Capítulo 20

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Después del beso me tomo de la cintura con fuerza y se acercó a mi oído.

-Nos vamos ya de aquí, nunca haces lo que te digo -el alcohol que había tomado ya había hecho más efecto en mi pero aún estaba algo cociente, Alexander me miraba seriamente-

No me había percatado de que habíamos entrado a la casa hasta que tropecé cuando pise mi vestido, estaba por caer hacia delante cuando Alexander me tomo del brazo.

-Si no sabes tomar no entiendo porque carajos lo haces -iba a responderle cuando escuché una voz femenina a mis espaldas-

-Alexander, ¿no me presentaras con tu esposa? -di la vuelta y Alexander soltó mi brazo para poner su mano en mi espalda, el solo permaneció callado y serio- ¿no? Está bien, me presento yo, soy Layla, yo ya te conocía, pero tú no a mí, pero imagino que ya debes de darte una idea de quién soy yo en la vida de Alexander

-Ya fue suficiente Layla -habló con autoridad Alexander- Me voy con mi esposa, tú y yo ya hablamos así que deja de molestar -el me empujo un poco y me susurró un "vamos"-

- ¿Enserio? pues debes de saber que yo no me rindo tan fácilmente -le respondió ella- ¿Por qué no le dices con quien estuviste hace unos días?

Ambos nos detuvimos, yo lo volteé a ver, el miraba a Lyla quien tenía una sonrisa victoriosa, luego me miro a mí e intentó hablar, pero no lo dejé, seguí el camino, subí las escaleras y todo empezaba a encajar en mi cabeza, el, sus llegadas tarde, ella, el porqué de la reacción del señor Fernando, todo estaba encajando ya.

Entre a la habitación y cerré la puerta de golpe, estaba enfadada, intenté quitarme los zapatos, pero el alcohol ya se me había subido un poco más a la cabeza, me sostuve de la pared y tiempo después Alexander entro a la habitación.

-¿Podemos hablar? -escuché que dijo, su tono de voz era neutro-

-¿De que? Te he dejado claro que no me interesa nada de tu vida -me di la vuelta rápidamente para verlo directamente y eso empeoro mi mareo-

O fue efecto del alcohol que hace que alucine o Alexander suavizó la mirada por unos segundos.

-Tienes razón, no tengo porque darte explicación alguna -atacó el-

-Nadie te la pidió, eres libre de hacer lo que quieras Alexander, recuerda que este "matrimonio" -señalé a los dos- es falso, aquí lo único que hay es desprecio, odio, rencor...

-Que rápido cambian tus sentimientos -me interrumpió el- ahorita dices eso, pero bien que si te vuelvo a besar te vuelves bien fácil

No hubo mucho tiempo para que le diera una cachetada, para mi sorpresa el solo volteó a verme con una sonrisa

-Te enojas porque sabes que es cierto, vamos Aurora ya acéptalo -ambos nos retábamos con la mirada- sigues enamorada de mí, aunque ¿sabes qué? mejor dime -me tomo de ambos brazos- ¿Por qué están tan pegada a Liam cada que lo ves? ¿Lo haces para darme celos? Pobre ingenua, das lástima que hagas ese tipo de cosas para llamar mi atención, cuando ni con eso la tienes, ya te dije que verte es insoportable, eres una molestia, una intrusa en mi vida que ojalá nunca hubiese aparecido, solo fuiste un juguete que al parecer puedo volver a usar para después tirarlo

-Yo no soy el juguete de nadie -no le demostraría que esas palabras me afectaron- el único que da lástima aquí eres tú, que piensa que todo está o gira a su alrededor, que se cree que es lo mejor de la tierra cuando no eres más que un pobre imbécil, infeliz, un poco hombre que lastima a las mujeres para saciarse el ego... que asco da tu vida Alexander, no... -lo mire de arriba abajo con desprecio- que asco das tu

El me soltó, pero me enredé con mi vestido y choque contra la mesa de noche golpeándome la cadera con la punta de esta, sabía que tendría un gran hematoma porque el dolor era fuerte y no cesaba, solo escuché el golpe fuerte de la puerta. Ya una vez sola y que el dolor había pasado un poco me dispuse a cambiarme para dormir.

Ya en la cama, no pude contenerme más, aunque no quisiera sus palabras si me habían lastimado, nunca enteré por qué Alexander me trataba así, a decir verdad, no entendía tantas cosas y lo único que quería era irme, irme a mi casa, con certeza puedo decir que en el lugar donde nací es donde más me han lastimado, sin darme cuenta me fui quedando dormida entre las lágrimas.

A la mañana siguiente, desperté al escuchar la puerta cerrarse, abrí un poco los ojos y no vi a nadie, fui al baño y me miré en el espejo, era un desastre. Me metí a la ducha y traté de relajarme. 15 minutos después estaba viendo el piso, sentada en la cama.

No tenía ánimos de nada, no tenía hambre, no quería ver a nadie. Mi único plan era el pasar aquí en la habitación matando el tiempo, ya estaba cansada de fingir, aburrida de todos.

Al final tuve que alistarme para salir de ahí para ¨desayunar en familia¨, eran las 9 de la mañana y ya quería irme a dormir de nuevo. Mientras me vestía mire el moretón que me había hecho la noche anterior en la cadera y los demás que tenía en el brazo que iniciaban a desaparecer, pero aun eran visibles, por lo que me puse una blusa que los tapase.

Baje y como era de esperarse ya todos estaban ahí. El desayuno fue de lo más tranquilo, solo se habló de lo maravilloso que había sido la noche anterior y que la señora Antonia estaba muy feliz.

Alexander y yo no nos dirigimos la palabra del todo, luego del desayuno Jasper, Leonor y Dana dijeron que fuéramos a la piscina. Y ahí estaba, sentada en una de las mesitas de jardín que habían cerca de la piscina.

Theo, Jasper, Leonor, Julieta y Dana estaban dentro del agua, jugando con una pelota, Alexander se había ido a cambiar y Philip estaba atendiendo una llamada-

-Vamos princesa, vete a cambiar y ven con nosotros -estaba tan distraída que no me había percatado que Jasper estaba a mi lado-

-No empaque el traje de baño -sonreí y le guiñé un ojo-

-Yo puedo prestarte uno, eso no es problema- dijo Leonor-

-Lo ves, problema resuelto- solo reí nerviosa y negué- bueno, pero cuando menos te lo esperes terminarás con nosotros allá -señalo la piscina y se fue-

Al poco tiempo, Alexander llegó y se metió con ellos, Philip de igual manera estaba con todos dentro del agua, mire como la señora Antonia y la señora Margot llegaron con algunas bebidas y bocadillos por lo que todos se salieron y comieron algo.

Estaba riéndome con mi hermano y Leonor cuando me agarraron de la cadera y di un grito de dolor, Jasper me soltó asustado preguntándome si estaba bien, asentí y miré a Leonor confundida y Philip con el ceño fruncido.

-Déjame ver- me aparte y le dije que no- Déjame revisarte Aurora -volví a decirle que no pero el aun así me levanto un poco la camisa, Leonor ahogo un grito al ver el gran hematoma que tenía, mire como Philip apretaba la mandíbula y su respiración se volvía cada vez más pesada.

-Philip no es lo que piensas -intenté decirle, pero él ni escuchó cuando se fue donde Alexander y le soltó un puñetazo en la cara- ¡Te lo dije imbécil! que si la tocabas yo la iba a defender -le dejó ir otro puñetazo-

𝚃𝚞, 𝚢𝚘 𝚢 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚒𝚘 𝟹𝟼𝟶°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora