Flotando entre nubes tibias que lo mimaban, así se sentía el pequeño Kim Taehyung con su cabeza apoyada en el regazo de su hermana mayor. Le gustaba la forma en que ella siempre tapaba sus oídos y lo alejaba de toda la bruma ocasionada por las discusiones de sus padres. Las botellas de cristal que se estrellaban contra la pared, los gritos de su progenitor, los sollozos de su madre, nada parecía importar cuando su cabello era acariciado por Kim Yoori. Ella les cantaba a Seokjin y a él.
Su hermana tenía veinte años, Seokjin quince y él cinco. Su hermano solía refugiarse siempre en sus estudios, lo veía solo en las noches porque desde temprano se marchaba a su escuela y regresaba casi a medianoche después de la academia. Cenaba en su habitación y luego se iba a dormir no sin antes pasar por el cuarto del menor de los Kim para darle un beso. Lo único bueno de llegar a casa para Taehyung era poder ver a sus hermanos.
Esa tarde después de ser recogido en la escuela por Yoori, fue llevado a tomar helado y esto lo hizo feliz. Una vez que pusieron los pies dentro de su vivienda esa felicidad fue a pique al ver a su madre moverse lentamente por toda la casa con una sonrisa opacada por los golpes en su rostro que apenas le permitían abrir los ojos. Esa no era una imagen nueva para ninguno, realmente a veces costaba recordar cómo lucía el rostro de su madre sonriente, sin marcas y con todo su esplendor. Comieron temprano y en silencio hasta que la puerta una vez más se abrió mostrando al señor Kim que llegaba protestando porque no fue esperado para cenar y los alimentos ya estaban fríos.
— Ven, vamos a tu cuarto, mi pequeño Taetae. — Pronunció Yoori tomándolo de su mano para poder escabullirse sin ser el objetivo de la furia de su padre.
— Papá otra vez está molesto. — Su hermana asintió agarrando su cabeza y depositando un beso en su frente.
— Sí, pero no te preocupes, pronto se le pasará. — Musitaba sentándose en el suelo e invitándolo a acostarse sobre su regazo. — ¿Quieres que te cante una canción? — Taehyung asintió con una sonrisa contagiosa que su hermana le regalaba.
Los gritos continuaron, los objetos que eran tirados también, entonces, un mayor estruendo llegó y la voz de su madre dejó de oírse. Hubo silencio, uno demasiado extenso, repentino y extraño. La puerta principal de su casa fue cerrado y los hermanos supieron que su padre nuevamente se había marchado.
— Seokjinie llegará hoy temprano porque no tiene academia, así que iré a prepararle algo de comer, ¿de acuerdo? — Preguntó Yoori acariciando por última vez su cabeza antes de levantarse y salir de la habitación. — ¡Mamá!
Taehyung escuchó gritar a su hermana, esto hizo que se levantara y saliera rápidamente. Buscaba nervioso el lugar desde el cual su voz provino, yendo lentamente hacia la cocina.
— Ve a tu cuarto, Taete, no vengas. — Fue todo lo que la mayor de los hermanos Kim dijo. El niño parecía no escuchar sus palabras, sus pasos avanzaron hasta divisar a su madre en el suelo rodeada de algunos calderos y cubiertos, lo que para él era agua roja se extendía por toda la superficie. — A tu cuarto dije, Taehyung.
El mencionado fue cargado con rapidez por su hermana, pero mientras se alejaba, no pudo apartar los ojos del cuerpo sin vida de su madre. Pocos minutos más tarde escuchó a Seokjin avisar su llegada y a su hermana pedirle que fuera directamente a su cuarto. Sin embargo, el llanto y los gritos de Seokjin hicieron que Taehyung se tapara los oídos con fuerza para no oír, cantando la canción que antes su hermana había entonado. Su rostro estaba húmedo por las lágrimas que no notaba, mas él no habría su boca para llorar abiertamente.
Pasó casi una hora antes de que el ruido de las sirenas fuera más alto que el de su canto, el último canto que él haría en su vida. Hubo un gran revuelo en su casa, muchas personas uniformadas llegaron al lugar, otras sin uniformes y algubas completamente vestidas de blanco. Pudo ver el saco negro que era trasladado en la camilla hacia el exterior de su domicilio, los vecinos rodeando la zona mientras cuchicheaban. Un oficial se acercó para taparle los ojos y regalarle un caramelo, pero ya Taehyung había visto todo anteriormente.
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Liquidator vs Desquiciado
AzioneDespués de dos años de haber estado retirados, la leyenda viviente "El Liquidador" y el ex agente de la CIA "El Desquiciado" se ven obligados a regresar a ese mundo del que se quisieron salir. Fueron atacados mientras vivían en Madagascar y, aunque...