19. ¿Y ahora? ¿Cómo nos vamos?

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Cuando Lea abrió los ojos, la luz blanca que la rodeaba todavía la cegaba, hasta que, poco a poco, se fue desvaneciendo hasta revelar un hermoso bosque rodeado de una luz que procedía de todos y ninguna parte, un lugar que conocía perfectamente bien.

"Este es el bosque del Guardián de Hyrule...pero ¿Porqué Zelda me ha enviado aquí?, ¿Se habría equivocado?"

Lea palpó su espada nueva para asegurarse de que aún se encontraba ahí. Y así fue. El sable se apretaba en su puño cerrado con comodidad, casi feliz de tener una nueva dueña.

Los árboles que la rodeaban eran los mismos que los que vio en aquella visión justo antes de regresar a la realidad, después de la pesadilla que Ganondorf le había ocasionado: abetos, manzanos y robles meciéndose dulcemente por un viento cálido y amable, danzando al son de un canto que conocía muy bien.

-Heroína de Hyrule, has llegado-dijo una melódica voz en hyliano muy cerca de ella.

Al volverse en sí, pudo reconocer las verdes túnicas que llegaban hasta el suelo del Gran Espíritu Guardían de Hyrule. Se acercaba a ella con un andar que, más que una caminata, era una levitación.

-¡Link!-exclamó ella al verlo, -¡Tengo que ir a Hyrule para rescatar a mi madre! ¡La han secuestrado!

-Lo sé, ha llegado la hora de enfrentar a la Gran Sombra que se cierne sobre nuestra tierra. Sin embargo tus fuerzas aún no son las suficientes para enfrentar esta misión por ti sola, por lo tanto, irás acompañada.

Lea frunció el ceño, extrañada. ¿Es que a caso no confiaba en ella? ¿Por qué tendría que llevar un ayudante?

-¿Qué? Pero...¡pero Link!...no tenemos tiempo para ir a buscar a nadie, ¡Tengo que ir a rescatar a mamá ahora mismo!

El Guardián sonrió con paciencia, dedicándole una mirada de comprensión.

-También los héroes de leyenda necesitan ayuda y es de sabios aceptarla cuando es necesaria.

Justo entonces, el cuerpo de Link comenzó a tornarse luminiscente emitiendo un resplandor tan potente que la obligó a cerrar los ojos.

Cuando los abrió de nuevo, ya no se encontraba frente a frente con Link, sino rodeada de jóvenes y niños con expresiones muy parecidas, todos portando túnicas y sombreros color verde.

Uno de ellos, de color castaño de estatura baja y ojos pequeños, se acercó a ella, y alzando su espada al cielo, dijo:

-Yo soy Link, el Héroe Legendario, y mi espada estará siempre a tu servicio.

Luego, un niño con cabellos rubios brillantes y con ojos negros grandes y vivaces, vino corriendo a unírsele al primero:

-¡Yo soy Link, Héroe de las esencias del tiempo y la naturaleza, mi espada y mi magia estarán siempre contigo!

Después, Lea pudo escuchar el desenvaine de otra espada muy cerca de ella, y esta vez, un joven que portaba pantalones marrón claro y una expresión serena se acercó a ella con una sonrisa.

-Yo soy Link, el Héroe elegido por la Diosa, y vengo a luchar a tu lado también.

Ahora, un niño más joven que el anterior, se acercó al círculo corriendo con todas sus fuerzas, emocionado por ofrecer su espada a Lea, pero cuando iba a llegar al centro del círculo, otro de ellos lo empujó haciendo que callera de bruces al suelo.

-¡Hey! ¿Quién me empujó?-preguntó molesto con pasto en toda la cara. Todos se rieron a coro.

-¿De qué se ríen? ¡No me parece gracioso!

La Leyenda de Lea II : El RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora