-cuatro-

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El auto aceleró por orden del jefe Han, los tres hombres parecían preocupados luego de que aún intentando llamarlo y darle golpes en la cara, no había forma de despertarlo, en poco tiempo llegaron a la clínica dejando a un Minho inconsciente en las manos de Seungmin el cual se ocupaba de su condición mientras le daba oxígeno.

Han que se encontraba sentado a su lado seguía sin entender cómo había sido capaz de hacer algo como eso, había llegado tarde pero logró ver bien el nivel de situación en el que estaba metido Minho, esos hombres habian sido contratados para asesinar y estaban ahí para llevarlo a cabo, y aún sabiéndolo ese chico había decidido jugarse la vida para que los otros dos pudieran huir sanos y sin rasguños.

Han miraba a Minho que se encontraba dormido siendo suministrado de oxígeno, y respiraba profundo al ver que al menos ya todos los chicos se encontraban a salvo, pensando en que por ahora debía buscar la manera de "desaparecer" hasta que todo fuera por fin resuelto, debía encontrar a los responsables y hacerlos pagar por todos sus hombres heridos y llevar a esos niños a casa para descansar luego de aquel día intenso.

Ahora los negocios corrían peligro, si no les era permitido salir a la calle por posibles nuevos ataques, debía buscar la manera de hacerlos sin riesgos o tendrían seberas perdidas monetarias, todo ello rondaba en su mente una y otra vez intentando tener respuestas, hasta que vió los ojos de Minho abrirse lentamente por lo que Han se incorporó en dos segundos preguntando:

—¿Te encuentras bien?—. Con una expresión preocupada, viendo como rápidamente Seungmin entraba en la habitación acercándose al chico.

—Al parecer ya consumió todo el oxígeno, podrán volver a casa apenas lo revise una vez más—. Dijo el doctor ayudando al chico a sentarse en la camilla y Han asintió.

—Aceptaré cualquier castigo—. Dijo Minho con voz débil viendo a los ojos fríos de Han frente a él, sintiendo las heladas manos del doctor en su espalda al intentar escuchar sus respiraciones con su estetoscopio, para luego dejar que Jeongin lo ayudara a levantarse y comenzar a caminar lentamente hacia la salida de la clínica.

Los hombres subieron al auto negro y se oyó la voz de Han pedir tomar otra ruta hacia casa, no iba a tolerar más riesgos a partir de ahora, menos con la condición actual de los chicos. Bangchan asintió y condujo con cuidado de regreso a la mansión, una vez allá recibieron la orden de descansar hasta nuevo aviso, ninguno dijo nada al respecto y simplemente se fueron a sus habitaciones a dormir, sus cuerpos estaban agotados.

—Tú, sígueme—. Dijo el jefe Han hacia un Minho que había intentado irse a la cama.

Aquel lo siguió a paso lento hasta lo que se suponía era la habitación del jefe, Minho no estaba entendiendo nada pero no tuvo valor de preguntar sabiendo que lo más probable era que recibiera una lección por su actuar.

Estando dentro de la habitación espaciosa, Han cerró la puerta y comenzó a quitarse el saco dejándolo sobre una silla. Minho observó el lugar, nunca antes había entrado pero era realmente interesante, tenía un ambiente bastante elegante pero sombrío, el color negro predominaba y ese sofá de cuero rojo le llamaba mucho la atención, además de ese mueble con distintas botellas de alcohol y copas que brillaban por la luz.

—¿Crees que lo que hiciste hoy está bien?—. Habló en un tono molesto.

Minho se quedó con la mirada baja sin decir palabra alguna.

—¿Lo hiciste por el bien de los chicos?—. Preguntó mirándolo a la cara—¿Qué fue lo que les dije antes de irme con los demás al hospital?

—Que no hiciéramos locuras..

—¿Qué debería hacer contigo? ¿Quieres que use esta ocasión para echarte de una vez por todas?, después de todo nunca debiste entrar aquí, es demasiado peligroso para alguien tan imprudente y que no escucha—. Dijo perdiendo la cabeza, recordando las palabras de Bangchan en el auto antes de que Minho se desmayara.

BE MY BOSS | hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora