Capítulo 19

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HyukJae, DongHae y sus acompañantes son alojados en un hotel en la parte más concurrida del pueblo. Edificio de tres pisos, techo en punta y balcones, ubicado delante de la saliente por donde cae la cascada y situado al costado de una vía principal.

Durante el trayecto hacia el hotel la manada luce como un pueblo fantasma, porque el comercio está cerrado y no hay nadie en las calles. Los habitantes están encerrados en sus viviendas y en el ambiente se respira miedo e incertidumbre.

HyukJae no es bienvenido, puesto que su fama lo precede; un hombre indulgente y sanguinario con sus enemigos.

Los niños del grupo están muy cansados del viaje, apenas meriendan, se quedan dormidos en las alcobas asignadas a sus padres. Una fortuna, porque al entrar en la edificación, se dieron cuenta que el pueblo no cuenta con luz eléctrica desde hace más de un mes. Asunto que preocupa a DongHae y, la verdad, no sorprende a HyukJae, pero se pregunta cómo le había hecho la manada para soportar las bajas temperaturas de las últimas dos semanas, cuando habían entrado en época invernal.

El Alfa vino preparado para atender este asunto, porque Ravi le informó el estado de la manada y por eso le compró suministros industriales y contrató personal calificado para hacer las debidas reparaciones. Ordena a los ingenieros encontrar el fallo y reparar la red eléctrica, quienes se ponen a trabajar desde la central. También sabía que en el pueblo escaseaban los alimentos, porque HyungJi rompió varias alianzas con manadas vecinas que lo habían cercado e impedían la llegada o salida de todo tipo de suministros.

Es así que usa la recepción del hotel como su oficina al instalar una mesa redonda y sillas. Cita a los Capitanes de Escuadrón tanto de las periferias del pueblo, como los encargados del orden dentro del mismo. Mientras los espera, TaekShik le informa que la manada está formada por tres mil habitantes, sin embargo, mil de ellos abandonaron la manada antes de su llegada por la falta de alimentos, y HyukJae no duda que en parte se debió al temor de ser liderados por alguien de Akela.

—Serás mi segundo al mando, ChangMin —expresa y el Alfa se extraña, mirando a LeeTeuk—. No impondré a mis camaradas sobre la manada, porque sería despreciar todo lo que Bhakku ha construido. Respetaré la organización dentro de la misma. Además, que te escoja no es algo al azar, lo consulté con DongHae—. Aprieta la mano entre la suya, ya que el Omega está sentado a su lado—. Él considera que eres el indicado para el cargo.

—Gracias, joven DongHae. —Reverencia al nombrado—. No lo decepcionaré, Señor. —Repite la formalidad con el Alfa Líder.

Los Capitanes ingresan y la recepción es suficiente para albergar a los cincuenta, que se ubican en sillas, traídas por los empleados del hotel. Algunos llegan con una actitud desconfiada y otros esconden sus emociones detrás de una máscara de inexpresividad. Todos suavizan su mirada y rostro, cuando les explica que ChangMin será su mano derecha y las razones.

—DongHae posee un estatus dentro de la manada igual que el mío. Cualquier falta de respeto hacia él, será como si la cometieran contra mí —explica ante la contrariedad que observa en los capitanes al caer en cuenta de la presencia del Omega en la reunión—. Y como pareja del Alfa Líder tiene derecho a estar aquí. Pues bajo mi mandato, los omegas no serán despreciados ni maltratados.

Los hombres asienten, y les solicita un informe sobre el estado de la manada y qué tan seguros son los territorios que le pertenecen. El Capitán del escuadrón de Protección, encargado de los cordones de seguridad, le comenta que debido a la migración de integrantes tuvo que reducirlo a dos cordones en lugar de tres como es costumbre, pero que los territorios son seguros, sobre todo en esa época que nadie se aventura a entrar en el bosque frío de las montañas.

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