Capítulo 32

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Mirar a ese hombre de cabellos rojos resultaba muy similar a como sería mirar un espectro mágico, al menos así lo sentía Jungkook. Después de tantos momentos soñándolo, recordándolo y añorándolo durante ese nada corto tiempo de separación, la felicidad combinada con extrañeza le hacía sentir que estaba presenciando un momento mágico que, de no atesorar, podría desaparecer repentinamente.

Los dos se encontraban sumergidos en un instante taciturno empañado por la realidad del exterior que gritaba con fuerza mayor que aquella producida por las explosiones. Sin embargo, ellos filtraron esa verdad que embargaba el mundo exterior para detenerse a contemplar la presencia del otro.

Una catarsis producida desde el momento en que le dieron rienda suelta a los besos, caricias y recuerdos sin ir hacia un terreno lascivo.

— Te extrañé, agente imbécil. — Mencionaba Jungkook presionando sus frentes, rozando de forma sutil sus narices antes de volver a besarlo.

— A pesar de no ser capaz de recordar lo nuestro, todo yo también te extrañaba, convicto hijo de puta. — Respondió Taehyung logrando que ambos rieran entre besos.

Se encontraban cerca de la ventana, Jungkook permanecía de pie mientras el pelirrojo tomaba asiento en el marco, acercando al menor con fuerza. Ahí, perdido en los ojos de ese convicto idiota, volvía a sentir una ínfima paz que no deseaba perder. La sensación que lo golpeó años atrás reaparecía con fuerza. Su hombre era un ser tan diáfano que lo iluminaba en medio de tanta oscuridad y por eso siempre sintió esa conexión con las palabras por el contrario dichas.

A él no se le daba bien expresar sus sentimientos, a veces ni siquiera decía algo tan sencillo como gracias, te extraño o te amo. Ellos demostraban sus sentimientos a través de acciones, pero Taehyung siempre deseó poder ser recíproco en ese aspecto para expresar vocalmente aquello que su corazón y cerebro gritaban.

La unión de ambos recaía en la liberación de esos malditos recuerdos que alteraban sus mentes o equilibrio nervioso. Experimentaban paz entre tanta guerra y por eso siempre se sintieron atraídos mutuamente.

Podría morir uno o el otro, hasta inclusive, podrían morir los dos, podrían separarlos, enemistarlos, pero en el fondo era de conocimiento general que la unión del Liquidador y el Desquiciado era sempiterna. Duraría eternamente, sí, tuvo un comienzo poco convencional para el mundo y bastante tradicional en el ambiente que se desenvolvían. Fue inesperado, turbulento y cruel, construido sobre muchos cadáveres y sufrimiento, algo orquestado por otras personas, mas no tendría un fin y, de tenerlo, sería algo única y exclusivamente decidido por ellos, nadie más que ellos.

— Sabes que sin importar lo que ocurra esta noche y el hecho de que yo esté aquí en este momento, las cosas continuarán prácticamente iguales, ¿cierto? — Preguntó Taehyung enredando sus dedos en las hebras negras del contrario. — Seguiré yendo contra ti.

— Ya lo has dicho, "prácticamente". Teniendo la seguridad de que estás vivo, que eres tú y que estás en un lugar que puedo controlar, cambia absolutamente todo para mí. Estás respirando todavía en este mundo, agente, eso lo cambia todo. — Espetó con seriedad, mas su emoción era palpable. — Ya sé lo que tu cabeza debe estar maquinando, te quedarás en el mismo sitio que mantienes ahora para poder investigar y tener sus recursos a la mano. Para ello debes seguir actuando como Mister D y venir contra mis hombres, los Cocodrilos, contra mí.

— Podría llegar a ser mucho más implacable, ahora tengo más conocimientos y recuerdos de cómo funcionas.

— ¿Olvidaste el hecho de que jamás te mostraré todo? Moriríamos por el otro, pero aun así continuamos sin confiar completamente en nadie, ni siquiera en nosotros mismos. Mira lo sencillo que esos cabrones se meten en nuestras mentes, no me entregaría en su totalidad ni siquiera ante ti.

Liquidator vs DesquiciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora