-ocho- ⚠️

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Y desde la parte de abajo de la mansión, la situación con aquel hombre volvía a ser tosca, Bangchan sacó su arma frente a él y la cargó apuntándole justo en la cabeza, buscando en el bolsillo de su pantalón aquella billetera que habían encontrado con la foto familiar en su interior, abriéndola y mostrándosela rápidamente.

—¡Malditos bastardos!—. Gritó el hombre dentro de lo que pudo, después de todo se negaba a cada comida que le dejaban en el calabozo, su cuerpo estaba en decadencia.

—¿Crees que para nosotros esto es divertido? No tengo todo el tiempo del mundo para jugar contigo. Esta es la última oportunidad que te daré para decirme quién te contrató, o de lo contrario.

—Si le haces algo a mi familia, ¡Te juro que!

—No tocaré a tu familia, no soy tan despreciable.. pero no me interesa saber cómo se las arreglarán si su querido padre no coopera conmigo—. Dijo Han parado en una esquina de la habitación, sacando un cigarrillo y colocandolo en el borde de sus labios entreabiertos, acercándo el encendedor dejando ver la luz del fuego quemando un poco la punta de este.

Dió una calada y retuvo un segundo, para dejar salir el humo lentamente frente a él, una segunda repetición lo hizo darse cuenta de que ya no era lo mismo, fumar ya no le causaba ningún efecto y esto lo irritó un poco.

Tiró más de la mitad del cigarrillo al suelo para luego pisarlo con el zapato acercándose a ellos, quitándole el arma a Bangchan y la apoyó entre ceja y ceja de aquel hombre que ahora lo miraba intensamente a los ojos.

—Tienes tres segundos y ni pienses que voy a contar para ti, si no hablas será mejor que te resignes a la idea de volver a verlos, mi paciencia se acabó.

Bangchan se alejó de la escena, viendo la seguridad en la posición de su jefe, sabía lo capaz que era y no dudaría un segundo en cumplir su palabra. Logró ver aquellos ojos del hombre que se llenaban de lágrimas e impotencia, y luego lo escuchó decir claramente en un grito desgarrador:

—¡Caerán pronto! ¡Ese hombre está más loco que todos ustedes!

—Es una lástima, esos niños son muy pequeños aún—. Dijo el jefe Han como última instancia y vió con ojos de fuego a aquel hombre que comenzó a gritar tan fuerte de la locura, que su garganta carraspaba y parecía que se rompería en cualquier momento.

Y sin siquiera parpadear, el gatillo fue presionado sutilmente por el dedo del hombre que la luz de la lámpara alumbraba el lado derecho de su rostro en la oscuridad, y como su ruido indicaba la bala siguió su trayectoria fielmente y la sangre salpicó sin piedad en todas direcciones. Una mueca de desagrado apareció en el rostro de Han al estar empapado del rojo vivo y se limpió rápidamente, dejando un rastro de igual manera.

—Te dije que terminaría ensuciado con tu sangre de todos modos—. Susurró mientras veía sin remordimiento el rostro ya desfigurado por el quema ropa del disparo.

—Me encargaré del cuerpo—. Dijo Bangchan acercándose a su jefe—Al menos ellos no recordarán que tuvieron una basura de padre que hacía cualquier cosa por dinero—. Terminó diciendo, observando a su jefe guardar el arma y pasar por su lado en silencio.

Han subió rápidamente sintiéndose molesto, apretaba la mandíbula con fuerza mientras salía del lugar en dirección a su habitación, topándose con el doctor en el pasillo y pudo ver su rostro asombrado al verle la cara, recordando la sangre que aún debía tener en su rostro y ropa.

El jefe no fue capaz de decir palabra alguna y simplemente siguió su camino dejando a Seungmin atrás, y ya en su habitación soltó aire pesado mirándose en el espejo de su baño, la rabia que sentía al no obtener nada más de aquel hombre lo hacían sentir impotencia, golpeando con el puño el lavabo.

BE MY BOSS | hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora