Capítulo 33

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— Me habían dicho que hacer negocios contigo sería beneficioso, pero parece que simplemente fueron rumores infundados. — La voz de esa mujer pelirroja se mantenía calma y falsamente cordial mientras mantenía su mirada fija en la líder de los Jebbies.

Jessi estaba acostumbrada a que la subestimaran, eso de cierta forma siempre funcionó como una letal arma a su favor, mas la mujer que tenía frente a ella no la estaba subestimando en lo absoluto, estaba jugando con ella, escarbando en busca de algo que no le quedaba totalmente claro. Eso era lo que la mantenía sonriente sin dejar de estudiar a la mujer que sin más entró a uno de sus establecimientos buscándola para hablar de negocios.

— No me estás proponiendo un negocio, estás husmeando y escarbando en busca de información mientras finges ofrecerme algo. Lo más gracioso de todo es que estás al tanto de que yo conozco granate de tus planes o tu estrategia, pero guardas la información primordial para ti. Dime qué es lo que quieres con sinceridad y luego yo pensaré en lo que me pides. — Contestó Jessica observando a la pelirroja. — ¿Qué es lo que deseas, Jung Wheein?

— Toma esto... — Musitaba colocando en la mesa entre ellas un bolso que guardaba historia.

Se trataba de un bolso de más de una década, eso sí, de edición limitada y diseñado por Hermès, había sido vendido en la casa de subastas londinense Christie's por casi un cuarto de millón de dólares. Este bolso fue situado como un hito de la moda, convirtiéndose en el bolso más caro del mundo vendido en una subasta. Jessi comprendía el mensaje de poder y superioridad que la visitante quería implantar con esta acción.

Con una sonrisa ladeada se acercó para abrir el bolso, notando que dentro desee había varios cheques con fondos pertenecientes a tres bancos diferentes. El banco central de Corea del Sur, HSBC de Inglaterra y Wells Fargo de Estados Unidos. Esa mujer evidentemente navegaba por mares profundos, con esa muestra evidenciaba todavía más su alcance y esto prendió muchas alarmas en la cabeza de Jessi. No una era alguien diciendo blasfemias o pretendiendo más de lo que realmente era.

Tomando un cheque perteneciente a cada banco, tomó una foto y se las envió a dos personas diferentes, de ambos recibió una confirmación de los fondos y veracidad de los mismos.

— De acuerdo, estás bien conectada y patrocinada, me gustaría saber por quién debo ensuciarme las manos. — Mencionó la castaña sin alejar la mirada de la otra mujer.

— Sabes que una dama jamás revela sus milagros o los pecadores bajo su manto. — Agregó colocando ahora una carpeta sobre la mesa. — Puedo lograr que tu organización escale a tal punto que no debas depender de algún hombre jamás en tu vida.

— Creo que hay un error de información, no dependo de ningún hombre. Los Jebbies somos completamente independiente. — Respondía abriendo la carpeta en donde la primera foto casi le sacó el habla. — Pero siempre estoy abierta a buenas oportunidades.

— Conoces al hombre que me acompaña en esas fotos, ¿no es así? — Indagó la pelirroja estudiando el semblante despreocupado de la otra mujer. Jessi lucía apacible, se limitó a encogerse de hombros y volver a colocar la fotografía en la mesa. — Ese sujeto se llama Jake Smith, un multimillonario y filántropo internacional.

— No lo conozco. — Espetaba la castaña viendo el rostro del Liquidador en esa fotografía.

— Hace un tiempo atrás fuimos juntos a un evento especial en donde casualmente uno de mis clientes desapareció para luego aparecer muerto. Sin huellas, sin rastros, una muerte cruel, pero que no dejó indicios de nada. Fue como si lo hubiese asesinado un fantasma. Dicen las malas lenguas que en este país solamente hubo un hombre que hacía trabajos tan impecables, alguien a quien yo creía muerto.

Liquidator vs DesquiciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora