él apenas tenía dos.

Se concentró, o lo intentó. Cerró los ojos y se quedó quieto, poco a poco la sensación de algo nadando entre sus pies se hizo presente. Abrió los ojos: los peces se movían a su alrededor.

—Tienes que hacerlo rápido y con fuerza.

Apretó más la lanza, entrecerró los ojos, apuntó y...nada, el agua salpicó, pero no lo logró.

—Es inútil —se quejó, de repente su entusiasmo se había marchado, más rápido que los peces. Se giró hacia Jungkook y le sonrió un poco decepcionado de sí mismo. La mirada de alfa era extraña, Jimin no supo interpretarla—. Perdón, creo que soy malo en esto también.

—Es cuestión de práctica, no eres malo, solo es tu primera vez.

Jimin sonrió decaído.

—Gracias —le dijo, Jungkook asintió.

Habían pasado varios días, Jimin descubrió que era un poco inútil en muchos sentidos: no sabía cazar, ni cocinar, tampoco pudo hacer fuego y apenas si había logrado recoger leña sin perderse. A su petición, el alfa había intentado enseñarle muchas cosas, pero todas las veces había terminado herido de alguna parte. Jungkook insistió en que era mejor que solo lo dejara hacerlo, pero no quería sentirse inservible. Una ocasión le trató de enseñar a armar una trampa para conejos y casi termina sin un dedo. Lo había mirado con una expresión que pudo interpretar como: ayuda más el que no estorba.

Jimin agradecía internamente que Jungkook no se lo dijera en voz alta, si lo hubiera hecho probablemente habría terminado llorando. En realidad, el alfa se había mostrado muy indulgente con él, y si bien todavía discutían mucho, había notado que desde el día que despertó no le había gritado. Jungkook era muy raro y Jimin constantemente se preguntaba si todos los alfas era así o él se había encontrado a una excepción del promedio.

Luego estaba esa otra cosa: los olores. Jimin no estaba acostumbrado a la presencia de otras personas, había conocido a un total de una persona además de su familia, y esa persona era un humano que olía a humano: neutro.

Estar cerca de un alfa que no era de su familia a veces lo abrumaba. Había ocasiones en las que terminaba mareado cuando Jungkook estaba demasiado cerca de él, el aroma se hacía tan intenso que por momentos se sentía un poco borracho. Nunca se lo comentó porque le daba mucha vergüenza, así que trató por todos los medios mantener la distancia. Ya no volvió a abrazarlo, y si había ratos en los que se sentía triste caminaba hasta los arboles y lloraba un rato. Jungkook parecía no tener interés en indagar en sus asuntos y él se lo agradecía en silencio.

De una forma poco convencional funcionaban, quizás el aporte de él era mínimo, pero se decía que el esfuerzo que ponía era igual de válido. Aunque en el fondo seguía ese sentimiento raro de satisfacción momentánea cuando el alfa llegaba de cazar o lo veía partir leños.

A veces sentía que estaba enloqueciendo.

—Es suficiente por hoy —Jimin asintió un poco decaído, pero no dijo nada.

Yo mataría monstruos por ti- KOOKMIN OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora