-nueve-

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Han salió en silencio de su habitación, con el arma cerca del pecho pensando qué movimiento hacer, sabía que debía tener cuidado, después de todo era algo serio hasta saber cuáles eran las verdaderas intenciones de aquellos hombres, se mantuvo atento y logró escuchar claramente desde el otro lado de la mansión:

—¡No está aquí abajo! ¡Avisen a los que estén arriba, busquenlo!

En ese momento sintió un impulso inundandolo por completo y como si fuera de hierro salió dando pasos largos, disparándole directamente a cada uno de ellos que intentaba subir las escaleras, el fuego comenzó a ser cruzado y ocultándose tras el concreto pensaba en una forma de subir y ayudar a los demás.

Podía escuchar los disparos desde la parte superior y sentía que se volvía loco, acabó rápidamente con los hombres de su área, salvándose de algunos disparos que casi acertaron en él, y subió las escaleras encontrándose con el caos. La cantidad de hombres infiltrados era interesante, y con la poca luz que había en el lugar le era difícil distinguir entre sus subordinados y los asaltantes.

De pronto sintió pasos acercarse tras él y apuntando sin miedo a ese cuerpo logró escuchar la voz de Bangchan.

—Soy yo, debemos avanzar rápido—. Lo escuchó decir pasando por su lado, y Han lo siguió sin más.

El enfrentamiento cuerpo a cuerpo comenzó de inmediato, Bangchan era bueno en eso así que no fue impedimento para avanzar primero mientras este y sus demás compañeros se encargaban de todo. Y viendo al interior de las habitaciones se dió cuenta de que todas habían sido analizadas, estaban buscando a alguien en especifico y temía saber bien de quién se trataba.

¿Pero por qué?

Se preguntó asustado y caminó en dirección a la habitación de Minho, el bullicio era cada vez más fuerte y por alguna razón estaba siendo más difícil avanzar con tantos hombres intentando evitar que lo hiciera. Estaba comenzando hartarse y los golpes eran más certeros abriéndose camino, hasta lograr llegar a la bendita habitación.

En ella vió el forcejeo entre un par de aquellos hombres con Yangyang, aquel que sujetaba las manos de uno de ellos apuntando un arma de plomo hacia el techo, mientras que Minho parecía inconsciente en la cama e intentaban amarrar sus manos para llevárselo.

—¡Minho!—. Gritó Han asustado acercándose y un disparo al aire se accionó entre el forcejeo de Yangyang.

Aquel hombre golpeó con la rodilla el abdomen del menor que resistía para no soltar el arma del contrario.

El jefe se abalanzó contra el encapuchado que intentaba cubrir al compañero que levantaba el cuerpo de Minho.

Los nudillos rápidos de su contrincante impactaron en su mejilla y sintió su rostro arder, viendo a Minho ser cargado tan fácilmente en la espalda de uno de ellos. Un nuevo golpe llegó a su otra mejilla y escuchó el grito de Yangyang lejanamente:

—¡Jefe! ¡Reaccione!

Han despertó del trance volviendo a la realidad en la que se encontraban y concentrándose en su oponente comenzó la defensa, aquel era alto y prominente, era obvio que había sido entrenado previamente, sabía que no sería fácil sacarlo del camino para ir por los demás, pero comenzó el round.

Golpes duros hacia ambas direcciones, iba a tardar demasiado esperar a que uno de los dos se cansara primero, una salida más rápida era sacar el arma y disparle, pero la pelea no se lo estaba permitiendo tan fácilmente, comenzaba a estresarse sintiendo la calidez de la sangre bajar por su nariz, mientras escuchaba los quejidos de Yangyang que soportaba valientemente los golpes sin decir nada.

BE MY BOSS | hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora