Jungkook había dejado de accionar entre las piernas de su pareja, apoyando su mentón sobre su ingle derecha. No era común recibir una llamada sin más de nadie, por seguridad, se mandaban mensajes cifrados con antelación, la primera llamada siempre sería perdida porque al timbre colgaban y repetían cinco minutos más tarde. Por este motivo, Taehyung se preocupó cuando la llamada de su hermano continuó a la espera de que él contestara.
— ¿Jin? — Sus ojos se estrecharon, luego iluminaron con una sonrisa bastante dulce e inocente para ser de Taehyung, por lo que no pudo evitar sentir interés, mucho más cuando el castaño lo hizo salir de entre sus piernas para poder sentarse de manera correcta sobre la cama, tan emocionado en aquella llamada como para cortar cualquier intención de seguir con su encuentro sexual. — Yongbokie... — Ambos exhalaron con tranquilidad. — ¿Por qué tienes el teléfono de tu papá si él no te autorizó a llamarme? Sabes que eso no está bien.
Jungkook no pudo hacer más que rodar sus ojos con un poco de fastidio por la interrupción a pesar de saber que era su sobrino, levantándose de la cama para dirigirse a la ducha, resignado a que realmente había perdido toda oportunidad con su novio en ese momento.
— Yo también te extraño, estoy seguro de que en tus vacaciones tu papá te traerá a verme. — Musitó mirando su reloj.
— ¿Con quién hablas por teléfono? ¿Qué haces con ese teléfono si sabes que no lo puedes usar sin permiso? A ver, dámelo. — La voz de Seokjin se escuchó llegando a los oídos de un Taehyung que sonrió mientras negaba. — ¿Eres tú?
— Sí, soy yo. No lo vayas a regañar muy fuerte, solo quería escucharme un momento. Nos hablamos en otra ocasión, ya tengo que colgar, Bokie no siguió las medidas de seguridad. — Mencionaba con calma, colgando luego de que el mayor estuviese de acuerdo. — ¿Mi macho se está duchando sin mí? — Gritó, levantándose para trotar hacia la ducha.
Al terminar aquella llamada, Seokjin se quedó mirando a su hijo con seriedad. Cuando murió su esposa y madre de su hijo, Moobyul, Yongbok tenía tan solo siete años. Desde entonces, casi cuatro años habían pasado, no era un pequeño niño que no sabía de nada, podía entender muy bien cuando se le decía algo y ellos le habían advertido que ese teléfono no se podía utilizar, menos para llamar a Taehyung sin pedirles autorización.
— ¿Qué te dije? No creo que mis palabras no se entiendan, Kim Yongbok. — Mientras el nombrado miraba hacia el suelo, Yoongi entraba por la puerta mirando la tensión entre esos dos. — Deja tu teléfono sobre la mesa y vete para tu cuarto. No quiero que veas siquiera el televisor, me haces el favor.
Mirando al recién llegado y luego a su padre, Yongbok asintió antes de darse la vuelta para salir de aquella habitación. Con sus manos en los bolsillos, Min le dio una media sonrisa, recibiendo otra de regreso.
— ¿Ya tienes que irte? — Preguntó Seokjin resoplando, mirando el teléfono que tenía en la mano. — Parece hijo de Tae, es demasiado porfiado ese niño. — Lanzó el aparato a un lado y se sentó en el sofá dejando su cabeza caer hacia atrás con sus ojos cerrados hasta que sintió unos suaves labios en su cuello. — Oye, estamos en la sala.
— Todavía no me voy, lo haré cuando Hoseok llegue. Quedamos en que él se quedaría contigo hoy, quiero verlo antes de irme. — Mencionó ignorando parte de lo dicho por el mayor, continuando dejando besos en su cuello y mejillas hasta llegar a sus labios.
Jin no se alejó, se permitía relajarse contra esos labios y esa mano posada en su cuello. Si le hubiesen dicho que él terminaría junto a un hombre o mejor dicho, dos hombres, no se lo hubiese creído. Toda su vida solamente le atrajeron las mujeres, no experimentó o le llamó la atención algún hombre. ¿Cómo iba a adivinar que terminaría con dos?
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Liquidator vs Desquiciado
AkcjaDespués de dos años de haber estado retirados, la leyenda viviente "El Liquidador" y el ex agente de la CIA "El Desquiciado" se ven obligados a regresar a ese mundo del que se quisieron salir. Fueron atacados mientras vivían en Madagascar y, aunque...