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-¡vamos Naruto!-Jiraiya conducía una moto a un lado del rubio que estaba corriendo dándolo todo-¡vamos mocoso! ¡¿acaso quieres ser mas rápido que Shikamaru!? ¡debes sufrir el doble de lo que el sufrió!-Naruto estaba a su cien por ciento, corría a toda maquina mientras que su abuelo lo alentaba a seguir adelante-¡vamos! ¡mas rápido!-el comenzó a gritar mientras comenzaba a dar su esfuerzo final-¡no te rindas! ¡no ahora! ¡no cuando falta tan poco!-casi veinte kilómetros había trotado y estaba dando todo en el ultimo kilometro que le quedaba.

lamentablemente para el, sus piernas flaquearon y el cayo. no pudo llegar a su meta, no pudo alcanzarla.-Naruto-Jiraiya estaba a su lado con su moto mirando al muchacho jadear intentando recuperar el aire-ya es tarde... sube, vamos al gimnasio-el rubio comenzó a levantarse suavemente, casi tambaleándose se afirmo en una de sus rodillas y miro a Jiraiya el cual, al solo ver su rostro entendió que esto no acababa.

ni siquiera espero que el le dijese algo, solo puso un cambio en su moto y salió nuevamente detrás del rubio que salió corriendo otra vez. esta oportunidad no solo fue al fallo muscular, si no que al respiratorio. corrió y corrió sin detenerse, no escucho a Jiraiya, no escucho a la moto, solo escucho a su corazón latir con fuerza. sus piernas habían desaparecido de su mente, no las podía sentir, no existían. sus brazos parecían recubiertos de hormigos pesando mas que su propio cuerpo, su torso retumbaba con fuerza, parecia una bomba a punto de estallar y el sin embargo corría a la misma velocidad que esa moto, unos cuarenta kilómetros por hora había logrado alcanzar por un corto periodo de tiempo hasta que su velocidad comenzó a bajar. 

lentamente comenzó a detenerse hasta que su cuerpo no pudo ir mas y cayo rendido al suelo.  sentir que su cuerpo quemaba mas teniendo en cuenta que, llevaba ese chaleco de veinte kilos y esas pesas en los pies de cinco cada una atadas a sus tobillos lo hacían sentirse tan pesado que, apenas y podía caminar los primeros días que comenzó a utilizarlos.

Jiraiya lo cargo en la moto junto a el y lo trajo nuevamente al gimnasio haciéndolo descansar en el trayecto. cuando ambos estuvieron en el establecimiento nuevamente el viejo comenzó a presionar a Naruto obligándolo a hacer sentadillas con salto y luego someterlo a una sesión extrema de boxeo con sombra utilizando todo ese lastre para retener al rubio. su consigna fue "debes vencerte con ese peso. cuando lo logres, serás capas de vencer a todo el mundo".

por su parte Hinata estaba en la clínica, desde que había comenzado a entrenar recurrentemente tenia arcadas por lo que, si bien le encantaba como se sentía el boxeo, estaba meditando el hecho de dejar aquella disciplina para no comprometer su estado de salud. sabia que la leucemia era algo realmente complicado y que no se lo debía tomar a la ligera por lo que ella misma insistió en hacerse estudios antes de tiempo para así evitar tener mas complicaciones a futuro.

para su fortuna, los estudios indicaban un buen recuento de glóbulos rojos y blancos, eso le otorgaba tranquilidad a la Hyuga, pero lo que la desanimo un poco fue el hecho de volver a engriparse, ya era la tercera vez en el mes y ella bien sabia que esto lo causaban sus bajas defensas debido a la quimioterapia por lo que, con mucho pesar comenzó su vuelta a casa.

Naruto estaba en un sparring con Kakashi utilizando el lastre en su cuerpo, era obvio que no iba a llegar a dominar en absoluto aquel peso para la pelea con Shikamaru, pero sin dudas que, si el ganaba aquella pelea podría hacerle frente a el Uchiha de manera efectiva y dominante.

todo acabo con un Naruto en la lona por un duro derechazo en el Hígado de parte de Kakashi el cual, encontró aquella abertura en su defensa impactando justo donde el chaleco no cubría el cuerpo del rubio.-esta bien Naruto, fue suficiente por hoy-el rubio asintió y salió del ring yendo directamente a los vestuarios a ducharse. era parte de su rutina andar con aquel lastre todos los días, siendo obligatorio tener las tobilleras al igual que el chaleco. aunque, con este ultimo, Jiraiya era mas considerado y le dejaba al rubio sacárselo para ir a trabajar o ir a su hogar por lo que el rubio, lo dejo en su casillero y en un acto de rebeldía escondió aquellas tobilleras dentro del chaleco sintiéndose tan liviano como el aire. podría jurar que prácticamente flotaba cuando caminaba por lo que se fue del lugar muy feliz  en su auto. si bien había entrenado, la ducha fría y aquella creatina que el consumía para poder recuperar sus músculo mas rápido hacían efecto constantemente en su cuerpo por lo que, no se sentía para nada cansado, mas aun teniendo en cuenta que no estaba utilizando aquellas tobilleras ni el chaleco.

La Vida Después De Una Traición (NaruHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora