-dieciséis-

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Han había pasado la mayor parte de la madrugada delirando, por lo que Minho no pudo pegar un sólo ojo cuidándolo en todo momento, se sentía preocupado estando ahí sentado en el piso a su lado, y como si el cielo tuviera compasión con ellos para eso de las siete de la mañana la temperatura del jefe comenzaba a bajar lentamente.

Aún teñía fiebre eso era seguro, pero al menos ya no temblaba tanto y los delirios desaparecieron con ello, cosa que aunque no quisiera, provocó que Minho se quedara medio dormido hasta que a eso de las diez escuchó un ruido proveniente del baño.

Minho abrió los ojos asustado, encontrándo su rostro apoyado en la mano del jefe que seguía dormido, la luz del sol alumbraba la habitacion a través de esa pequeña ventana. Y luego con la aparición de la voz baja de Ian atrás suyo que traía consigo agua tibia y un paño nuevo para limpiar a Han, supo que ya era hora de levantarse.

—Revisé su temperatura cuando desperté esta mañana, él está mejorando muy rápido—. Dijo acercándose.

Retirando la manta del hombre hasta dejarla a la altura de las caderas, comenzando a limpiar con el paño húmedo los brazos del jefe con especial cuidado.

—Te toca descansar ahora, me haré cargo de él—. Dijo el chico y Minho se levantó rápidamente del suelo.

—No debería dormir—. Respondió sintiéndose con la obligación de encontrar una respuesta al "¿Qué hacemos ahora?"

Vió a Ian mirarlo con una expresión difícil, parecía triste y preocupado, cosa que seguía rondandole en la cabeza debido a que no tenía clara la relación entre ellos, pero aún así en ningún momento notó comportamientos entre ellos que le indicaran que entre ambos tuvieran una historia pasada.

No estaba seguro de si sentirse celoso de él, cuando miraba a los ojos de Ian observar a Han, sólo lograba ver una especie de admiración. Minho caminó al sofá y se sentó un momento con la intención de resolver aquellas dudas.

—¿Ustedes dos.. cómo se conocieron?

—Oh..—. El chico se sorprendió y prontamente soltó aire pesado, dándose cuenta que no lograría safarse de esa pregunta por mucho tiempo más, después de todo no podía simplemente olvidar su pasado aunque lo quisiera.

—El día del atentado en la mansión del grupo Han, el objetivo era secuestrarte y llevarte con el doctor Seungmin.. Yo era uno de los hombres infiltrados que iba por ti—. Dijo lo más sincero y conciso posible, aún sintiendo esa vergüenza por sus acciones pasadas.

Minho abrió los ojos de par en par en cosa de segundos, incorporándose poniéndose a la defensiva aunque estuviera medio dormido, aún no lograba procesar toda esa información.

—Tranquilo, no tienes que sospechar más de mí—. Lo escuchó decir tan fácilmente y no lograba sentirse menos preocupado—Como decía, el plan no funcionó y nos tomaron como prisioneros esa misma noche, conocí al señor Han en las celdas de la mansión de una forma un tanto trágica, pensé que moriría justo ahí como los demás pero su plan era diferente.. terminé ayudándolo yendo con el doctor Seungmin.

Dijo Ian mientras seguía haciéndose cargo de Han con dedicación y cuidado de no lastimarlo.

—Tú estabas inconsciente debido a las drogas, por ello nunca me viste hasta ahora.. aún así lo que tienes que saber es que ese día el señor Han me dejó libre, por alguna razón confió en mí.. no deberías dudar de su juicio.

Minho lo vió cubrir el cuerpo de Han con las mantas nuevamente y peinar su cabello hacia atrás con cuidado, revisando su frente y temperatura para luego girarse mirandolo a los ojos, y en el momento que se encontraron pudo ver que su expresión era sincera.

BE MY BOSS | hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora