Capítulo 31

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Habían pasado unas horas desde que había llegado a la habitación, Philip y Leonor lograron entrar y estaban acompañándome. Dos oficiales habían llegado para preguntarme como había sido el ataque, se fueron diciendo que harían lo posible para saber la cabeza al mando de esto, que por el momento no me mantuviera sola y me mantendrían informada.

- Ten te traje un té -me dijo Philip, entregándome una tasa- 

- Ya hablé con los padres de Alex, tomarán un vuelo de regreso -asentí y surgió una duda- 

- ¿Papá y mamá? -pregunté mirando a Philip y Leonor negó-

- No tomes importancia a ellos, me tienes a mí y no te pasará nada -me aseguró Philip abrazándome- 

- Iré por algunas cosas de Alexander y Aurora, la señora Spencer me dijo que se fueran a la casa de ellos un tiempo... claro, si estás de acuerdo -me hizo saber Leonor, únicamente asentí- 

- ¿Irás sola? -le pregunté a lo ella me respondió que si- Es algo peligroso, por más que pueda que estén aun los policías en el departamento no quiero que vayas sola, Philip acompáñala  

- No te queremos dejar sola -quiso decir algo más, pero la interrumpí- 

- Estaré bien, además Jasper y Theo dijeron que venían en camino ¿no?, tranquilos los esperaré -dije volteando en dirección a la camilla donde Alexander aún seguía dormido- ¿Es normal que aún no despierte? 

-Cada persona reacciona a la anestesia diferente, ya lo revisaron y todo está normal, pronto lo hará -me contesto Philip-

-Vale, ve acompañarla 

No muy seguros los dos, salieron de la habitación dejándome sola con Alexander aún dormido. Pasarón unos minutos, la enfermera llegó a revisarlo nuevamente y aproveche para ir al baño.

Estaba fatal, estaba despeinada, se me notaban las ojeras, traía puesto unos leggins y una sudadera de Leonor, me amarré el cabello en una coleta alta, escuché la voz de la enfermera llamar al doctor y salí rápidamente. 

- ¿Qué pasa? -pregunté y ella me volteó a ver- 

- Su esposo ya despertó, saldré a buscar al doctor, con permiso -dijo ella para luego salir de la habitación- 

Miré a Alexander y me acerqué a él, no sabía que decirle, me senté nuevamente en el sillón al lado de la camilla, miré tenía la vista clavada en el techo de la habitación, no tenía expresión alguna.

- ¿Cómo te sientes? -pregunte en casi un susurro-

El solo me miro de reojo, pude notar cierto asombro al notarme ahí, pero una reacción demasiada fugas y volvió a la neutra que tenía. 

- ¿Cómo esperas que me sienta luego de me hayan enterrado un puñal en el abdomen? -respondió cortante- es una pregunta estúpida 

- ¿Por qué me hablas así? -le pregunté y sentía un nudo en la garganta, aun sigo muy sensible por lo que pasó- Yo solo...

- ¿Tú que Aurora?, ¿no ves que por tu culpa estoy así? Hazme un favor y desaparece de mi vista, no te quiero cerca -dijo mirándome directamente a los ojos-

No fue hasta ese momento que mis lagrimas salieron y un sollozo salió de mis labios, en eso el médico llego, lo revisó y dijo que estaría ahí dos o tres días máximo y luego podría irse a la casa, si todo seguía bien, le agradecí y en lo que ellos salían, Theo y Jasper entraron rápidamente. 

Ambos me saludaron dándome un abrazo, yo intentaba apartarles la cara porque mis lagrimas no paraban de salir y no quería que se diesen cuenta.

- ¿Estás bien? -me preguntó Jasper preocupado, Theo ya estaba al lado de Alexander, pero aun así sentí que volteo a ver al escuchar la pregunta de Jasper, simplemente asentí- 

- ¿A qué hora te vas de aquí Aurora? ¿no entendiste que no te quiero ver? ni mucho menos escucharte, tu sola presencia se me es insoportable -escuché la voz de Alexander y salí de ahí-

Salí llorando y apurada, no quería que alguien más me viese así, me sentía muy estúpida, fui una imbécil por quedarme ahí esperando a que despertara, fue algo estúpido el pensar que pondría tener alguna conversación para darle las gracias por haberme intentado proteger, me sentía realmente humillada por todas las palabras de Alexander. 

Llegue a la cafetería del hospital, me senté en una de las mesas, mire por el ventanal del hospital y noté que ya estaba amaneciendo, no tenía conocimiento ni de la hora, no traía nada conmigo, ni mi teléfono, ni mi billetera, esperaba que al regresar Philip y Leonor me trajeran mis cosas, Alexander no me quería aquí, así que me iría en cuanto llegase mi hermano. Pensé en ir a la casa de mis padres en vez de la de los Spencer, entre más largo pueda estar de Alexander mucho mejor.

Estaba con la mirada perdida en mis pensamientos, pero una mano colocando un café frente a mí me hizo reaccionar, Jasper me miraba con una dulce sonrisa.

-Gracias -intenté devolverle la sonrisa-

-No es nada princesa, no pongas mente a lo que Alexander te diga, esto que pasó no fue tu culpa -Jasper solo me miraba algo triste-

 - Puede que no, pero si me siento humillada después todo eso, yo pensaba estar dispuesta a pasar con el tiempo que pasara aquí, por simple gratitud 

- ¿Qué piensas hacer ahora? 

- Él no quiere verme, así que iré a la casa de mis padres 

- ¿Cómo? -preguntó Leonor a mi espalda- ¿Cómo que irás a la casa de tus padres?  -Jasper y yo volteamos a verla-

Jasper se encargó de hacerle saber a Leonor que había pasado, su expresión estaba entre decepción y molestia.

- ¿Y Philip? -pregunté-

-Había subido a buscarte yo había venido para acá para comprar café para todos, más no sabía que me los encontraría, por cierto -dijo ella sacando algo de su bolso- ten, el resto de tus cosas están en el auto

Me entregó mi teléfono, la pantalla se había dañado un poco, no le tomé importancia, revisé si tenía alguna llamada de mis padres, pero como era de esperarse, no había nada. 

- ¿Sabes si mis padres también saben de esto que pasó? 

- Según la señora Spencer dijo que les haría saber de inmediato y Philip les escribió, pero no se respondieron -asentí y mire hacia la ventana- 





𝚃𝚞, 𝚢𝚘 𝚢 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚒𝚘 𝟹𝟼𝟶°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora