Capítulo 33

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Aurora

Los días pasaron, estaba en la que alguna vez fue mi casa, en la habitación que me habían dado mis padres al cumplir los cinco... en ese momento sentía que estaba en mi hogar, era cálido y agradable... pero ahora, todo era completamente diferente, sentía que está ya no era mi casa, su habiente cálido se había convertido en uno frío, solitario y desconocido.

Me encontraba sola por el momento, bueno completamente no, mi nana me acompañaba, a Philip le habían llamado del hospital para que cubriera un turno en la noche, añadiendo que tenía citas de pacientes pendiente por lo que no había podido verle por un buen rato.

En este tiempo pude darme cuenta lo poco que les importó a mis padres, no recibí ni una llamada de su parte en estos dos días, para más Julieta, ella llamaba a cada rato para comunicarse conmigo. 

- Mi niña debes comer algo o te vas a enfermar -dijo mi nana acercándose por detrás-

Había bajado al jardín trasero de ¨mi casa¨, ya me había aburrido estar en mi habitación, no era un secreto el que mis ánimos últimamente iban decayendo cada vez más. 

- Si he estado comiendo nana -respondí volteando a verla-

- El café, el agua y un caldo de verduras no cuenta como comida 

- No me da hambre -dije cabizbaja- no estoy de ánimos 

-Te entiendo, pero lo necesitas así que iré adentro a cocinar tu comida favorita y espero -ella tomo de la cabeza dejando un beso en ella- te la termines completa 

Sonreí y miré como se adentraba a la casa, no sabía desde cuando ella estaba con nosotros, pero si tenía muchos recuerdos con ella, siempre se prestaba a jugar las escondidas o atrapadas conmigo y Philip.

Recuerdo una noche de tormenta, nuestros padres habían ido a un viaje de negocios, en ese entonces Philip tenía 8 años, yo 6 y Julieta 5, estábamos los tres en la habitación de Philip porque según el, era más segura.  Philip quiso hacerse el valiente y nos abrazaba, pero sabía que al igual que nosotras estaba asustado, hasta que mi nana nos llevó chocolate caliente con nuestras galletas favoritas y nos empezó a contarnos historias de hadas, princesas y superhéroes, haciéndonos reír y desapareciendo el miedo que teníamos. 

Me había perdido en mis recuerdos de la niñez, pero escuche el timbre de la casa empezó a sonar repetidas veces, lo cual me extraño, me levante de donde estaba y camine hacia el living de la casa, mire a mi nana en la puerta de espaldas, desde el ángulo que estaba no podía ver de quien se trataba.

- Nana, ¿Quién es? -pregunte suavemente-

Ella se giró y me miro con una expresión que no supe descifrar, se hizo a un lado, abriendo más la puerta y pude ver de quien o más bien de quienes se trataba. 

Alexander me miraba con una expresión de alivio y se adentró a la casa, noté que cojeaba al caminar, en cuanto lo tuve enfrente el me abrazó, no supe que hacer... Miré a todos al rededor, Jasper, Theo y Leonor tenían la misma expresión de alivio. Alexander me soltó y me tomo del rostro.

- ¿Qué haces aquí? -pregunto y hasta ese momento pude verlo, se miraba pálido- 

- ¿Qué hacen aquí?

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⏰ Última actualización: Aug 12 ⏰

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𝚃𝚞, 𝚢𝚘 𝚢 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚒𝚘 𝟹𝟼𝟶°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora