preparations

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Tal y como fue previsto, Bucky se quedó allí hasta que Katlyn despertó.

Ella suspiró soltando un gemido ronco mientras se desperezaba un poco.

— Muñeca... — dijo Bucky en voz baja para evitar asustarla.

Katlyn volteó a verlo.

— Bucky yo-.
El la interrumpió de inmediato.

— No, cariño, no me debes explicaciones, soy yo quien te las debe... fui un imbécil al comportarme como lo hice ayer... no quise... no fue mi intención que te hicieras daño...

En ese momento Katlyn se dió cuenta de lo que Bucky vió.

Mierda...— pensó.

— Yo es que... No suelo poder controlar esto... Yo... Lo siento... — dijo Katlyn con una mirada triste.

— No, cariño, todo está bien... Soy yo quien debe pedirte disculpas y ahora lo hago.

Bucky se arrodilló frente a ella.

— Muñeca discúlpame por tomar esa actitud tan errada el día de ayer... Simplemente... Fue una reacción estúpida, en lugar de apoyarte solo me concentré en mis pensamientos y por eso te pido perdón.

Bucky la miró a los ojos con genuino arrepentimiento.

Katlyn le sonrió tranquilizadoramente.

— Todo está bien, mi amor...

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Katlyn.

Habían pasado alrededor de siete meses desde que me comprometí con Bucky.

Steve y Peggy seguían siendo agentes.

¿Y yo? Yo estaba más que feliz con Bucky, haciendo los preparativos para nuestra boda.

Ya había elegido el lugar de la ceremonia, una hermosa iglesia en el centro de Brooklyn, el vestido, los ramos que se usarían para decorar la iglesia, e incluso Bucky y yo comenzamos a comprar algunos muebles para comenzar a amoblar nuestro hogar. 

Fueron días realmente cansados pero placenteros.
Ni siquiera teníamos tiempo para darnos un abrazo largo o tener una noche para los dos solos.

(...)

Después de tanto trabajo y planeación, Bucky decidió llevarme de paseo a un lugar bastante alejado en las afueras de Brooklyn.

Era muy tranquilo, el alquiló una pequeña cabaña, acogedora y con el olor a madera persistente en el aire, compró vino y algunas de mis golosinas favoritas.

Dijo que sería una muy buena noche para los dos.

Llegamos a aquel lugar y era hermoso, el cielo estaba lleno de luciérnagas con un pequeño lago frente a nosotros. Él encendió una lámpara de fuego a nuestro lado para poder ver mejor...

(...)

— Es precioso Buck... — dijo Katlyn admirando a las luciérnagas.

— Igual que tú cariño... Te mereces lo mejor... — el respondió.

— Creo que tú te mereces algo mucho mejor...— dijo ella entre suaves risas.

Bucky bufó y tumbó a la rubia en la cama, haciéndole cosquillas.

— ¡Basta! —  Dijo entre risas. — ¡Me duele el estómago!— dijo riendo.

— No me importa...— dijo Bucky riendo.

Con un arranque de fuerza, Katlyn logro ponerse encima de Bucky, haciendo que ambos cayeran al suelo mientras reíamos.

El puso sus manos en sus caderas, Katlyn lo miró directamente a sus ojos azules... A sus hermosos ojos azules.

Él la besó suavemente y mientras dejaba sus manos vagar hacia sus costados, subiendo progresivamente hasta desatar el broche de su sostén.

Al ser un poco difícil, él se levantó y la cargó en sus brazos, llevándola a la cama nuevamente, logrando por fin quitarle el sostén. 

Con las manos sosteniendo sus caderas comenzó a chupar y mordisquear suavemente la piel de su cuello.

Él notó la cicatriz en su abdomen, y también la besó, iniciando lo que sería una noche de lujuria para ambos.

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Bucky.

Me detuve para apreciar su hermoso cuerpo, sus curvas, su abdomen plano, sus caderas, su hermosa cintura, esos pequeños pero hermosos pechos que cada vez que los tocaba me llevaban a la gloria, su piel suave como un algodón.

Sus cicatrices eran perfectas todo en ella lo era, me encontré con sus ojos verdes... Verdes como una esmeralda recién pulida, igual de verdes que la naturaleza y ese color verde me transmitía paz.

Sus labios rojos tal cual una cereza, tan dulces que me llevaban al cielo cada vez que chocaban con los míos.

Esta mujer era perfecta era lo mejor que me había pasado en toda mi vida.

Y la amaba, la amaba tanto...

Mi ropa comenzó a estorbar así que rápidamente me encargué de retirarla. 

(...)

Desperté para ver a mi amada frente a mi dormida como un ángel, el sol entraba por las ventanas y se reflejaba en su bella piel.

Al ver que sus ojos se movían, era señal de que estaba despertando.
Sonreí.

Toqué suavemente su rostro, mientras Katlyn terminaba de despertarse,  deposité un tierno beso en sus labios.

Ella me abrazó tiernamente.
Mi corazón dió un vuelco en ese momento.

Y así como una niña pequeña acurrucada entre mis piernas y brazos se quedó dormida de nuevo.

Podía pasar días contemplando su belleza y no podría cansarme de ella.

Ella simplemente era perfecta...

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¡Hola corazones! Volví con un nuevo capítulo, espero les guste, l@s amo! ☝️❤️

Había una vez... En 1940 (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora