-quince-

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La mañana siguiente debían ser cercana las ocho cuando Han sintió unas manos cálidas en sus mejillas haciendolo despertar, donde abrió sus ojos con lentitud por la pesadez de estos, logrando ver el rostro tranquilo de Minho que le dió los buenos días en un susurro agradable para sus oídos.

El jefe no había dormido lo suficiente para despertar con energía y sentía sus ojos hinchados e increíblemente difíciles de mantener abiertos, sentándose viendo que el chico estaba de cuclillas esperándo a que se incorporara, aquel que tomó de sus manos y acariciando levemente de su dorso le decía que iría por algo para desayunar.

—Esperame iré contigo—. Dijo Han frotando sus ojos dispuesto a despertar de una vez y levantarse.

Pero Minho seguía frente a él y no tenía intenciones de levantarse del suelo aún, sus ojos lo esperaban pacientemente para seguir hablando y Han se quedó quieto por un segundo.

—No es necesario que vayas conmigo, me las arreglaré y volveré rápido—. Dijo con voz baja, debido a que era temprano e Ian seguía dormido.

—Ni siquiera sabes hablar japonés—. Se quejó Han arqueando sus cejas.

Y Minho sonrió al verlo tan adorable, para sus ojos esta era la mejor imagen que podrían darle desde tan temprano, Han se veía despeinado y su rostro de recién despertado era encantador, y pensaba que por un momento podría verse como una persona normal y no como un jefe de un grupo de gansters.

—Sé decir algunas palabras, como Buenos días, Por favor, Gracias, ¿Cuánto cuesta?, ¿Dónde está el baño?

Han soltó aire divertido, evitando querer reír de lo tierno que era su forma de pronunciar, pero al menos sabía lo básico así que lo dejó irse luego de acariciar su cabello, acompañandolo a la puerta diciéndole que no tardara demasiado o se preocuparía.

Y luego de verlo marcharse fue al baño a asearse, mirándose al espejo dándose cuenta del desastre que era su existencia, se acercó viendo su reflejo ser aún más asqueroso a sus ojos y no entendía por qué Minho siempre sonreía tan amablemente cuando lo miraba anteriormente.

Pensando que si fuera Minho se asustaría de ver semejante rostro horrible a esas horas de la mañana. Y soltando aire divertido comenzó a quitarse la ropa para darse un baño, cosa en lo que no tardó demasiado debido a que el agua tibia de vez en cuando salía helada y no podía aguantarlo.

Y cuando estuvo listo sintiéndose limpio al fin, se peinó un poco con las manos y salió dispuesto a despertar a Ian, que roncaba como si no hubiera un mañana y pareciera que si nadie lo llamaba podría seguir durmiendo hasta que se hiciera de noche otra vez.

El ambiente cerca de él apestaba a flojera y pegándole algunas palmaditas en la cara el chico despertó un tanto asustado, viendo el rostro amable de Han que con voz baja para no aturdirlo demasiado le dijo que era momento de levantarse y darse un baño, el chico miró a su alrededor cerciorándose de que todo lo que había vivido era real y asintió aún estando medio dormido.

Se levantó frotando sus ojos, sintiendo la mano de Han en su cabello acariciandolo un poco mientras caminaba hacia el baño, desapareciendo tras la puerta con la misión de salir limpio y despierto.

Han se sentó en el sofá a esperar a Minho, sentía que estaba demorando demasiado, comenzando a sospechar que tal vez olvidó el camino de regreso, hasta que la puerta se abrió y se cerró en cosa de segundos, dejando ver el rostro del chico un tanto agitado y Han fue con él de inmediato preguntándole qué le pasaba.

—Fui a una tienda no muy lejana, no había mucha gente cerca pero los vi, ellos nos están buscando, por suerte logré salir desapercibido de ahí pero tenemos que irnos pronto—. Dijo Minho casi sin aire del susto que había pasado.

BE MY BOSS | hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora