Capítulo 15

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La relatividad del tiempo

Las cosas cambiaron, de una forma adecuada.

Jimin ciertamente no estaba preparado para la vida en el mundo real, no había tenido tiempo de hacerlo, Jungkook lo supo desde el principio. El muchacho era torpe en muchos sentidos, ignoraba tantas cosas que tenía que vigilarlo todo el tiempo para que no hiciera una locura.

Las tres semanas posteriores a su despertar Jungkook las dedicó a enseñarle todos tipo de formas para sobrevivir: desde encender fuego hasta identificar qué tipo de frutos eran comestibles y cuáles no. Durante ese tiempo se dio cuenta que Jimin no era tonto en absoluto, en realidad era muy astuto, aprendía la teoría con mucha facilidad y era bastante bueno en resolver problemas, siempre y cuando estos no implicaran movimientos complicados, y es que pronto descubrió que su mayor problema era su poca habilidad física. Suponía que tal vez se debía a que nunca se vio en la necesidad de usarla. Jungkook todavía no terminaba de entender cómo funcionaba el cuerpo de un omega, en su lógica todos los lobos poseían habilidades especiales que los diferenciaban de los humanos, habilidades que iban más allá de la trasmutación. Debido a que la segunda especie de lobos se hallaba extinta no hubo mucha necesidad de estudiarla, él sabía que los Alfas eran los más fuertes entre los tres géneros, pero nunca pensó que los omegas fueran tan débiles. Jimin casi parecía humano, desde su apariencia tan mundana hasta su falta de fuerza y velocidad. Claramente esto trajo consecuencias, como su creciente falta de confianza. Era ese su mayor problema.

—Nunca en la vida.

Estaban en un risco, a menos de un kilometro de su campamento, apenas tenían dos días ahí y pronto se moverían de nuevo. Jungkook sabía que no era buena idea quedarse mucho tiempo en un solo lugar ya que, aunque no había escuchado nada extraño desde que llegaron, nunca se estaba lo suficientemente seguro.

Con cada tramo que se adentraban en el bosque este se volvía más desigual, había muchas montañas que se hacía cada vez más grandes. Jungkook quiso aprovechar, así que en el tiempo que llevaban en ese lugar había tratado de que Jimin hiciera algo de actividad física: correr, trepar, saltar, nadar... quería saber de qué tanto era capaz.

El chico no se la estaba poniendo fácil.

—No seas exagerado, ni siquiera está muy alto —señaló. Él estaba en la parte de abajo, esperando a que el otro saltara.

—Eso lo dices porque tú no estas acá arriba —se quejó, Jungkook estaba entre impaciente y entretenido. Tenía que admitir que le causaba algo de gracia ver a Jimin muerto del miedo por un pequeño risco.

Negó y comenzó a subir. Cuando estuvo a su lado el omega se escondió detrás de él. Jungkook bufó.

—Eres una gallina —Jimin lo pellizcó— ¡Oye!

—Tú te lo buscaste.

Era extraño.

Jungkook se preguntaba en qué momento se había acostumbrado tanto a su aroma. Habían pasado poco más de tres semanas, pero parecía que ya no le molestaba estar cerca de él. No como al principio, ya no se tensaba, su lobo ya no se volvía loco, y aunque seguía moviendo la cola y arañando por salir, era mucho más soportable.

Quería pensar que era una señal de que su lazo se estaba debilitando. Aunque eso no tiene sentido.

—Si quieres mejorar tienes que arriesgarte —Jimin no respondió no se asomó, permaneció escondido tras él, Jungkook suspiro ¿Cuántas veces en esos dos días habían estado en la misma situación? Que el omega se negara a realizar algo que le daba miedo. Trepar un árbol demasiado alto, nadar, saltar entre las ramas de los pinos, o en este caso saltar de un risco al agua.

Yo mataría monstruos por ti- KOOKMIN OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora