𝚃𝚞, 𝚢𝚘 𝚢 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚒𝚘 𝟹𝟼𝟶°

Capítulo 7

Desperté y lo primero que vi fue la cara de Philip entre molesto y preocupado

-Buenos días.. ¿Como te sientes?

-Buen día, más o menos -respondí mientras me sentaba en mi cama-

-Mamá me dijo que regresaste antes, ¿todo bien? -pregunto intentando sonar suave- también escuche que te fuiste y regresaste con Alexander, cuéntame ¿qué paso para que regresaran antes? -pensé bien en lo que diría y suspire-

-Ayer en el evento, Alexander me dijo que solo me mantuviera con nuestras familias, que no quería que platicara mucho con las demás personas, yo le deje en claro que no era alguien para decirme que hacer y que no hacer... ya estando en el salón, me dirigía a la mesa, cuando escuche que me llamaron y me encontré con Liam, ¿lo recuerdas? -el asintió- Bueno me quede platicando con él y a Alexander digamos que eso no le agrado, luego de que el me interrumpiera a mitad de plática con Liam, papá dio su discurso, la historia de la empresa y anuncio por ultimo mi compromiso con Alexander, seguido de esto todos empezaron a felicitarnos para luego irse cada quien a bailar, Alexander se fue con sus amigos y ¨amiga¨ -remarque- me que quede sola en la mesa, Liam llego y me saco a bailar, para no hacer más larga la historia, eso no le gusto a Alexander por lo que me saco del salón hacia el jardín, discutimos y por nos fuimos temprano

- ¿Te hizo daño? - pregunto el en un tono muy serio, recordé como me tomo del brazo, lo rojo que había quedado, pero si le decía a Philip probablemente se haga un problema mayor y no quería más problemas por lo que negué- De acuerdo, solo quería saber si estabas bien, te dejo descansar -el me dio un beso en la frente y salió-

Esta semana paso demasiado rápido, las invitaciones de la boda habían sido entregadas; por parte de Alexander no supe nada desde el aniversario, no recibí ni un mensaje de disculpa de su parte. Me encontraba en una de las habitaciones de la casa de los Spencer, habían terminado de maquillarme, no iba muy cargada ya que la boda se estaba realizando por la tarde, mi peinado se basaba en una media cola alta y el resto de mi cabello caía en ondas, trajeron el vestido y mi mama con la señora Ashley me ayudaron a ponérmelo, el vestido era lo único había ¨ejido¨ por no decir que en la tienda escogí el primero que miré, el resto de toda la organización de la boda lo hicieron ellas.

-Luces preciosa mi niña -dijo mi madre alegre-

-Tiene razón tu mamá Aurora pero cambia esa cara... pon una más alegre -dijo la señora Ashley sonriendo, como si me casara por amor-

-Con todo respeto, pero... acaso a ustedes se les olvida que esto es solo por un contrato, desde en el momento en el que me obligaron a firmar ese papel fui condenada a pasar dos años al lado de Alexander, sabiendo ustedes muy bien por lo que pasé años atrás con sus acciones, ahora su mal carácter -dije al borde de las lágrimas, ellas bajaron la mirada-

-Necesito estar sola un momento -ambas asintieron y salieron de la habitación, me mire en el espejo una vez más, el vestido estaba sencillo pero bonito pero  sinceramente me importaba poco si me veía bien o mal, sentía que en vez de caminar al altar caminaría hacia mi funeral y nuevamente unas cuantas lagrimas salieron cuando empecé a recordar mi vida antes de regresar aquí, estaba tan perdida en mis pensamientos que no escuché cuando tocaron la puerta y a Alexander entrar a la habitación hasta que lo vi detrás de mí por el espejo, rápidamente me seque las lágrimas y con una mirada fría volteé a verlo

- ¿Qué quieres? Si vienes a decirme que todo tiene que salir perfecto no te preocupes, haré bien mi papel de ser la mujer más feliz del mundo este día -dije mientras lo miraba directamente a los ojos, él se quedó callado un momento-

- Venía a decirte que tus amigos están afuera, los vi cuando pase a saludar a algunos invitados y también a decirte que si preguntan a donde iremos de luna de miel, diremos que estábamos muy ocupados con las empresas y los nuevos proyectos, que la pasaremos para después -Asentí y de cierta manera sentí un poco de fuerzas al saber que mis amigos estaban aquí, Alexander se quedó enfrente de mí y me miro de pies a cabeza por lo que fruncí un poco más el ceño y me cruce de brazos-